¿Cuál es la temperatura en la Luna?

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La superficie lunar experimenta fluctuaciones térmicas extremas. Mientras el ecuador alcanza temperaturas diurnas de 121°C, las nocturnas descienden hasta -133°C. En zonas con sombra permanente, como algunos cráteres, se registran temperaturas aún más bajas, llegando a -250°C.
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Las Extremosas Fluctuaciones Térmicas de la Luna

La superficie lunar, desprovista de la atmósfera y el campo magnético que protegen a la Tierra, experimenta fluctuaciones térmicas extremas. La ausencia de esas barreras permite que la radiación solar incida directamente sobre la superficie, calentándola intensamente, mientras que la sombra proyecta un frío abrasador.

Temperaturas Ecuatoriales

En el ecuador lunar, donde la luz solar incide de forma casi perpendicular, las temperaturas diurnas pueden alcanzar los 121 °C (250 °F). Este calor abrasador es suficiente para derretir el estaño y el plomo. Sin embargo, cuando el Sol se pone, las temperaturas descienden drásticamente, alcanzando -133 °C (-209 °F) por la noche.

Regiones Permanentemente Sombrías

Algunas zonas de la Luna, como el interior de cráteres, están permanentemente sumergidas en sombra. En estas regiones, donde la luz solar nunca llega, las temperaturas pueden caer hasta -250 °C (-418 °F). Este frío extremo es lo suficientemente intenso como para congelar incluso el dióxido de carbono en hielo sólido.

Implicaciones para la Exploración

Estas fluctuaciones térmicas extremas plantean desafíos significativos para la exploración lunar. Las naves espaciales y los hábitats deben estar diseñados para soportar los cambios bruscos de temperatura, tanto el calor abrasador como el frío intenso. Además, los instrumentos científicos y los trajes espaciales deben poder funcionar de manera confiable en estas condiciones extremas.

Conclusión

La superficie lunar experimenta fluctuaciones térmicas extremas que van desde el calor abrasador del ecuador hasta el frío abrasador de las regiones permanentemente sombrías. Estas condiciones presentan desafíos únicos para la exploración lunar, que deben tenerse en cuenta cuidadosamente para garantizar el éxito de futuras misiones. La comprensión de estas fluctuaciones es esencial para diseñar equipos y hábitats que puedan resistir las duras condiciones del entorno lunar.