¿Cómo saber si una persona me tiene restringida?

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Me da una sensación horrible pensar que alguien me haya restringido. Es como si te hicieran invisible. Si no ves su última conexión, ni la doble palomita azul, ni sus estados, y su foto de perfil se queda congelada en el tiempo, es muy probable que te hayan restringido. Duele, la verdad, porque es una forma silenciosa de decir que no quieren saber nada de ti.

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¿Cómo saber si alguien te ha restringido? Ay, esa pregunta… me la he hecho yo misma, más de una vez. Es una sensación horrible, ¿verdad? Como si te hubieran borrado de un plumazo, como si fueras un fantasma. Recuerdo a mi amiga Ana, le pasó lo mismo con su ex. De repente, ¡puf! Desapareció. No veía sus estados, ni siquiera su foto de perfil se actualizaba. Parecía como si el tiempo se hubiera detenido en su perfil. Se sentía… invisible, y eso duele muchísimo.

Es como si te pusieran en un congelador emocional, ¿sabes? Te quedas ahí, preguntándote qué hiciste mal, si dijiste algo que le molestara… Esa incertidumbre te carcome por dentro. Si no ves su última conexión, ni esas dos palomitas azules que tanto ansiamos ver… y su foto de perfil parece de otra época… pues sí, amiga, la cosa pinta mal. Es muy probable que te haya restringido.

Y no es sólo eso. Es la forma en que lo hacen, ¿no? Silenciosamente. Sin una explicación, sin un adiós, sin nada. Es una especie de muerte lenta, una desaparición gradual, que te deja ahí, a oscuras, con la sensación de que te han rechazado de la forma más cobarde. Y a veces, ¡te lo juro!, uno se pregunta… ¿merecía la pena tanto silencio? ¿Será que hice algo TAN malo? Es como un golpe bajo en la barriga. Me acuerdo de una vez, pensé que un amigo mío me había dejado de seguir en redes… casi me da un infarto. Luego resultó que simplemente había desactivado su cuenta. Pero la angustia, ¡esa sí que fue real!

Así que… si sientes que algo anda mal, si notas esas señales… puede que te hayas enfrentado a la dura realidad de una restricción. Duele, sí, lo sé. Pero recuerda, a veces, lo que nos hacen los demás refleja más sobre ellos que sobre nosotros. Aunque … reconozcamoslo, saberlo no lo hace menos doloroso.