¿Cómo hidratar el cabello muy seco y maltratado?

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Ay, ¡mi pelo cuando está así de maltratado me desespera! Lo que mejor me funciona es una mascarilla hidratante profunda, ¡de verdad que lo noto! Después, bajo la temperatura del agua al ducharme, que el agua caliente lo reseca aún más. Un buen aceite capilar antes de dormir también hace milagros, y procuro evitar planchas y secadores al máximo. En serio, ¡la paciencia es clave! Con constancia, el pelo recupera su brillo y suavidad.

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¡Cómo hidratar este pelo, ay Dios mío! ¿A quién no le ha pasado? Ver tu reflejo y sentir esa paja seca, esa aspereza… me desespera, de verdad. Parece un estropajo, a veces. Recuerdo una vez, después de unas vacaciones en la playa – ¡con el sol y el salitre sin protección, qué tonta! – mi pelo parecía un nido de pájaro, ¡un desastre absoluto!

Lo que mejor me ha funcionado, y de verdad que lo digo con el corazón en la mano, son las mascarillas hidratantes profundas. ¡Es como una inyección de vida para mi pelo! Una vez probé una con aguacate y miel, que me hizo una amiga, y el resultado fue… ¡espectacular! Parecía otro pelo, suavecito, brillante… como la seda. Claro, no todas son iguales, hay que ir probando hasta encontrar la que te funcione mejor.

Luego está el tema del agua caliente, ¿verdad? ¡Ese enemigo silencioso! Ahora mismo, ducharme con agua fría me parece un suplicio, pero la diferencia con mi pelo es brutal. Es como si el agua caliente le robara la vida, le quitara todo su brillo, su fuerza. Lo noto muchísimo, de verdad. Ahora bajo la temperatura poco a poco, ¡para no tener un infarto! jajaja.

Y por último, pero no menos importante, los aceites capilares. Antes de dormir, una pequeña cantidad, masajeando suavemente… ¡es como un ritual! Yo utilizo aceite de coco, huele delicioso y se absorbe bastante bien. Luego, me pongo una cofia de satén, que dicen que ayuda a mantener la hidratación… ¡y a evitar el frizz que me da tanto miedo!

Y claro, lo de las planchas y los secadores… ¡la lucha eterna! Intento usarlos lo menos posible, la verdad. Sé que es difícil, sobre todo en invierno que el pelo tarda una eternidad en secarse, pero si no quiero volver a tener ese pelo estropajo, ¡tengo que ser constante! Recuerdo un estudio que leí una vez, algo así como que el 70% del daño en el pelo se debe al calor… no sé si es exacto el dato, pero la idea es clara.

En fin, la clave está en la constancia, la paciencia, y en quererse un poquito más. Es un proceso, no esperes milagros de la noche a la mañana. Pero verás como, poco a poco, tu pelo recupera su brillo, su suavidad… su vida. Y créeme, ¡merece la pena!