¿Cómo saber si es atardecer o amanecer?

¡Ah, el amanecer y el atardecer! ¿Verdad que es una maravilla? Yo siempre digo que son los dos mejores momentos del día. Recuerdo una vez, en la playa, viendo salir el sol después de una noche sin dormir… ¡Madre mía, qué subidón! Te llena de energía, de promesas. Ese azul clarito que precede al dorado… uf, me pone de buen humor solo de pensarlo. Es como si el mundo entero te dijera “¡Vamos, a por el día!”.

Y luego está el atardecer… Ay, el atardecer. Ya no es la misma cosa, ¿verdad? Es más… introspectivo, diría yo. Como un abrazo cálido pero que a la vez te da un poquito de pena que se acabe el día. Me acuerdo de mis abuelos sentados en el porche, viendo ponerse el sol. Era su momento, su paz. Y ese azul que viene después, ese crepúsculo… no sé, me hace pensar en todo lo que ha pasado, en lo que vendrá. A veces me pregunto si ellos sentían lo mismo.

Pero a ver, ¿cómo distinguirlos? Yo creo que, más allá de la teoría de dónde sale y se pone el sol, es una cuestión de sensaciones. El amanecer es “¡A despertar!” El atardecer es más un “descansa un poquito”. ¿No les pasa? Es como si tuvieran una vibración diferente. Además, yo siempre digo que el atardecer tiene un toque como más melancólico, quizás porque sabes que después viene la noche, mientras que el amanecer es pura esperanza. Vamos, que aunque los dos sean preciosos, ¡son dos mundos aparte! ¿No creen?