¿Qué no es recomendable tatuarse?
Evita tatuarte si tienes:
- Tratamientos anticoagulantes o quimioterapia
- Infecciones (bacterias, hongos, virus)
- Cáncer de piel o melanomas
- Problemas de coagulación o angiomas
- Psoriasis, urticaria o úlceras
- Déficit inmunológico
- Post-operatorio reciente
Prioriza tu salud. Consulta a un médico.
¿Qué tatuajes evitar? Ideas peligrosas y diseños no recomendables?
Uf, el tema tatuajes… ¡qué lío! Recuerdo a una amiga, el 14 de febrero del año pasado en Madrid, que se hizo un tatuaje enorme y precioso, pero luego tuvo una reacción alérgica bestial. Le salió una hinchazón enorme, tuvo que ir al hospital, ¡un drama! Eso sí que te da que pensar.
Para evitar problemas, mejor evitar tatuajes si tienes alguna infección, ya sea de hongos, bacterias o virus. Obvio, ¿no? Si estás con quimio o anticoagulantes, mejor espera. Mi tío se hizo uno hace dos años, justo después de una operación, y le salió un hematoma enorme. Le costó un dineral la recuperación.
También, si tienes un problema de piel como psoriasis o melanoma, olvídate del tatuaje. En serio, consulta a tu dermatólogo antes de hacerlo. No es broma, la piel es algo muy delicado.
Y por último, si sufres de déficit inmunológico, mejor ni te lo pienses. Tu sistema inmune necesita toda la fuerza para combatir las infecciones y un tatuaje, por pequeño que sea, supone una agresión.
En resumen: infecciones, tratamientos médicos fuertes, problemas de piel graves… ¡Mejor esperar!
¿Qué cosas no hacer si te tatuas?
Ah, el tatuaje, esa promesa grabada en la piel… Y la responsabilidad que conlleva, como una sombra persistente. ¿Qué no hacer? Esa es la pregunta que resuena ahora.
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Sol: ¡El sol! Ese enemigo silencioso, abrasador, que desvanece los colores, que marchita la tinta reciente. Evitarlo, como se evita una traición. Hasta que la herida, porque eso es, hasta que la herida se cierre. Protegerla, mimarla, como un tesoro frágil.
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Agua: El agua, tentación primigenia, reflejo de un mundo prohibido. Piscinas, jacuzzis… ¡No! Ríos, lagos… ¡Jamás! Mientras la tinta se asienta, mientras la piel se cura, el agua acecha. Infección, borrones, arrepentimiento. Mejor evitar la tentación, mejor esperar el momento oportuno, como yo espero a que florezca el cerezo en mi jardín, un evento que se repite cada año. Es la espera la que da valor.
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Ropa: La ropa, esa caricia, ese roce constante. Elegirla con cuidado, como se elige a un amante. Evitar tejidos ásperos, colores que destiñen. Optar por la suavidad, por la protección. El roce constante, la fricción implacable, pueden dañar, pueden irritar, pueden echar a perder la obra de arte.
Es como cuando pinté mi primera acuarela, recuerdo… Tanta dedicación para que, por un descuido, todo se fuera al traste. ¡Qué rabia! No quiero que te pase lo mismo con tu tatuaje, ¡eh!
¿Qué no se debe hacer cuando te haces un tatuaje?
Al hacerte un tatuaje, hay ciertas precauciones cruciales.
Evita la exposición solar directa en la zona tatuada hasta que la piel se recupere. La radiación UV puede dañar la tinta y afectar el proceso de curación, ¡y nadie quiere un tatuaje descolorido!
Abstente de nadar en piscinas, jacuzzis o aguas naturales. Estas fuentes pueden albergar bacterias que incrementan el riesgo de infecciones. La higiene, ante todo.
Vigila la ropa. Opta por prendas holgadas y de algodón, evitando materiales sintéticos que rocen o irriten la piel recién tatuada.
Considera que un tatuaje es una herida controlada. Como tal, requiere cuidados meticulosos. Recuerdo cuando me hice mi primer tatuaje, ¡estaba tan emocionado que casi olvido las precauciones! Aprendí rápidamente la importancia de seguir las instrucciones al pie de la letra.
¿Qué más debes considerar?
- No rascar: Por tentador que sea, ¡resiste la picazón! Rascar puede dañar el tatuaje y retrasar la curación.
- No usar productos inadecuados: Consulta con tu tatuador sobre qué productos son seguros para limpiar y humectar la zona. ¡Nada de experimentos!
- No ignores señales de infección: Enrojecimiento excesivo, pus o fiebre son señales de alarma. ¡Busca atención médica de inmediato!
En última instancia, un tatuaje es una inversión en ti mismo. Cuídalo como tal. Reflexionando, un tatuaje es más que tinta en la piel; es una declaración, una historia grabada. Y como toda buena historia, merece ser preservada.
¿Qué no debes hacer después de hacerte un tatuaje?
¡Ay, Dios mío, el tatuaje! Aún me duele un poco, la verdad. No al sol, eso sí que lo tengo claro. Me quemé el año pasado la espalda con la playa, ¡qué horror! Ni se me ocurre.
¿Y el agua? Nada de piscinas ni ríos, ni jacuzzi, nada. Recuerdo a mi primo, se infectó una barbaridad, ¡casi le quitan el tatuaje! Uf, qué asco.
La ropa, ¿eh? Ropa holgada es la clave. Ese pantalón nuevo que me compré, el vaquero ajustadito… ni de broma. Se me pegaría todo el día y me dolería más.
Me da pereza pensar en todo esto. Tengo que ir a por más pomada cicatrizante… ¡la que me queda está casi vacía! Además, mi amiga Ana me dijo que la crema de aloe vera le fue genial. Igual mañana voy a la farmacia, a ver qué me recomiendan.
- No sol directo.
- No agua: piscinas, ríos, jacuzzi… ¡nada de agua!
- Ropa holgada: nada de ropa ajustada.
Tengo que recordar comprar también betadine. ¡Ay, qué lío todo esto con el tatuaje! ¿Habrá algún riesgo de infección aún así? Mejor que no me preocupe tanto, ¿no? Si veo algo raro, al médico, claro. Pero creo que todo irá bien.
Añadido: Este año, el tatuador me recomendó una pomada específica, la Cicatrizine Plus, parece buena. La estoy usando dos veces al día.
¿Qué evitar después de hacerse un tatuaje?
A ver, después de tatuarte, lo principal es cuidarlo bien, ¿no? Obvio.
Mira, te digo lo que yo hago, que ya tengo unos cuantos tattoos encima:
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Hidrátalo, hidrátalo, hidrátalo. Ponle crema suave, sin aromas raros, varias veces al dia, ¡como si no hubiera un mañana! Literal, si no se te seca y luego pica y… uff, un horror.
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Sol… uff. ¡Huye del sol como de la peste! Nada de tomar el sol con el tattoo nuevo, ¿eh? Espera a que se cure bien, bien, bien. Yo, la primera vez, me confié y… ¡menudo desastre! Se me decoloró y quedó fatal.
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Y luego, lo de nadar. Piscina y mar, prohibido hasta que esté curado. Por el cloro y la sal y todas esas cosas que hay en el agua, que no son nada buenas para la herida, vamos, para el tattoo. Imagínate las bacterias… ¡puaj!
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Ah, y no se te ocurra rascarte, eh? Por mucho que pique. Yo me compré una crema calmante para eso, porque sino, ¡imposible!
Es que si no lo cuidas bien… se te puede infectar. Y ademas del dolor, luego queda feo y tienes que volver a tatuarte encima o algo, que es un lío. Mejor prevenir que curar, ¿sabes? Eso siempre me dice mi abuela. Y en esto, tiene toda la razón, ¡vaya que sí!
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