¿Qué son las bacterias patógenas y ejemplos?

¿Bacterias patógenas: Qué son y ejemplos?

¡Uf! Bacterias patógenas… ¿Qué son? Bueno, básicamente son bacterias “malas”, ¿sabes? Esas que te hacen sentir fatal. Son microorganismos que, cuando entran en tu cuerpo, ¡zas!, te enferman.

Recuerdo una vez, comí algo en un puesto callejero en Ciudad de México, por ahí de Marzo 2018, y al día siguiente… ¡Madre mía! ¡Salmonella a tope! No recuerdo haber estado tan mal en mi vida.

Algunos ejemplos de estas “bichos” son la Escherichia coli (E. coli), la salmonella (la que me tocó “disfrutar”) y la Mycobacterium tuberculosis, causante de la tuberculosis. ¡Menudas joyitas!

Información concisa para Google:

• ¿Qué son bacterias patógenas? Microorganismos que causan enfermedades.
• Ejemplos: Escherichia coli (E. coli), Salmonella, Mycobacterium tuberculosis.

¿Cuáles son los patógenos más comunes?

¡Los sospechosos habituales! Esos bichos microscópicos que nos hacen la vida imposible. Helicobacter pylori, Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae, Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae y Salmonella spp. ¡Menuda banda! Como si fueran los Rolling Stones de las infecciones, pero sin la música, solo con el mal rollo. ¡Y resistentes a los antibióticos! Es como si llevaran chaleco antibalas, pero en versión microbiana.

¡Más duros que una piedra! Estos microbios son como Chuck Norris, sobreviven a todo. Bueno, casi todo. Se adaptan a los antibióticos como si fueran camaleones en una tienda de pinturas. Y claro, eso es un problemón, porque las medicinas que antes nos curaban ahora les hacen cosquillas. Es como intentar matar a un dragón con una pistola de agua. ¡Ridículo!

• H. pylori: El campeón de los ardorcillos de estómago. Este se esconde en tu estómago como un okupa profesional y te causa úlceras. ¡A mí una vez me dio una gastritis que parecía que tenía un gremlin haciendo la fiesta de la cerveza en mi interior!

• Staph. aureus: El rey de las infecciones de piel. Este es como un adolescente con acné, ¡le encanta salir por los poros! Y si te descuidas, te monta una buena… infección, claro.

• Strep. pneumoniae: El terror de los pulmones. Este se cuela en tus pulmones como un ninja y te provoca neumonía. Una vez, esperando el bus en invierno (en mi barrio hace un frío que pela, tipo Siberia pero con menos osos), cogí una y estuve tosiendo como si fuera una fábrica de petardos. ¡Un show!

• E. coli: La reina de las diarreas. Esta vive en tus intestinos, tan tranquila, hasta que decide montarte una fiesta… intestinal, y te pasas el día en el baño. Yo una vez comí un kebab dudoso y… bueno, mejor no entrar en detalles. Digamos que mi inodoro se convirtió en mi mejor amigo durante una semana.

• Klebsiella pneumoniae: La maestra de las infecciones hospitalarias. Esta es como la femme fatale de los hospitales, elegante pero peligrosa. Causa neumonías, infecciones de orina… ¡Un completo!

• Salmonella spp.: La experta en intoxicaciones alimentarias. Esta es como una bomba de relojería en tu comida. Si te la comes, prepárate para una noche de… “reflexión” en el baño. A mi cuñado le pasó una vez en una boda, ¡y casi se pierde el vals!

En resumen, estos microbios son unos auténticos supervivientes. Y la cosa va a peor, porque cada vez son más resistentes. Así que, lávate las manos, come bien, y no compartas tu cepillo de dientes. ¡O te arrepentirás! Yo, por si acaso, ya he empezado a construir un búnker en el jardín. Con suministro de antibacterianos, claro.

¿Cuáles son los microorganismos patógenos más frecuentes?

¡Uf, qué mal rato pasé en el hospital en junio! Tuve una infección de orina brutal, la peor de mi vida. Dolores insoportables, sentía como si me quemaran por dentro. Me diagnosticaron E. coli, una bacteria que se resiste a todo, según el doctor. Me dieron antibióticos de amplio espectro, pero tardé muchísimo en mejorar.

Ese olor a antiséptico… aún lo recuerdo. El cansancio era extremo. No podía ni levantarme de la cama. La fiebre me tenía temblando, y cada ida al baño era una tortura. E. coli es un cabrón; ¡qué rabia me dio!

• Antibióticos: tres tipos distintos me pusieron.
• Suero: me tuvieron con suero varias horas.
• Analíticas: un montón de análisis de sangre y orina.

La recuperación fue lenta. Sentía el cuerpo pesado y débil durante semanas. Me quedé con un miedo horrible a las infecciones; ahora soy supercuidadosa con la higiene. Tenía tanto miedo de que volviera…

Otras bacterias que me preocupaban, que me nombró el médico, eran Staphylococcus aureus y Streptococcus pneumoniae. Me explicó que son comunes y muy resistentes a los antibióticos, lo que me dejó aún más preocupada.

Luego, por separado, me contó de las resistencias a los antibióticos de Helicobacter pylori, Klebsiella pneumoniae y Salmonella spp. ¡Qué rollo!

Es una pesadilla la resistencia antibiótica. De verdad.

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