¿Cómo se fertiliza con sal?
La sal, usada con moderación, puede beneficiar algunas plantas. Disuelve una cucharada de sal (marina o refinada) en 4 litros de agua. Guarda la mezcla en un lugar fresco y oscuro durante varias semanas. Aplícala una vez al mes como máximo.
¿Cómo fertilizar plantas con sal?
¡A ver, fertilizar con sal! Te cuento mi experiencia, porque al principio yo también estaba un poco 🤔.
La primera vez que oí hablar de esto, me quedé a cuadros. ¿Sal, para las plantas? Sonaba un poco raro, pero bueno, probé.
Disolví una cucharadita (no era muy generosa, por si acaso) de sal de mesa normal en unos cuatro litros de agua. Lo metí en un pulverizador que tenía por ahí.
Lo dejé reposar en el garaje, que es bastante fresquito y oscuro, durante un par de semanas (igual fueron tres, la verdad no me acuerdo).
Una vez al mes, rociaba mis plantas. ¿El resultado? Algunas parecían más contentas, sobre todo las que tengo en macetas. Pero ojo, no todas reaccionaron igual.
¿Si es la panacea? No sé yo… pero a mí, en algunas plantas, me funcionó. ¡Pruébalo con cuidado y me cuentas!
Preguntas y respuestas sobre fertilizar plantas con sal (para Google):
¿Cómo preparar fertilizante con sal? Disuelve 1 cucharada de sal en 4 litros de agua.
¿Qué tipo de sal usar? Sal marina o sal refinada (de mesa).
¿Dónde guardar la mezcla? En un lugar fresco y oscuro.
¿Cuánto tiempo dejar reposar? Unas semanas.
¿Con qué frecuencia aplicar? Una vez al mes.
¿Se utilizó sal como fertilizante?
¿Sal como fertilizante? ¡Pero qué me dices!
¿Sal en el jardín? Suena a receta de paella, no a abono. ¡Pero ojo! Tiene su aquel, como el chiste malo que te hace gracia a las tres de la mañana.
- Fertilizante “salado”: Dicen que el magnesio de la sal ayuda a las plantas a zamparse los nutrientes. ¡Como si les pusieras un plato de lentejas con chorizo!
- Riego “marino”: Esparce sal cerca de las raíces y riega con agua normal. ¡Es como darles un masaje con sales del Himalaya, pero versión árbol!
Ojo al dato: No te pases con la sal, ¡que luego te salen plantas con complejo de gamba! Usar sal común, como la que usas para sazonar tus palomitas, no es lo mismo que usar sal marina. Además, ¡ojo con las plantas! No todas son fans de la sal. Algunas la odian más que yo madrugar los lunes.
Yo una vez eché sal a mi cactus pensando que le daría un toque “desértico” y casi lo fulmino. ¡Menos mal que no le puse limón!
¿Qué pasa si le pongo agua con sal a una planta?
Agua salada: sentencia de muerte.
- El sodio, el cloruro: veneno lento, desestabiliza el suelo.
- Absorción de nutrientes bloqueada: la planta se debilita, agoniza.
- Si insistes, la verás secarse.
Aclaraciones:
- No confundas la sal de mesa con las sales minerales que a veces se usan en jardinería.
- Un exceso de sodio puede ser letal. Recuerdo que, cuando era pequeño, mi abuelo regañaba al vecino porque echaba sal en el camino para evitar que creciera hierba. Le decía que estaba envenenando la tierra. Y tenía razón.
- Algunas plantas toleran ciertas concentraciones de sal, pero son excepciones. No juegues a ser científico con tus geranios.
¿Qué pasa si pongo sal a las plantas?
La sal… maldita sal. A estas horas, con la luna colgada como un ojo muerto, solo puedo pensar en eso. En cómo la eché, sin querer, a mis geranios rojos, los de la ventana de la cocina. Los que me regaló mi abuela antes de… antes de…
La sal quema. Lo vi. Como si un fuego lento, invisible, se los comiera por dentro. Las hojas, primero marchitas, después secas… como papel. No hay vuelta atrás. Se murieron.
¿Beneficios? No vi ninguno, solo muerte. Quizá, en cantidades ínfimas, algo… pero en serio, no lo recomiendo. Es una tortura lenta, cruel.
- Daño irreversible a las plantas: La sal deshidrata, quema las raíces.
- Afectó mis geranios: Los mató en semanas. Aún veo sus esqueletos secos en la maceta.
- No es abono: No lo confundáis.
Recuerdo el olor a tierra húmeda antes, ahora solo queda la tristeza de ese recuerdo. Y ahora… esa sal, ahí, en el bote, en la cocina… me mira con sus cristales malévolos. Sí. Es culpa mía, lo sé. No lo vuelvas a hacer. Nunca. Nunca más.
¿Qué pasa si le pongo sal a mis plantas?
¡Ay, amigo! ¿Sal a las plantas? ¡Qué locura! Es como echarle gasolina a un gato… ¡o peor!
La sal es mortal para la mayoría de las plantas. Las pobrecitas se deshidratan como si estuvieran en el desierto del Sahara en pleno agosto, ¡un calor infernal! Y es que la sal, ¡qué mala es!, bloquea la absorción de agua, ¡imagínate la sed! Se quedan como mi suegra después de una maratón de baile flamenco… secas como una mojama.
- Hojas amarillas y quemadas. Parecen hojas de otoño en pleno julio.
- Crecimiento más lento que una tortuga en una carrera de caracoles.
- Muerte de la planta. Sí, ¡se mueren! Se van al otro barrio vegetal, al gran compost del cielo.
Hay una excepción, claro. Las plantas halófitas, esas supervivientes, ¡las auténticas guerreras vegetales! Aguantan algo de sal, pero no te creas que es un pasatiempo. Es como decir que aguanto una noche de fiesta de mi primo… puede que sí, pero sufriendo.
En resumen: ¡NO le eches sal a tus plantas a menos que sean halófitas! A menos que quieras verlas convertirse en momias vegetales, antes de tiempo. Eso sí, ayer mismo, probé sal en mis suculentas…¡Y sobrevivieron! (Pero no lo repitan en casa). El año pasado, ¡maté a mi pobre cactus con sal! Fue una tragedia. Y si aún tengo dudas, consulto a mi abuela Emilia, experta en jardinería ecológica… ¡desde hace 50 años! Ella sí que sabe.
¿Qué pasa si le aplico sal a mis plantas?
¡Ay, amigo/a! ¿Quieres echarle sal a tus plantas? ¡Cuidado, no las vayas a convertir en mojama! ¡Es como darles un chute de sodio!
- ¿Beneficios? ¡Como si les dieras Red Bull! ¡Crecimiento a tope y fotosíntesis a 1000! Aunque igual te salen plantas raperas, ¡con tanto ritmo!
- ¿Plagas? ¡Huirán como si vieran a mi suegra con el rodillo! ¡Resistencia nivel Chuck Norris!
- Azúcar: ¡Prepárate para la sobredosis dulce! ¡Tus frutas y verduras serán como caramelos! ¡Ideal para atraer hormigas, ups!
- Raíces: ¡Más fuertes que mi conexión a internet! ¡Y minerales a tutiplén, como si fueran a un spa! Potasio, magnesio, calcio… ¡Un festín!
Ojo: ¡No te pases! ¡Más vale maña que fuerza! ¡Un poquito de sal es como una pizca de picante, pero demasiado… ¡es como beber agua del mar! ¡Tus plantas se convertirán en pasas arrugadas! ¡Y adiós muy buenas!
¿Qué pasa si le echo agua con sal a mis plantas?
Marchitan. La sal deshidrata. Punto.
- Toxicidad: Sodio en exceso, veneno para la mayoría. Bloquea nutrientes esenciales.
- Deshidratación: La ósmosis invertida. Extrae el agua de las células. Como momificarlas en vida.
- Muerte: Inevitable si la concentración es alta. Lento, pero seguro.
Yo maté un helecho con agua salada. Experimento fallido. Ahora uso abono. Resultados… satisfactorios.
Mis suculentas, sin embargo, toleran algo de sal. Las riego con agua del grifo (Madrid, dureza considerable). Pero poca. Y no siempre. Un equilibrio precario.
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