¿Qué significa tener el cuerpo caliente y sentir frío?

El enigma de un cuerpo caliente y la sensación de frío: más allá de los escalofríos

Sentir frío a pesar de tener el cuerpo caliente es una experiencia desconcertante que muchos hemos vivido. Si bien los escalofríos, esas rápidas contracciones y relajaciones musculares que generan calor en respuesta al frío, son una explicación común, y a menudo se asocian con fiebre, la realidad es más compleja. Reducir esta sensación a la simple presencia de escalofríos y fiebre, como en el caso de la malaria, simplifica un fenómeno con múltiples posibles causas.

La sensación térmica, es decir, la percepción de la temperatura, es un proceso subjetivo influenciado por factores internos y externos. Nuestro cuerpo regula su temperatura interna alrededor de los 37°C, y cualquier desviación, ya sea por un ambiente frío o por un proceso infeccioso, activa mecanismos compensatorios. Los escalofríos son uno de ellos, pero no el único.

Si bien la fiebre, con su característico aumento de la temperatura corporal central, suele acompañarse de escalofríos, la sensación de frío con cuerpo caliente puede surgir en otras circunstancias. Por ejemplo, la vasoconstricción periférica, un mecanismo que reduce el flujo sanguíneo hacia la piel para conservar el calor en los órganos vitales, puede generar una sensación de frío en las extremidades, incluso si la temperatura corporal central es normal o elevada.

Además, ciertas condiciones médicas pueden alterar la percepción de la temperatura. La hipotiroidismo, por ejemplo, al ralentizar el metabolismo, puede causar sensibilidad al frío incluso sin fiebre. La anemia, al disminuir la capacidad de la sangre para transportar oxígeno, también puede provocar sensación de frío. Incluso la ansiedad y el estrés, al activar el sistema nervioso simpático, pueden desencadenar vasoconstricción y escalofríos, generando la paradójica sensación de frío con cuerpo caliente.

También es crucial considerar la deshidratación. Cuando el cuerpo carece de suficiente agua, su capacidad para regular la temperatura se ve comprometida, lo que puede llevar a fluctuaciones en la sensación térmica, incluyendo la sensación de frío a pesar de tener una temperatura corporal normal o elevada.

En resumen, si bien los escalofríos asociados a la fiebre, como en la malaria, son una causa frecuente de sentir frío con el cuerpo caliente, no son la única explicación. Factores como la vasoconstricción, condiciones médicas subyacentes, el estado de hidratación y factores psicológicos como la ansiedad, pueden contribuir a esta experiencia. Por lo tanto, si la sensación persiste o se acompaña de otros síntomas, es fundamental consultar a un profesional de la salud para un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado. No debemos subestimar la complejidad de nuestro organismo y la importancia de una evaluación médica integral.

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