¿Qué ropa interior usar con el vestido de novia?

1 ver

Para tu vestido de novia, ¡el sujetador ideal depende del diseño! Un sujetador bonito con encaje o push-up es excelente. Si el vestido es ligero, opta por un modelo básico sin tirantes para una silueta impecable. La comodidad es clave; elige una opción que te haga sentir segura y hermosa.

Comentarios 0 gustos

Ay, el vestido de novia… ¿Hay algo más emocionante (y aterrador)? Recuerdo cuando me probé el mío, tantas emociones juntas… Y claro, ahí estaba yo, enfundada en un sueño de encaje y seda, y de repente… ¡el sujetador! ¿Quién iba a pensar que esa pequeña prenda podría causar tanto dilema?

El tema del sujetador para el vestido de novia es todo un mundo, ¿no? Depende muchísimo del vestido, claro. Si es un vestido con escote corazón o palabra de honor, pues no te queda otra que buscar algo sin tirantes, ¿verdad? Y ahí es donde empieza la odisea. Con mi vestido, que era de tirantes finitos y espalda descubierta, ¡casi me vuelvo loca! Probé mil opciones.

Si tu vestido es más “perdonador”, con mangas o un escote más cerrado, ¡aprovéchalo! Puedes ponerte un sujetador bonito, con encaje, incluso un buen push-up si quieres realzar un poco la figura. A mi prima, por ejemplo, le quedaba de maravilla un sujetador de encaje que se asomaba un poquito por el escote, muy sutil y elegante. Yo, en cambio, tuve que conformarme con uno de esos adhesivos de silicona… ¡que menuda aventura! No voy a mentir, no son la cosa más cómoda del mundo, pero bueno, al final el resultado mereció la pena.

Lo importante, sea cual sea el vestido, es la comodidad. Imagínate pasando todo el día con un sujetador que te aprieta, te pica o se te clava… ¡horror! Así que, aunque suene a tópico, pruébate el vestido con el sujetador puesto. Baila, siéntate, muévete como si estuvieras en la boda. No te quedes solo con la postura de “foto de catálogo”, porque luego vienen los arrepentimientos.

Y una cosa más, no te obsesiones con la perfección. Lo más importante es que te sientas segura y hermosa. Si el sujetador te hace sentir bien, ya está, no necesitas más. Al final, lo que realmente importa es disfrutar del día, ¿no? Y créanme, con los nervios y la emoción, el sujetador es lo de menos. Yo, por ejemplo, ni me acordé de él después del primer baile.