¿Qué pasa si tengo 7 de dilatación?

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7 cm de dilatación marcan el inicio inminente del expulsivo. Es irreversible. La futura madre experimenta un cambio profundo: concentración máxima, desconexión del entorno y activación de instintos primarios para el parto. Ya no hay vuelta atrás.

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A ver… ¿Qué pasa si ya estás en 7 de dilatación? Uff, solo de pensarlo se me eriza la piel. Recuerdo cuando me dijeron “¡Estás en 7!” con mi primer hijo. ¡Siete! ¿Pueden creerlo? Sentí como si el tiempo se detuviera. De repente, todo se volvió… intenso.

Dicen, y con razón, que 7 centímetros marcan el comienzo, el principio del fin, ¿no? El expulsivo está a la vuelta de la esquina. Y claro, es irreversible. Una vez que llegas ahí, amiga mía, ya no hay marcha atrás. ¿Pero saben qué? En ese momento, el “no hay marcha atrás” no me asustó, me dio una fuerza… una conexión conmigo misma que nunca antes había sentido.

Recuerdo que me dijeron algo así como “Ahora te concentras, te olvidas del mundo”, y fue tal cual. Era como si el hospital, las enfermeras, incluso mi pareja… se hubieran difuminado. Solo existía yo y la fuerza ancestral que sentía dentro. ¿Alguna vez han sentido esa conexión primigenia, esa bestia interna que te impulsa a hacer algo que parece imposible? Pues imagínense eso multiplicado por mil.

Es verdad, los instintos se activan. No piensas en si estás despeinada, si el camisón te queda bien, si te duele… bueno, sí, el dolor está ahí, ¡vaya si está! Pero como que pasa a segundo plano. Es como si el cuerpo supiera exactamente lo que tiene que hacer.

Me acuerdo que en ese momento una enfermera me ofreció algo, no sé qué, creo que era agua o algo para refrescarme, y le dije que no con un movimiento de cabeza. Ella entendió. En ese momento, solo importaba la respiración, la contracción, y empujar.

No sé ustedes, pero para mí llegar a 7 de dilatación fue como cruzar un umbral, un punto de no retorno que te transforma para siempre. Y aunque suene a cliché, es totalmente cierto. Después de eso, nada vuelve a ser igual. Y por suerte, para bien. ¿No creen?