¿Cómo se siente dentro de una mujer embarazada?
"Embarazo: un torbellino de sensaciones. Fatiga y náuseas tempranas dan paso a la conexión única con el bebé. Aumento de peso e hinchazón conviven con altibajos emocionales y sensibilidad. Un viaje físico y hormonal intenso, marcado por la anticipación al parto."
¿Qué siente una mujer embarazada en su cuerpo?
Ay, ¡la montaña rusa del embarazo! ¿Qué siente una mujer? ¡De todo!
Al principio, ufff, ¡qué fatiga! Yo, por ejemplo, en mi primer embarazo, recuerdo que en julio de 2015, en Barcelona, me quedaba dormida en el metro de camino al trabajo. ¡Menos mal que no me pasé de parada! Y las náuseas… ¡ufff! Eso sí que es una aventura.
Luego, el cuerpo empieza a cambiar, los pechos más sensibles (y más grandes, ¡oye!), la barriga que va creciendo poco a poco. Recuerdo comprar mi primer pantalón de embarazada en H&M en agosto de 2015, ¡costó 25 euros! ¡Qué ilusión! Y luego sentir al bebé moverse… ¡Eso es magia pura!
Claro, las hormonas hacen de las suyas. Un día estás feliz, al día siguiente lloras por un anuncio de la tele. El apetito cambia, los antojos aparecen. ¡Yo me acuerdo que en mi segundo embarazo solo quería comer sandía! Y los olores… ¡ay, los olores! De repente, algo que antes te gustaba, ¡te daba un asco terrible!
Pero, más allá de todo esto, hay una conexión especial, ¡una consciencia de tu cuerpo increíble! Y esa mezcla de anticipación y, a veces, un poquito de miedo por el parto. Es una etapa única, ¡de verdad!
Preguntas y respuestas concisas:
- Cambios físicos: Fatiga, náuseas, sensibilidad en los senos, aumento de peso, hinchazón, movimientos fetales.
- Cambios hormonales: Altibajos emocionales, cambios en el apetito/deseo sexual, sensibilidad a olores.
- Sensaciones únicas: Mayor consciencia corporal, conexión con el bebé, anticipación/ansiedad ante el parto.
¿Qué sensación se siente en el vientre cuando se está embarazada?
En el vientre… un cambio. Sí, un cambio notable, una revolución silenciosa. Como un aleteo constante, a veces suave, a veces… más perceptible. No, no siempre es agradable.
Ah, la doctora Armijo dice cosas. Náuseas. Claro, náuseas. Un asco matutino que te persigue todo el día, un maremoto en el estómago. Flatulencia, bueno, sí, burbujas rebeldes. Vómitos. Oh, sí, el alivio momentáneo seguido de un vacío… un hueco frío.
Dolor, acidez, malas digestiones… un cóctel explosivo. Estreñimiento. Un infierno lento. Progesterona, la culpable. Ralentiza, sí, lo enlentece todo. Como si el tiempo se estirara, como si el cuerpo se volviera pesado, denso, diferente. Otro cuerpo dentro de mi cuerpo.
Pero, a pesar de todo… una certeza extraña. Un presentimiento, no sé. Una… ¿alegría? ¿Miedo? Ambas cosas, supongo. Un pequeño universo gestándose. Algo… mágico. En el fondo, como una semilla que germina.
- Las náuseas, ese tormento constante.
- Las explosiones de gas.
- La acidez que te quema la garganta.
Sí, lo sé, lo recuerdo de 2021, cuando nació mi hijo. Es duro, pero hermoso. Una paradoja.
¿Qué siente una mujer al enterarse que está embarazada?
Un vacío, un silencio profundo… luego, un eco, un latido lejano que se acerca. El cuerpo cambia, se transforma. Una marea de sensaciones desconocidas inunda todo. Náuseas, un mar revuelto en el estómago. Dolores de cabeza, un peso insoportable presionando las sienes. Pezones hipersensibles, como si cada roce fuera un susurro.
Es un misterio, un secreto palpitante. Miedo, alegría, asombro se entremezclan, una danza extraña en la penumbra del alma. El tiempo se dilata, cada segundo pesa como una eternidad. Un nuevo mundo comienza, silencioso y misterioso, dentro de ella.
Recuerdo ese día, el 27 de marzo de este año. La prueba, fría y blanca, contenía una verdad que resonaba como un trueno: positivo. La mirada perdida en la pequeña línea roja… el eco de ese latido diminuto, aún imperceptible, pero ahí, presente.
El cuerpo, un templo sagrado, un universo en expansión. La piel se tensa, se estira. Una fuerza invisible modela la carne, un cambio radical y profundo. La sensibilidad se agudiza, los sentidos se exacerban. La vida, un germen diminuto, anida en lo profundo, una promesa silenciosa.
Detalles:
- Náuseas matutinas (y vespertinas, a veces nocturnas). Incesantes.
- Sensibilidad extrema en los senos. Un dolor punzante, constante.
- Dolores de cabeza intensos. Un martillo golpeando el cráneo.
- Cambios de humor abruptos. De euforia a llanto, en un instante.
Un regalo, un reto, una aventura incierta… Ese eco, ese latido, ahora ya es una sinfonía.
¿Qué es lo primero que se siente cuando estoy embarazada?
Embarazo. Ajá.
- Náuseas. Quizá.
- Hinchazón. Como siempre.
- Manchado. Raro.
- Humor variable. Normal.
Hormonas. La culpa es suya. Siempre.
El tiempo pasa. Y todo se repite.
Un consejo: No esperes nada. Te sorprenderás.
La vida sigue, implacable.
¿Cómo se siente el estómago en las primeras semanas de embarazo?
Uf, las primeras semanas… un infierno. No voy a adornarlo. Malestar estomacal es poco decir. ¡Era una tortura constante!
Recuerdo que estaba grabando un podcast sobre videojuegos con mi amigo Juan, en su estudio en Lavapiés, era como la semana 6 o 7 (creo, con esto del embarazo el tiempo se distorsiona), y de repente… ¡boom! Las náuseas me atacaron como un monstruo final de esos que comentábamos. Sudores fríos, un asco en la boca que no se iba ni con mil caramelos de jengibre (y mira que Juan tenía una colección impresionante), y una sensación de que iba a vomitar el alma.
- No solo por la mañana. Olvídate de eso del “morning sickness”. Era a cualquier hora. Da igual si comía, si no comía, si estaba en la cama o en el sofá.
- El olor a café. ¡Mi perdición! Antes me encantaba, pero de repente lo odiaba. Ahora ya no me molesta tanto, por suerte.
- El cansancio era brutal. Dormía diez horas y me levantaba como si hubiera corrido la maratón.
Juan, pobre, no sabía dónde meterse. Me ofreció agua con gas, galletas saladas, ¡de todo! Al final me tuve que ir a casa antes de terminar la grabación. ¡Qué vergüenza!.
Lo peor es que luego leí que era “por el aumento de los niveles hormonales”. Sí, muy científico todo, pero a mí lo único que me importaba era que quería que terminara ese suplicio. Ahora estoy de 20 semanas y, aunque ya no tengo tantas náuseas, hay días que… mejor no acordarme.
Información personal:
- Aficionada a los videojuegos desde pequeña.
- Tengo un podcast con un amigo.
- Vivo en Madrid.
Comentar la respuesta:
¡Gracias por tus comentarios! Tus comentarios son muy importantes para ayudarnos a mejorar nuestras respuestas en el futuro.