¿Cuánto tiempo es recomendable ver a tu pareja?

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El psiquiatra Scott Carroll sugiere que las parejas que están comenzando su relación se vean idealmente dos veces por semana durante el primer mes. Este ritmo permite construir una conexión inicial sin saturar la dinámica, facilitando que ambas personas mantengan su individualidad y evalúen el desarrollo de la relación gradualmente.

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¿Dos veces por semana es suficiente? Claves para encontrar el ritmo ideal en una nueva relación

La pregunta es tan vieja como el noviazgo mismo: ¿Con qué frecuencia deberíamos vernos cuando empezamos a salir con alguien? No existe una fórmula mágica que funcione para todos, ya que cada pareja es un universo único con sus propias necesidades, horarios y expectativas. Sin embargo, podemos explorar algunas pautas que nos ayuden a encontrar ese equilibrio tan delicado entre construir una conexión sólida y mantener una sana independencia.

Uno de los consejos que encontramos recurrentemente en la psicología de pareja, y que el psiquiatra Scott Carroll destaca, es la recomendación de verse idealmente dos veces por semana durante el primer mes. A primera vista, podría parecer poco, especialmente si la chispa inicial es intensa y las ganas de estar juntos son enormes. Pero analicemos más a fondo el porqué de esta sugerencia y cómo puede beneficiar a la naciente relación.

Construyendo sobre cimientos sólidos, no sobre arenas movedizas:

El inicio de una relación es un período crucial de descubrimiento. Estamos conociendo a la otra persona, sus valores, sus costumbres, sus sueños y, por supuesto, sus defectos. Imponer un ritmo de encuentros demasiado frecuente desde el principio puede llevar a una “aceleración artificial” del vínculo. Nos arriesgamos a perder de vista detalles importantes, a idealizar a la otra persona y a ignorar señales de alerta que, con un poco más de tiempo y perspectiva, serían evidentes.

Beneficios de un ritmo moderado:

  • Individualidad preservada: Verse solo dos veces por semana permite que cada uno continúe nutriendo sus propios intereses, amistades y responsabilidades. Esta independencia es fundamental para mantener una identidad propia y evitar la codependencia.
  • Evaluación gradual: La distancia permite una reflexión más objetiva sobre la relación. Podemos analizar cómo nos sentimos después de cada encuentro, qué aspectos nos atraen y cuáles nos generan dudas.
  • Evitar la saturación: El exceso de contacto puede llevar al aburrimiento o incluso a la irritación. Mantener un ritmo moderado ayuda a que cada encuentro sea especial y esperado con ilusión.
  • Comunicación más efectiva: Al no estar constantemente juntos, surge la necesidad de comunicarse de manera más intencional. Compartimos experiencias, expresamos nuestras emociones y resolvemos posibles conflictos de forma más consciente.

Más allá del primer mes: Adaptando el ritmo a la realidad de cada pareja:

La recomendación de dos veces por semana durante el primer mes es solo un punto de partida. A medida que la relación avanza, es natural que la frecuencia de los encuentros aumente. Sin embargo, es fundamental que esta evolución se produzca de manera orgánica y consensuada.

La clave está en la comunicación. Hablen abiertamente sobre sus necesidades y expectativas. Consideren factores como la distancia geográfica, los horarios laborales y los compromisos personales. Lo importante es encontrar un ritmo que funcione para ambos y que les permita construir una relación saludable, duradera y satisfactoria.

En definitiva, no hay una fórmula mágica. La frecuencia ideal para ver a tu pareja es aquella que les permita construir una conexión sólida, mantener su individualidad y disfrutar de la compañía del otro sin caer en la saturación. Escúchense mutuamente, sean honestos consigo mismos y encontrarán el ritmo que mejor se adapte a su propia historia de amor.

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