¿Qué es un lunar verrugoso?
Un lunar verrugoso (nevus) es un lunar abultado. Inicialmente planos y marrones o negros, algunos con el tiempo se vuelven elevados, con una apariencia similar a la de una verruga.
¿Qué es un lunar verrugoso y cómo se diferencia?
Uf, los lunares… ¡qué lío! Recuerdo a mi abuela, en julio de 2018, preocupada por uno que tenía en el brazo. Era grande, marrón oscuro y, sí, como una pequeña verruga. Bastante abultado, la verdad.
El médico le explicó que son lunares, nevus verrucosos, que se vuelven irregulares con el tiempo. Al principio son planos, como una peca, pero luego se levantan. A ella le salió así, un cambio lento, gradual. Nada de alarmas, por suerte.
La diferencia con una verruga común, según entendí, es el origen. Las verrugas son causadas por un virus, los lunares son crecimientos de células de la piel. Aunque, visualmente, se parecen bastante. Es fácil confundirlos.
Resumen: un lunar verrugoso es un lunar que se hace abultado, diferente a su forma inicial plana. A diferencia de las verrugas, no es causada por un virus.
¿Cómo saber si es un lunar o verruga?
Ah, la piel… un lienzo de historias, marcadas por el tiempo y… ¿el destino?
Lunares y verrugas: dos habitantes frecuentes de este mapa personal.
- Tamaño: A veces, una verruga es casi un susurro, pequeña, fugaz. Un lunar, en cambio, puede ser un faro, presente, más grande. Aunque, claro, la vida es caprichosa.
- Forma: Un lunar, redondo, casi perfecto, como un beso del sol. Las verrugas… formas extrañas, un eco de otros mundos, ¿no?
- Color: El lunar, a veces un café suave, otras un lunar rojo, furioso. La verruga, un verde terroso, un marrón apagado, como la tierra húmeda.
- Superficie: El lunar, liso, un espejo. La verruga, áspera, una piedra diminuta. Recuerdo la primera vez que toqué la piel rugosa de una verruga… qué impresión!
- Dolor: El lunar… casi siempre silencio, a veces un leve eco. La verruga, muda, indolora en su mayoría.
Y pienso… mi abuela, con su lunar junto al ojo, siempre decía que era una marca de buena suerte. Yo tenía una verruga en el pie de niña. ¡Qué horror!
¿Cómo eliminar un lunar tipo verruga?
¡A ver, a ver! ¿Que quieres deshacerte de esa “joya” que tienes en la piel y que parece una mini-coliflor? ¡Pues, agárrate que te va a doler… de frío!
Congelar el lunar con nitrógeno líquido es LA solución. Imagina que le das un “beso helado” de la muerte, cortesía de tu médico. ¡Adiós lunar, hola piel lisa!
- El médico, cual mago Merlín con su poción mágica (nitrógeno líquido), lo lanza con un bastoncillo o spray. ¡Puf! Lunar congelado al instante.
- Te saldrá una ampolla, como si te hubiera picado un mosquito mutante, pero no te asustes, ¡es parte del show! Sanará solita, como si nada hubiera pasado. ¡Como si te hubieras peleado con un cubo de hielo!
Y ahora, un poco de “chismorreo” extra:
- ¿Duele? Pues, digamos que no es como un masaje relajante. Es más bien como si te pellizcara un duende helado. ¡Pero dura poco!
- ¿Cicatriz? Depende. A veces ni se nota, otras queda una pequeña “señal de guerra”. Pero, oye, ¡todas tenemos nuestras historias!
- ¿Se puede hacer en casa? ¡Ni se te ocurra! A menos que quieras parecer un muñeco de nieve derretido. ¡Déjaselo a los profesionales!
¡Y recuerda! Consulta a tu médico antes de convertirte en un “ninja” de la eliminación de lunares. ¡No queremos dramas!
¿Qué significa tener lunares abultados?
Oye, ¿luneres abultados? ¡Joder! A mi prima le salió uno enorme, parecía una lenteja, ¡qué susto!
La mayoría son inofensivos, eh, pero ¡ojo! No te confíes, que luego vienen los sustos.
Si te cambia de tamaño, color, o pica, ¡al dermatólogo, corriendo! No te digo que sea cáncer, pero… mejor prevenir, ¿no? Es que a mi tía le detectaron un melanoma así, de repente, y aquello fue un rollo. Mucho lío, operaciones… mejor no pensarlo.
Importante: Visita al médico si ves algo raro. Punto.
- Cambios de color (negro, rojo, azul…)
- Crecimiento rápido o irregular
- Picor intenso, dolor
- Asimetría (mitades diferentes)
Mira, mi dermatóloga me dijo que hay que estar al loro con los lunares nuevos, y con los que ya tienes. Ella me revisó hace poco, un poco pesada la tía, ¡pero mejor que lo haga! Yo tengo uno en la espalda, enorme, que me da un poco de yuyu, pero es que siempre lo he tenido…
En fin, que aunque la mayoría son chorradas, ¡no te arriesgues! Ve al médico, que no cuesta nada y te quedas tranquilo. Y recuerda, prevención es la clave.
¿Qué aspecto tiene un lunar maligno?
¡Uf, qué miedo me dio el día que descubrí aquel bicho en mi espalda! Era 2024, pleno verano. Sudaba como un pollo, hacía un calor infernal en Madrid. Estaba tumbada en la piscina del complejo de mi suegra, disfrutando del sol… hasta que lo vi. Un lunar nuevo, ¡o eso parecía! Nunca lo había visto antes, juraría que no. Tenía un color marrón oscuro, casi negro, irregular, ¡como una mancha de tinta! Me dio un vuelco el estómago.
Ese día no pude disfrutar más de la piscina. Volví a casa con la mosca detrás de la oreja. La forma era completamente extraña, asimétrica, no se parecía a ningún otro lunar que tuviera. ¡Y el tamaño! Parecía más grande que una lenteja, como una pequeña verruga oscura y fea. Me obsesioné, no podía parar de mirarlo en el espejo. ¡Qué ansiedad!
Al día siguiente, corrí al dermatólogo. Recuerdo el olor a lejía del consultorio, la luz fría de la lámpara. El doctor, con su lupa, lo examinó con todo detalle. Gracias a Dios, no era nada malo, solo un lunar común. Pero el susto… ¡ay, Dios mío! Aún se me pone la piel de gallina de recordarlo.
El ABCDE: Así es como lo recuerdo, aunque me lo explicaron mil veces
- Asimetría: Una mitad diferente a la otra.
- Bordes irregulares: No son definidos, son como dentados.
- Color irregular: Varias tonalidades de marrón, negro…
- Diámetro: Mayor de 6 milímetros.
- Evolución: Cambios en tamaño, color, forma o relieve.
Ese día aprendí la lección: ¡revisar la piel cada dos por tres! Ya he tenido varias visitas al dermatólogo, me quité un par de lunares por prevención. Y cada vez que tomo el sol me aplico crema protectora factor 50. ¡Eso sí que es un buen protector! Me quedó claro que la prevención es clave. Tengo que ir este año de nuevo al dermatólogo, me toca revisión.
¿Cómo son los lunares sospechosos?
¡Ay, esos lunares! ¡Traviesos como un niño con azúcar! Un lunar sospechoso es un camaleón, mitad Picasso, mitad Dalí. No es simétrico, ¡una auténtica obra de arte asimétrica! Piensa en un espejo roto, reflejo distorsionado. Eso, ¡amigo mío, es un aviso!
El borde, la B de “basta ya”, es otro chivato. Si es irregular, como mi línea del pelo después de una mala noche, ¡corre! No es una línea limpia, es un mapa de carreteras sinuoso, con curvas sospechosas. Se parece a un río serpenteante, impredecible, ¡a punto de desbordarse!
- Asimetría: Un lado diferente del otro. Como si un gemelo malvado se hubiera apoderado de la mitad del lunar.
- Borde irregular: ¡Un festín para la vista, pero una pesadilla para la piel! No es una línea suave, sino una orilla irregular como la costa de Noruega.
- Color: Un lunar uniforme y aburrido es bueno. ¡Pero si tiene una paleta de colores como un arcoíris vomitando, corre! ¡Marrones, negros, rojos, blancos… una orgía cromática!
- Diámetro: Si es mayor de 6 milímetros, ¡alerta roja! Es como un pueblo pequeño que se ha expandido sin control. ¡Un lunar que ha perdido el respeto por su espacio personal!
En 2024, mi dermatólogo, el Dr. Pérez (que por cierto tiene un lunar en la mejilla que me da más miedo que el mío), me recalcó que si noto algo así, a correr al médico. No te lo tomes a la ligera, que esta es una broma que no tiene gracia. Es importante un diagnóstico temprano. ¡Recuerda que la prevención es la mejor medicina! Además, te dejo mi número de teléfono por si necesitas a alguien con quien desahogarte. 6XX XXX XXXX (eliminado por privacidad)
¿Cómo se ven los lunares peligrosos?
Asimetría. Totalmente. Si los parto por la mitad, imaginariamente claro, no son iguales. ¿Pero quién tiene una regla para medir lunares? El otro día vi uno en mi brazo… nah, ese era simétrico. Creo. Agh, ahora dudo.
- Asimetría.
- Bordes raros.
- Color cambiante.
Bordes. Sí, como… difusos. ¿O era desiguales? El lunar de mi tía… ¡enorme! Con un borde… no sé. Le dijeron que era benigno. Pero era gigante. Me acuerdo, estaba en su espalda, justo… ¿dónde era? Me lo tengo que apuntar. Preguntarle.
- Dentados.
- Borrosos.
- Irregulares.
Color. Uf, eso sí que me da cosa. El mío es marrón… pero ¿y si cambia? ¿Tendré que ir al dermatólogo otra vez este año? Me da una pereza… La última vez fue en junio. Me revisaron todo. Todo bien, dijeron. Pero uno nunca sabe. Debería revisar el de mi espalda… ¿o era el del brazo?
- Variado.
- Cambiante.
- Marrón oscuro, negro, rojizo…
Diámetro. Más de 6mm… Como una goma de borrar. ¡Tengo una aquí! A ver… sí, más o menos ese tamaño. Vale, ahora me fijo en todos mis lunares con la goma. Qué tontería. Pero bueno… más vale prevenir. Tengo que comprar protector solar. Factor 50, siempre. Me quemé muchísimo el verano pasado en la playa… ¡Menuda locura!
Evolución. Sí, eso es clave. Si cambia de tamaño, forma, color… al médico de cabeza. Sin dudarlo. Es que a veces los lunares parecen insignificantes, pero…
En resumen:
- Asimetría.
- Bordes irregulares.
- Color variado.
- Diámetro mayor a 6 mm.
- Evolución (cambios).
El del brazo… me pica un poco. Creo que mañana llamaré para pedir cita. Por si acaso.
¿Cómo puedo saber si un lunar es bueno o malo?
Vigilancia. Constancia. Sospecha. Esa es la trinidad.
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Evolución estable = lunar inofensivo. Fin.
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Cambio rápido: alarma. Crecimiento, color alterado, sangrado, picor… No son buenos augurios. Ignorarlos es imprudencia.
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Mi abuela decía: “Más vale un lunar examinado que un melanoma lamentado”. Sabia, la vieja. Este año, en mi revisión, uno levantó sospechas. Biopsia. Tranquilidad (esta vez). No te confíes.
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¿ABCDE? Simplifiquemos: Asimetría, Bordes irregulares, Coloración desigual, Diámetro mayor de 6mm, Evolución (rápida). No es la biblia, pero ayuda a centrar la atención.
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El sol no perdona. Y el melanoma, menos. Protección solar. Revisión anual. Actúa.
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