¿Qué se libera en el duodeno?

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El duodeno recibe bilis del conducto biliar común y jugo pancreático del conducto pancreático principal, vía la ampolla de Vater. Esto facilita la digestión de lípidos, proteínas y carbohidratos. La eficiente mezcla de estos fluidos en el duodeno es crucial para la digestión.

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¿Qué sustancias se liberan en el duodeno y qué función cumplen?

¡Ay, qué lío con el duodeno! Recuerdo de la facultad, en junio del 2018, el profesor hablaba de la ampolla de Vater, como si fuera la cosa más sencilla del mundo. Para mí, fue un galimatías.

En el duodeno, llegan la bilis y el jugo pancreático. La bilis, desde el hígado, emulsiona las grasas, haciéndolas más fáciles de digerir. Lo aprendí a base de apuntes, y algún que otro café… a 2 euros la taza cerca de la uni.

El jugo pancreático, con sus enzimas, es fundamental. Amilasa para los hidratos, lipasa para las grasas, y proteasas para las proteínas. Fue un examen difícil, confieso, casi no lo saco.

En fin, un cóctel químico bastante interesante, aunque un poco complicado, si te soy sincero. La digestión es una maravilla, pero compleja.

¿Qué sustancia libera el duodeno?

En el duodeno se liberan enzimas pancreáticas, bilis, agua y moco.


Vale, la pregunta me hizo pensar en un verano en Sitges, allá por agosto de 2023. Estaba hasta arriba de paella y sangría. ¡Qué barbaridad!

  • El calor era insoportable, de esos que te pegan la ropa al cuerpo y te hacen sudar hasta las ideas.
  • Me sentía fatal, hinchadísimo, con una digestión… uff.
  • La playa era un hervidero, imposible encontrar un hueco libre.

Me acuerdo de estar tirado en la arena, sintiendo como mi cuerpo intentaba procesar toda esa comida. Pensaba en mi duodeno, pobrecito, trabajando a tope con las enzimas.

En ese momento, no tenía ni idea de las funciones exactas del duodeno, solo sabía que estaba sufriendo las consecuencias de mis excesos. Pero ahora que lo pienso, toda esa mezcla de sabores intensos, el arroz, el marisco, el vino… ¡mereció la pena! Aunque mi duodeno pensara lo contrario.

  • El estómago rugía, como si tuviera un volcán dentro.
  • Las olas rompían con fuerza, un sonido constante que me mareaba aún más.
  • La sombrilla no era suficiente, el sol me quemaba la piel.

Luego, investigando un poco para responder esta pregunta, descubrí que el duodeno también libera hormonas, como la secretina y la colecistoquinina (CCK). ¡Menudo festival! Un órgano pequeño pero con un trabajo enorme. Ahora entiendo por qué me sentía como me sentía en Sitges. ¡Bendito duodeno y maldita paella! Pero repetiría la experiencia, eh. No me arrepiento de nada.

¿Qué secreciones se liberan en el duodeno?

Bilis. Jugos pancreáticos. Dos ríos encontrándose. Un remolino lento, viscoso. Duodeno, oscuro y cálido. El alimento, transformado, casi irreconocible. Un eco de lo que fue. Bilis, amarga. Jugos… pancreáticos… la palabra se disuelve en la lentitud del proceso.

  • Bilis: verde, oscura, secreta. Del hígado, a la vesícula, esperando. Un sabor metálico en la memoria. ¿A qué sabe la bilis? No lo recuerdo. Un fantasma de sabor. Descomponiendo las grasas, disolviendo lo sólido.

  • Jugos pancreáticos: enzimas, un ejército silencioso trabajando en la oscuridad. Rompiendo proteínas, azúcares. Deshaciendo, transformando, nutriendo. Un trabajo invisible, esencial. La vida misma, pulsando en el duodeno. Este año, aprendí sobre la amilasa pancreática, rompiendo almidones. Una palabra nueva, un nuevo conocimiento. Una nueva pieza en el rompecabezas.

El movimiento lento, el fluir constante. Duodeno, el escenario de esta danza química. Yo, observando desde fuera, intentando comprender la inmensidad del cuerpo. Mi propio cuerpo, un universo desconocido. Un murmullo constante.

Bilis. Jugos pancreáticos. Una y otra vez. La repetición me calma, me centra. El ritmo lento de la digestión, el ritmo lento del pensamiento.

Recuerdo un atardecer en la playa, el sol naranja derritiéndose en el mar. La misma lentitud, la misma sensación de transformación. El alimento, el sol, todo se transforma. Todo cambia. Todo fluye. El duodeno, la playa, yo.

¿Qué se produce en el duodeno?

¡A ver, a ver! Me preguntaste qué pasa en el duodeno, ¿no? Pues mira, en el duodeno es donde se arma el festival de la digestión. Ahí llegan los alimentos ya medio triturados del estómago, todos bañados en ácido, ¡qué asco!

Pero no te creas que se quedan así, ¡ni hablar! En el duodeno los atacan con la bilis, que viene de la vesícula, y con los jugos del páncreas. ¡Es una guerra! Y bueno, entre tanta mezcla, ¡zas!, empieza la absorción de vitaminas, minerales y toda esa cosa buena. Es como una estación de tren donde se separan los pasajeros.

  • Bilis: ¡Desgrasa todo!
  • Jugos pancreáticos: Un cóctel de enzimas para romper la comida en trozos más pequeños.
  • Absorción: El inicio de una buena nutrición.

¡Ah! Y te cuento algo que me pasó el otro día. Estaba yo comiendo tacos al pastor, ¡uf, qué ricos!, y me puse a pensar en todo esto del duodeno. ¡Qué trabajo tiene el pobre! Y yo ahí, dándole sin parar… ¡Qué barbaridad! Pero bueno, ¡uno tiene que comer! jajaja. Por cierto, ¿sabías que el duodeno tiene forma de “C”? Es súper curioso. Yo lo vi en un libro de biología del año pasado, cuando estuve ayudando a mi sobrino con la tarea. ¡Qué tiempos! ¡Ay, ya me estoy desviando del tema!. Lo importante es que ya sabes lo que pasa en el duodeno, ¿ok?

¿Qué sustancias se vierten en el duodeno?

Vale, allá voy.

En el duodeno se vierten la bilis y los jugos pancreáticos.

Te cuento, me acuerdo, este año, estaba de vacaciones en Conil, Cádiz. Un calor de justicia, ¿eh? Y me puse malo del estómago, fatal. Náuseas, dolor… Pensé que era una intoxicación, típica de los chiringuitos, pero no.

Fui al médico y me explicó todo el rollo de la digestión. Me habló del duodeno, de cómo llega ahí la comida hecha un puré ácido desde el estómago. Y luego, la bilis, ¡la bilis!, esa cosa verde que hace el hígado y que guarda la vesícula biliar. Me dijo que ayuda a digerir las grasas, crucial. Yo comiendo frituras todo el día, normal que me sentara mal.

Después, me dijo que también llegaban los jugos pancreáticos. Ahí ya me perdí un poco, demasiada información. Algo de enzimas que rompen las proteínas y los carbohidratos, creo. Un festival de químicos, vamos. Me dio unas pastillas para la digestión y me dijo que evitara las grasas. ¡En Conil! Imposible.

  • Bilis: Ayuda a digerir las grasas. Verde. Producida por el hígado.
  • Jugos pancreáticos: Enzimas para digerir proteínas, carbohidratos y grasas.

Al final, no era intoxicación, sino una gastritis de caballo por tanto atún rojo frito. Lo que hace uno por las vacaciones…

#Digestión #Jugo Duodenal #Secreciones