¿Qué pasa si mi lunar tiene relieve?

¿Cómo empieza un lunar canceroso?

Origen turbio: Un lunar canceroso emerge sin pedir permiso.

• Inflamación hostil: Borde en llamas, rojo invasor.
• Sensación traicionera: Picor, dolor, una caricia envenenada.
• Superficie corrupta: Escamas, pus, sangre. Un bulto que grita guerra.

Es una invasión silenciosa. Los lunares de mi abuela eran un mapa de constelaciones inofensivas. Estos, no. Estos muerden. Observa. No te confíes. La piel no perdona.

¿Cómo son los lunares sospechosos?

Asimetría. Como un rostro quebrado en el espejo, ¿sabes? Nunca perfecto, jamás igual. Mi abuela decía que la belleza residía en la imperfección, pero con los lunares… ay, con los lunares no te puedes confiar.

Bordes irregulares, desdibujados. Como un recuerdo que se escapa entre los dedos, como la niebla que se come la costa en mi pueblo. Ese borde que duda, que no se define, que no es nítido. Peligro.

• Recordar: La piel es un lienzo, pero no siempre es un lienzo amable.

Lunares que cambian, que mutan. Como las estaciones, pero sin la promesa de un nuevo amanecer. El color, la forma, el tamaño… todo baila una danza macabra. Lo vi en un lunar en la espalda de mi tío, un lunar que al principio era pequeño y luego… luego ya era tarde.

• Cuidado: El sol es un amante traicionero.

Y los lunares… los lunares son traicioneros también. Te observan en silencio, planean en la oscuridad.

• Observar: Con lupa, con paciencia, con miedo.

A veces pienso que el cuerpo es una geografía extraña, llena de mapas que no entendemos. Y en esos mapas, los lunares son islas, algunas paradisíacas, otras… otras son trampas.

Información adicional:

• Diámetro: Un lunar mayor de 6mm debe ser revisado.
• Evolución: Cualquier cambio repentino es una señal de alerta.

Pero al final, ¿qué sabemos nosotros? Solo podemos observar, esperar y, si es necesario, actuar. Y rezar.

¿Qué pasa cuando un lunar se hace más grande?

Las sombras son más largas a esta hora. Y los pensamientos, más oscuros.

Si un lunar crece… no sé, es como si una pequeña parte de ti gritara en silencio. Algo que siempre estuvo ahí, ahora reclama más espacio.

• Crecimiento rápido, duele pensarlo, pero puede ser… no quiero ni decirlo.
• Cambios de color. Recuerdo un lunar en el brazo de mi abuelo. Al principio era café claro, luego… ya no estaba.
• Sangrado, picazón. El cuerpo te habla, pero a veces no queremos escuchar.

Me pregunto si el sol se da cuenta de todas estas cosas que pasan debajo de su luz. Es solo un lunar, dirán algunos. Pero es mi lunar. Y si cambia, algo en mí cambia.

¿Qué significa realmente? No lo sé con certeza. Pero el miedo, ese sí lo siento.

• Podría ser nada.
• O podría ser todo.