¿Cuáles son las 5 placas tectónicas?

¡Cinco placas tectónicas bajo mis pies! ¿Quién lo diría, verdad? Siempre me ha fascinado la geología, aunque nunca fui buena en física, eso sí lo confieso. Recuerdo una vez, de niña, viendo un documental sobre terremotos… ¡qué miedo me daba! Y pensar que justo aquí, en México, estamos encima de… ¡cinco! Sí, cinco placas tectónicas, ¡una locura!

La del Caribe, claro, la que todos conocemos. Luego la del Pacífico, tan inmensa, tan poderosa… Me imagino esa fuerza bruta, moviéndose bajo el suelo, a veces imperceptible, a veces… ¡BUM! Un temblor que te deja con los pelos de punta. Como el de 1985, ¿quién lo olvida? Mi abuela, Dios la tenga en su gloria, me contaba cómo todo se movía, cómo el mundo parecía acabarse. Y eso que ella vivía en el centro, imagínate en la costa.

Y luego están la Norteamericana, la Rivera y la Cocos. ¡La Rivera y la Cocos! Suena tan… misterioso, ¿no? Como nombres de personajes de una novela de fantasía. Pero la realidad es que estas dos se meten, se “subducen” – como dicen los listos – debajo de la Norteamericana. ¿Te imaginas la presión? Es como si estuvieras metiendo una servilleta bajo otra, solo que a una escala… ¡colossal! Y ese movimiento, esa fricción… es lo que provoca tantos sismos, tantos temblores, esas sacudidas que nos recuerdan lo frágil que es todo.

A veces pienso… viviendo aquí, encima de este revoltijo geológico, ¿cuánto más vamos a soportar? Pero bueno, la vida sigue, ¿no? Con sus temblores y sus alegrías, sus miedos y sus esperanzas. Y con la certeza de que bajo nuestros pies, un mundo inmenso, poderosísimo, se mueve sin parar. Cinco placas, cinco fuerzas… y nosotros, aquí, en medio de todo.

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