¿Qué proporción de la piel es agua?

4 ver

La epidermis, la capa superficial de la piel, contiene solo entre 20-30% del agua total del cuerpo. Esto se debe a que la capa más externa (córnea) tiene un menor contenido de agua (10-20%) que las capas más internas.

Comentarios 0 gustos

La hidratación: clave para una piel radiante, ¿cuánta agua contiene realmente?

A menudo escuchamos sobre la importancia de la hidratación para una piel saludable. Pero, ¿cuánta agua reside realmente en nuestra piel? Si bien es cierto que nuestra piel juega un papel crucial en la regulación hídrica del cuerpo, la creencia popular de que la piel contiene un altísimo porcentaje del agua corporal total es una concepción errónea. De hecho, la epidermis, la capa más externa que vemos y tocamos, contiene una proporción relativamente pequeña del agua total de nuestro organismo.

Contrariamente a lo que se podría pensar, la epidermis alberga entre un 20% y un 30% del agua presente en la piel, no del agua corporal total. Este porcentaje, aunque parezca modesto, es vital para mantener la flexibilidad, elasticidad y función de barrera protectora de la piel. Es importante destacar la diferencia entre el agua corporal total y el agua presente en la piel. La mayor parte del agua de nuestro cuerpo reside en órganos internos, músculos y sangre.

La distribución del agua dentro de la propia epidermis tampoco es uniforme. La capa córnea, la más superficial y expuesta al ambiente, presenta un contenido de agua significativamente menor, fluctuando entre un 10% y un 20%. Esta capa, compuesta por células muertas llamadas corneocitos, actúa como una barrera protectora contra la pérdida de agua y la entrada de agentes externos. Las capas más profundas de la epidermis, más cercanas a la dermis, presentan un mayor contenido de agua, lo que contribuye a su turgencia y vitalidad.

Esta variación en el contenido de agua dentro de las diferentes capas de la epidermis subraya la importancia de una hidratación adecuada, tanto interna como externa. Beber suficiente agua contribuye a la hidratación general del organismo, lo que indirectamente beneficia a la piel. Además, la aplicación tópica de humectantes ayuda a retener la humedad en la capa córnea, previniendo la sequedad y manteniendo la función de barrera protectora. Por tanto, si bien la epidermis no almacena la mayor parte del agua corporal, mantenerla hidratada es fundamental para su salud y apariencia.