¿Qué significa la salida de líquido por una herida quirúrgica?

Ay, Dios mío, esa herida… ¿Recuerdas esa operación? Yo sí. Todavía me acuerdo del miedo, la tensión, la espera… y luego, esa primera mirada a la venda, tan blanca, tan inmaculada. Pero al poco tiempo… ¡zas! Un poco de líquido, ¿no? Al principio, me asusté. ¿Qué era eso? ¿Algo iba mal? ¡Qué angustia!

Resulta que, según me explicó el médico – y ojo, porque esto es importante – un poquito de líquido saliendo por una herida quirúrgica los primeros días, es… normal. Normal, sí, pero ¿quién lo iba a decir? Yo, con mi cabeza llena de fantasmas, pensando en lo peor. Me imaginaba ya infecciones, cosas horribles…

Pero claro, si ves que sale una barbaridad de líquido, o que no para, ni de broma. Eso ya no es normal. Ahí sí que hay que correr al médico, eh. Mi vecina, la tía Carmen, tuvo un seroma. ¡Qué cosa más fea! Un montón de líquido amarillento, como agua sucia… Claro que ella se lo tomó con más calma que yo, ella siempre tiene esa tranquilidad, ¡que envidia! Pero bueno, el caso es que sí, un seroma es como una acumulación de líquido, justo debajo de la piel, cerca de la incisión. El cuerpo, en su infinita sabiduría, o a veces su inmensa torpeza, pues reacciona a la operación, ¿no? Es parte de la inflamación.

Y aunque a mí, por suerte, no me pasó, escuché por ahí que… ¡ay! hasta un 20% de las personas que se operan, ¡o algo así! pueden tener un seroma. No sé si será verdad, la verdad, me lo contaron de oídas, pero da que pensar, ¿no? En fin, lo que quiero decir es que hay que estar alerta, no obsesionarse, pero sí estar atenta a cualquier cosa rara. Si hay duda, al médico. No te arriesgues. La salud, primero, que luego ya nos preocuparemos de otras cosas. Y recuerda: un poco de líquido, normal. Mucho líquido, o líquido que no para… ¡a la consulta, corriendo!

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