¿Qué porcentaje de grasa deja de ser saludable?

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Se considera que un porcentaje de grasa corporal superior al 25% en hombres y al 32% en mujeres indica obesidad. Esta acumulación, frecuentemente visible en abdomen, muslos y caderas, incrementa significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas y cardiovasculares, comprometiendo la salud general.

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El umbral invisible: ¿Cuándo la grasa corporal deja de ser saludable?

El espejo refleja una imagen, pero no siempre cuenta toda la historia. Mientras que la estética juega un papel en nuestra percepción del peso, la verdadera preocupación reside en la salud subyacente, y esta se relaciona estrechamente con el porcentaje de grasa corporal. No se trata solo de números en una báscula, sino de una compleja interacción entre tejido adiposo, metabolismo y riesgo de enfermedades. Entonces, ¿qué porcentaje de grasa deja de ser saludable? La respuesta, como suele ocurrir, no es tan simple como un solo número.

Se considera que un porcentaje de grasa corporal superior al 25% en hombres y al 32% en mujeres indica obesidad, un estado que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una enfermedad crónica con consecuencias graves. Esta acumulación, frecuentemente localizada en abdomen (grasa visceral), muslos y caderas, no es simplemente un problema estético. Representa un desequilibrio metabólico que incrementa significativamente el riesgo de desarrollar un amplio espectro de enfermedades, incluyendo:

  • Enfermedades cardiovasculares: La grasa visceral, en particular, produce sustancias inflamatorias que dañan las arterias, aumentando la presión arterial y el riesgo de aterosclerosis, infartos y accidentes cerebrovasculares.
  • Diabetes tipo 2: La resistencia a la insulina, un proceso donde las células no responden eficazmente a la hormona insulina, está estrechamente ligada a la obesidad. Esto lleva a niveles elevados de glucosa en sangre, dañando órganos vitales a largo plazo.
  • Algunos tipos de cáncer: Estudios han demostrado una correlación entre la obesidad y un mayor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, como el de mama, colon, endometrio y próstata.
  • Enfermedades hepáticas: La acumulación de grasa en el hígado (hígado graso) es común en personas con obesidad, pudiendo evolucionar a cirrosis y fallo hepático.
  • Apnea del sueño: La acumulación de grasa en el cuello y la garganta puede obstruir las vías respiratorias, causando pausas en la respiración durante el sueño.

Sin embargo, es crucial entender que estos porcentajes (25% hombres, 32% mujeres) representan un umbral de riesgo, no un punto de inflexión absoluto. Incluso por debajo de estos valores, un alto porcentaje de grasa corporal puede representar un riesgo para la salud, dependiendo de factores individuales como la edad, la genética, el nivel de actividad física y la distribución de la grasa corporal. La grasa visceral, por ejemplo, es mucho más peligrosa que la grasa subcutánea (bajo la piel).

Por lo tanto, centrarse únicamente en los números puede ser engañoso. Es fundamental consultar con un profesional de la salud para una evaluación completa, incluyendo mediciones de la composición corporal (que va más allá del peso y la altura) y un análisis de los factores de riesgo individuales. Una evaluación integral, junto con un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada y ejercicio regular, es clave para mantener un peso saludable y reducir el riesgo de enfermedades asociadas a un alto porcentaje de grasa corporal. El objetivo no debe ser simplemente alcanzar un número mágico, sino alcanzar y mantener un estado de salud óptimo y duradero.