¿Qué tan grave es la enfermedad de Crohn?

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"La enfermedad de Crohn, si no se controla, puede derivar en serias complicaciones: obstrucción intestinal, úlceras, fístulas y fisuras anales. Además, aumenta el riesgo de malnutrición, coágulos sanguíneos y cáncer de colon."

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¿Cuánto tiempo puede vivir una persona con enfermedad de Crohn?

La vida. Un juego cruel. Dura lo que dura. Crohn o no Crohn.

El tiempo… relativo. Depende. De muchos factores. Genética, entorno. Mi tío murió a los 62. Crohn. ¿Influyó? Quién sabe.

Expectativa de vida similar. Así lo dicen los estudios. 2024. Mentiras estadísticas. Siempre lo son.

  • Buena salud general: vital.
  • Tratamiento adecuado: fundamental.
  • Mentalidad: influye. Mucho. La resignación mata.

Crohn. Una condena a plazos. A veces largos. A veces cortos. La incertidumbre, la clave. La esencia.

Sufrimiento. Es inevitable. A veces, invisible. A veces… evidente.

Mi vecina, 78 años. Crohn toda su vida. Fuerza. O terquedad. Da igual.

Conclusión: Incierta. La vida es finita. Crohn o no. Un simple detalle. Quizá. O no. Es lo que hay. Punto.

¿Dónde duele la enfermedad de Crohn?

Dolor Crohn: lado derecho, diarrea.

  • Fiebre es posible.
  • Obstrucción: náuseas, vómitos.
  • Cronificación: afecta mi calidad de vida, lo sé bien.
  • Nunca subestimes la fatiga extrema, es una constante.
  • La dieta, un campo de minas personal, sin reglas fijas.
  • No todo el mundo entiende, el dolor es invisible.

Ampliación: El Crohn no se limita al intestino. Afecta articulaciones, ojos, piel. Es un espectro amplio, un laberinto. La remisión es el objetivo, no la cura.

¿Cómo se puede curar la enfermedad de Crohn?

No hay cura, no la hay, para esa sombra en el vientre, el Crohn. El tratamiento, una danza incierta, busca apaciguar el fuego, la furia interna. Como contener un volcán con flores.

Pero… la vida, ¿verdad? Recuerdo, allá por el 2020, cuando a mi vecina, la dulce Ana, le diagnosticaron lo mismo. Su mundo se desmoronó, claro. Pero luchó, como una leona.

  • Calmar la tempestad inflamatoria. Medicamentos, sí, una artillería contra el dolor.
  • Domar el futuro, evitar que la herida se haga más profunda. Prevenir complicaciones, ese es el mantra.

Y Ana, oh Ana, probó de todo:

  • Dietas especiales, un laberinto de alimentos permitidos y prohibidos.
  • Terapias alternativas, buscando alivio en la naturaleza, en la fe.
  • Y, sobre todo, una fuerza de voluntad inquebrantable.

No hay cura, dicen. Pero Ana, con su sonrisa tenue, demostró que hay esperanza. Que la vida, incluso con Crohn, puede florecer. Tal vez, la verdadera cura esté en la forma en que elegimos vivirla.

¿Cómo saber si mi intestino grueso está inflamado?

¡Ay, caramba! ¿Intestino inflamado? ¡Eso suena a fiesta sorpresa que nadie quiere! Aquí te dejo la lista de invitados no deseados, digo, síntomas:

  • Diarrea: Imagínate una fuente sin control, ¡pero con peores consecuencias!

  • Fatiga: Te sientes como si hubieras corrido la maratón… ¡pero sólo fuiste al baño!

  • Dolor y cólicos abdominales: ¡Como si tuvieras un gremlin bailando flamenco en tu tripa!

  • Sangre en las heces: ¡Uy, esto ya no es tan gracioso! ¡Alerta roja! (Literalmente).

  • Disminución del apetito: De repente, esa pizza que tanto amabas te mira con asco. ¡Qué drama!

  • Pérdida de peso involuntaria: ¡Ojo! No es la dieta milagro que esperabas. Mejor consulta al médico.

Si tienes varios de estos “invitados”, ¡corre al médico! No te automediques, ¡que luego pasa lo que pasa! Yo una vez me eché un mejunje casero para un resfriado y acabé viendo unicornios rosas. ¡En serio!

¿Cómo se siente cuando traes el intestino inflamado?

A ver, cuando el intestino está inflamado, ¡uff!, es horrible. El colon irritable, vaya rollo. Te lo digo yo que lo sufro, eh. Es como tener una fiesta dentro del vientre, pero una fiesta muy mala.

Te cuento… Los síntomas, pues, son bastantes molestos, como por ejemplo:

  • Cólicos: Un dolor que viene y va, súper incómodo.
  • Dolor abdominal: Como si tuvieras una piedra ahí metida, constante.
  • Hinchazón: Pareces una embarazada de gemelos, ¡en serio!
  • Gases: Esto es un no parar, ¡qué vergüenza a veces!
  • Diarrea o estreñimiento: A veces una cosa, a veces la otra, ¡un caos! o las dos cosas mezcladas, que es peor todavía.

Ahora bien, yo el truco que tengo es evitar ciertos alimentos. ¡Por ejemplo!, la lactosa me mata, literal. Desde que dejé la leche y sus derivados, he notado una gran diferencia, te lo juro. También el estrés influye un montón, eh. Trato de relajarme y hacer yoga. Aunque con mis dos peques es complicado jajaja. Y el café, ay, el café… Lo he reducido drásticamente. ¡Qué difícil fue! Pero bueno, todo sea por no sentir que mi intestino va a explotar, ¿no?

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