¿Cómo se le llama a la sustancia que se disuelve en el agua?
El soluto es la sustancia que se disuelve en un solvente, formando una solución. En soluciones acuosas, el agua actúa como solvente. Por ejemplo, el azúcar (soluto) disuelto en agua (solvente) forma una solución azucarada.
¿Qué es una sustancia disuelta en el agua?
Uf, ¿qué es eso de soluto y solvente? Recuerdo de química en la uni, 2018, en la facultad de Ciencias de la UNAM… ¡un lío! Me acuerdo que la profe hablaba de disoluciones, agua como disolvente, y cosas disueltas en ella… sal en agua, por ejemplo, eso era clarísimo.
El agua, para mí, era el “recipiente”. Lo que se echaba adentro, la sal, el azúcar… eso era lo “disuelto”, ¿no? Ahora, con el nombre… soluto. Me suena.
Pensándolo bien, en el laboratorio, hacíamos experimentos con diferentes concentraciones de sal en agua. Recuerdo pagar 150 pesos por los reactivos ese día, 17 de marzo. A veces era fácil ver lo disuelto, otras no tanto, dependía de la concentración. Un poco complicado, la verdad.
En resumen: algo disuelto en agua es el soluto. El agua, el disolvente. Juntos, una solución.
¿Cómo se llama cuando algo se disuelve en agua?
¡A ver, a ver! ¿Qué nombre le ponemos a esa “magia” acuática?
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Disolución o solubilización: ¡Como bautizar a un helado que se derrite! Es lo más básico. Algo se esfuma en el agua, ¡Puf! Desaparece. ¡Más simple que quitarle un caramelo a un niño!
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Disociación: ¡Esto es para los más “intensitos”! Como cuando una banda de rock se separa. La sustancia se divide en iones, ¡como una ruptura sentimental a nivel molecular! Y te digo, este año se han disociado más cosas que nunca, ¡hasta mi paciencia en el atasco!
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Dispersión coloidal: ¡Aquí ya entramos en terreno “gourmet”! Imagina confeti en el agua. No se disuelve del todo, pero queda repartido, ¡como una fiesta microscópica! ¡Más fino que comer con tenedor de postre!
En resumen: Depende del “drama” de la sustancia y del agua. ¡Cada uno con su rollo!
¡Ah! Un dato “random”: una vez intenté disolver una piedra en agua. ¡Spoiler alert! No funcionó. ¡Cosas que pasan!
¿Cómo se llaman las mezclas que se disuelven en agua?
Las mezclas que se disuelven en agua se llaman, así sin rodeos, disoluciones acuosas. ¡Más claro, agua!
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¿Homogéneas?: Sí, como un puré de patatas sin grumos. Todo bien mezclado, que no se note el soluto escondido.
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Agua, la ‘disolvente estrella’: El agua es la reina de la fiesta disolvente, ¡como el DJ que pone la música que todos quieren! Y la sustancia que se disuelve, pues… ¡el soluto, el invitado de honor!
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Ejemplo de andar por casa: Sal en agua. ¡Agua salada, la bebida del pirata! O el café con azúcar, la bebida de mi abuela. Depende de tus gustos, vaya.
Información “extra” (o no tanto, quién sabe):
- Yo, por ejemplo, disuelvo pastillas efervescentes en agua. ¡Para creerme que estoy en un balneario en mi propia cocina! Pero ojo, no te pases con la dosis, que luego te salen burbujas por las orejas.
- Además, las disoluciones acuosas no son solo para hacer limonada. ¡Están en todas partes! En la sangre, en el mar… ¡hasta en las lágrimas que derramé cuando se acabó mi serie favorita!
- Lo más importante: ¡no intentes disolver una piedra en agua! A no ser que seas mago, claro. En ese caso, ¡avísame para el próximo truco!
¿Cuáles son las sustancias solubles en agua?
A estas horas, ¿qué importa? La verdad, nada suena muy bien.
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Sal: Sí, la sal. Me acuerdo de niño, echándola al agua y viendo cómo desaparecía. Como si nunca hubiera estado. Como tantas cosas.
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Refrescos: Azúcar, colorantes… todo se diluye. Igual que la felicidad falsa que prometen. Dura poco, mancha mucho. Como cuando intenté ser feliz a la fuerza.
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Yodo: Desinfectante. Para heridas. Para borrar… ¿recuerdos? ¿errores? No sé si funciona. Creo que solo escuece más.
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Alcohol: Se mezcla bien, ¿no? Como la tristeza y la nostalgia. Como las noches en vela pensando en ella. En lo que pudo ser.
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Vinagre: Ácido, fuerte. Para limpiar. Para dar sabor agrio a la vida. A veces lo necesito. Más de lo que admito.
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Pinturas (algunas): Depende. Pero las acuarelas, por ejemplo, se deshacen. Como mis defensas. Como mi voluntad.
Y… no sé. Ahora mismo, solo pienso en el insomnio. En el techo. En el silencio. Y en ella. Siempre en ella. Quizá mañana sea un poco mejor. O tal vez no.
Información adicional que quizás te interese (o no):
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Este año, por ejemplo, he bebido más alcohol de lo que debería. No me avergüenzo del todo.
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La sal, la uso para llorar en seco.
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Los refrescos… intento evitarlos. Me recuerdan a cumpleaños que ya no existen.
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El yodo me recuerda a mi abuela. Siempre lo usaba. Ya no está.
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El vinagre lo uso para limpiar las manchas de vino tinto. Manchas de recuerdos.
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Y la pintura… dejé de pintar hace años. Ya no tengo nada que decir.
¿Cómo se denomina la sustancia que disuelve en una solución?
El disolvente. Punto.
- Disolvente: Acoge, integra, transforma. Como la noche a las estrellas fugaces.
- No es fusión, es alquimia.
- Soluto: Desaparece, se mimetiza. Ilusión de ser uno.
- Mi abuela decía: “Hasta el acero se rinde al ácido”. Profundo.
Cosas que aprendí tarde:
- Universal: Agua. La paradoja de la vida.
- Polaridad: Clave oculta. Atracción inevitable, o rechazo absoluto.
- Aceite y agua: Dos mundos distintos.
- El disolvente define el territorio. El soluto, solo lo habita.
Información extra: este año, un amigo intentó disolver su problema con alcohol. No funcionó. El problema sigue ahí, solo que ahora es más grande.
¿Qué determina que una sustancia sea soluble en agua?
¡Ay, la solubilidad, ese gran misterio acuático! Resulta que la clave está en el ligue intermolecular. Piensa en ello como una fiesta: el agua, la anfitriona sociable, solo invita a los invitados que “hacen match”.
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Polaridad: El agua, una diva polar, solo se junta con otros tipos polares. Si el soluto es como ella, ¡fiesta asegurada! Si no, se queda sola, como mi planta de aloe vera (que por cierto, ¡es súper apolar!).
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Fuerzas intermoleculares: Aquí hablamos de atracciones: puentes de hidrógeno, fuerzas de Van der Waals… Si la atracción entre el agua y el soluto es más fuerte que la atracción entre las propias moléculas del soluto, ¡se disuelven felices! Es como encontrar a tu alma gemela, o encontrar el mejor café del mundo, ¡simplemente irresistible!
La temperatura, un factor decisivo. El calor es como el alcohol en una fiesta: desinhibe a todos. Aumenta la energía cinética, facilitando la interacción soluto-solvente, por lo que, a mayor temperatura, en general, mayor solubilidad (excepto en casos raros, como en la solubilidad de algunos gases).
La presión, un invitado silencioso. Afecta principalmente a la solubilidad de los gases. A mayor presión, mayor solubilidad, como si fueras a un concierto abarrotado; hay más moléculas de gas apretadas juntas, obligadas a mezclarse.
¡Ah, y la entropía, esa señora misteriosa! Ella se encarga del desorden, pero ese desorden es esencial para que la fiesta funcione. Una buena mezcla es una mezcla desordenada.
Este año, en mi laboratorio de química orgánica (sí, soy químico, ¡para qué negarlo!), estuve probando la solubilidad del ácido benzoico a diferentes temperaturas. ¡Una odisea!
Recordatorio importante: la solubilidad es un juego de equilibrio, un baile elegante entre fuerzas atractivas y repulsivas, una fiesta con normas (de química).
¿Qué ocurre en el proceso de disolución?
El proceso de disolución, en mi experiencia, es un poco montaña rusa. A veces.
Me acuerdo perfectamente, en enero de este año intentando disolver sal en agua helada en la cocina de mi abuela en su casa de Valencia. Quería hacer un experimento raro para un trabajo de la universidad, algo con la conductividad, no me acuerdo bien.
- La cuestión es que el agua estaba casi congelada, un frío que te calaba los huesos.
- E intentaba disolver la sal, y no había manera.
- Removía y removía y parecía que se estaba tardando una eternidad.
Sentía la frustración, el tiempo pasando, y la sal, tozuda, sin querer mezclarse. Juraría que el agua se enfriaba más cada vez, aunque mi abuela decía que era mi imaginación.
No siempre es así. Con el azúcar en el café caliente es otra historia, ¿verdad? Ahí sí que se disuelve rápido, casi al instante.
Hay un intercambio de energía, eso seguro. A veces, como con la sal fría, parece que la absorbe toda del ambiente.
Y luego está el tema del desorden. Como cuando intentas organizar tu armario y terminas sacándolo todo y esparciéndolo por la habitación. Pues la disolución es algo así, pero a nivel molecular. Las moléculas del soluto se “esparcen” por todo el disolvente.
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