¿Qué tipos de amenazas hay?

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Las amenazas se clasifican en externas e internas, y pueden ser físicas o lógicas. Cada tipo presenta riesgos específicos para la seguridad.
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El panorama de las amenazas: Una mirada a los riesgos internos y externos

En el complejo mundo de la seguridad, comprender el tipo de amenazas a las que nos enfrentamos es fundamental para establecer estrategias de protección efectivas. Las amenazas a la seguridad, ya sea de datos, infraestructuras o personas, pueden clasificarse de diversas maneras, pero una categorización común y útil las divide en externas e internas, y a su vez, en físicas y lógicas. Cada una presenta riesgos únicos y exige un abordaje específico.

Amenazas Externas: Estas provienen de fuentes fuera del control directo de la organización o individuo. Podemos subdividirlas en:

  • Físicas: Abarcan acciones que comprometen la seguridad física de activos, como robos, vandalismo, desastres naturales (incendios, inundaciones, terremotos), sabotajes, intrusiones físicas no autorizadas en instalaciones, y el robo o pérdida de dispositivos móviles que contienen información sensible. El riesgo reside en la pérdida o daño directo de bienes materiales, pero también en el acceso no autorizado a información confidencial que pudiera estar almacenada en esos dispositivos o lugares.

  • Lógicas: Estas amenazas aprovechan vulnerabilidades en sistemas informáticos o redes para acceder a información o causar daño. Incluyen ataques cibernéticos como: phishing, malware (virus, troyanos, ransomware), ataques de denegación de servicio (DoS/DDoS), hacking, explotación de vulnerabilidades de software, y la ingeniería social, que manipula a los individuos para obtener información confidencial. El riesgo principal aquí es la pérdida, robo o corrupción de datos, la interrupción de servicios, el espionaje industrial, y el daño a la reputación.

Amenazas Internas: A diferencia de las externas, estas amenazas emanan de fuentes dentro de la propia organización o del entorno controlado del individuo. También se clasifican en físicas y lógicas:

  • Físicas: Se refieren a acciones negligentes o malintencionadas por parte del personal interno. Esto incluye la pérdida o mal manejo de documentos físicos, el acceso no autorizado a áreas restringidas, el robo interno de información o propiedad, y la destrucción accidental o intencional de equipos o datos. El riesgo se centra en la pérdida de información confidencial, la disminución de la productividad, y posibles daños a la reputación.

  • Lógicas: Se relacionan con el mal uso de recursos informáticos por parte de empleados, contratistas o usuarios autorizados. Ejemplos son: la instalación de software no autorizado, el uso de contraseñas débiles, el acceso no autorizado a datos por parte de empleados sin la debida autorización, el envío de información confidencial a través de canales inseguros, el incumplimiento de políticas de seguridad, el insider threat (amenaza interna maliciosa) que implica un empleado que actúa con intenciones dañinas contra la organización, y los errores humanos al configurar o mantener sistemas. Los riesgos son similares a los de las amenazas lógicas externas, pero con el agravante de la confianza implícita que se deposita en el personal interno.

En conclusión, la seguridad efectiva requiere una comprensión profunda de las amenazas, tanto internas como externas, físicas y lógicas. Un plan de seguridad integral debe abordar todos estos tipos de riesgos, implementando medidas preventivas y reactivas para mitigar sus efectos y proteger los activos de la organización y los datos de los individuos. La combinación de una sólida infraestructura de seguridad, políticas claras, capacitación del personal y la implementación de soluciones de seguridad adecuadas son elementos cruciales para enfrentar este panorama complejo y en constante evolución.