¿Cuáles son los minerales más importantes?

¿Cuál es el mineral más importante?

El silencio pesa, un silencio que huele a tierra húmeda y a hierro oxidado. El calcio, presente en mis huesos, en la memoria misma de mis caminatas por la costa rocosa de Asturias este verano. Un recuerdo nítido, como el crujir de las piedras bajo mis pies. Ese calcio, vital, necesario… como el aire.

Y el hierro. El hierro… siempre el hierro. Recuerdo la sensación metálica, fría, en la punta de la lengua, el sabor antiguo del suplemento que tomé tras mi última donación de sangre en mayo. Un hierro que me recorrió las venas, que alimentó la vida. Un eco metálico, un latido constante.

El yodo, un fantasma en el aire salado, un susurro en la brisa marina. El yodo, distante, intangible. Casi un olvido, un eco lejano de las charlas con mi abuela sobre la importancia de la sal yodada. Un recuerdo difuso, una imagen borrosa.

¿Flúor? El sabor a menta de la pasta dental, un destello fugaz, una imagen banal, superficial.

El zinc, en cambio… el zinc me resulta opaco. Un nombre que resuena sin imagen, un concepto abstracto que no llega a acariciar mis recuerdos.

• Calcio: huesos, memoria.
• Hierro: sangre, donación, mayo.
• Yodo: sal, brisa marina, abuela.
• Flúor: pasta dental, menta.
• Zinc: vacío, concepto abstracto.

El mineral más importante… Depende. ¿De qué necesidad hablas? ¿De la vida? Cada uno tiene su peso, su lugar, su momento. Pero ¿el más importante? No lo sé. Quizás ninguno, quizás todos. La vida es una red compleja, un tejido inextricable.

¿Cuáles son los 102 minerales que necesita el cuerpo?

¡Ay, Dios mío! Esa pregunta de los 102 minerales… ¡qué locura! Recuerdo a mi tía abuela Concha, siempre con sus “remedios milagrosos”, hablando de eso en 2024, en su casa de Almería, olor a jazmín y a remedio casero. Casi me da algo. Decía que necesitaba un montón de minerales, ¡102! ¡Imposible!

No hay 102 minerales esenciales. ¡Qué barbaridad! Ella decía que faltaban cosas en la sangre, que le hacía falta el mineral “X” para el nerviosismo, que tenía, ¡hasta le daba la risa! Y el “Y” para dormir, que dormía fatal. ¡Qué cosas!

Pero bueno, en realidad, a mí me dijeron en la consulta del doctor en abril, que necesitaba un buen análisis de sangre por mi anemia. Y me recetaron hierro. Sólo hierro. Y creo que un poco más de vitamina D.

• Calcio
• Fósforo
• Potasio
• Sodio
• Magnesio
• Hierro (¡sí, el mío!)

Esos son los que recuerdo de la lista que me dio la doctora. No me habló de 102, ¡ni de broma! Ni de “minerales mágicos”. Lo que sí me dijo es que una dieta equilibrada es fundamental. ¡Y que dejara de tomar tanto café! Eso sí lo recuerdo perfectamente.

El tema de mi tía Concha me tiene un poco mosca, la verdad. Será mejor que me centre en mi dieta, en el hierro, y en dejar ese maldito café. ¡Qué rabia! ¡Que me lo diga mi propio médico! ¡Qué más da lo que diga mi tía!

Alrededor de 20 minerales son esenciales, no 102. Eso es lo que importa. La doctora me explicó el calcio para los huesos, el potasio para los nervios… cosas así. Mucho más sencillo. ¡Mucho más lógico! Y, ya está. Adiós a los 102. ¡Uf!

¿Qué alimentos contienen muchos minerales?

Minerales: fuentes concretas.

• Frutos secos: Almendras, nueces, avellanas. Mi abuela siempre decía que eran oro puro.
• Legumbres: Lentejas, garbanzos, judías. Base de mi dieta durante el 2024. Necesario para mantener el peso.
• Verduras de hoja verde: Espinacas, acelgas, kale. Odiosas pero imprescindibles. Me recuerdan al colegio.
• Pescado azul: Salmón, sardinas, atún. Rico en omega 3 y minerales. Lo como dos veces por semana.

Alimentos animales: Carne roja, especialmente hígado. Esencial para el hierro, aunque lo consumo con moderación. El exceso es peligroso.

Cereales integrales: Avena, quinoa, arroz integral. Dejando la pasta. Más fibra, mejor.

Atención: Una dieta variada es crucial. La deficiencia mineral acarrea problemas. Lo aprendí por las malas. Falta de magnesio, pesadilla. Consulta a un profesional.

¿Qué alimentos tienen mayor cantidad de minerales?

¡Ay, qué hambre! ¿Minerales? Frutos secos, sí, los como a puñados, ¡especialmente almendras! Me encantan, aunque mi dentista me regaña. ¿Engordan? Bah, un poco de grasa no mata. Necesito calcio, ¿verdad? Lácteos, pero me sientan mal a veces… leche de almendras, ¡esa es la solución!

Verduras de hoja verde, espinacas, acelgas… aburridas, pero necesarias. Mi abuela decía que eran de hierro…¿Será cierto? ¡Tengo que comer más! Siempre olvido las verduras. Legumbres, lentejas, garbanzos… los odio en puré, pero en ensalada… mmm, con vinagreta. Eso sí es rico.

Pescado, ¿no? Sardinas, ricas en calcio también, ¡y omega-3! Las odio enlatadas, pero a la plancha… ¡deliciosas! ¿Qué más? Ah, sí, ¡mariscos! Mejillones al vapor, un vicio que me permito los fines de semana. ¡Qué rico!

Y semillas, chía, lino… en el yogur. ¡Que me falta tiempo para añadirlas a todo! Huevos, claro, ¡los desayuno casi todos los días! Revueltos, fritos… me encantan.

• Lista de la compra:
  • Almendras
  • Espinacas
  • Lentejas
  • Sardinas frescas
  • Mejillones
  • Semillas de chía
  • Huevos
  • Yogur (de almendras, mejor)
  • Leche de almendras

¡Uf! ¡Qué pereza ir al súper! Ya mismo me preparo un batido de almendras y espinacas… a ver si así me tomo algo sano. ¡Tengo que cuidarme!

¿Qué son macros y microminerales?

Macronutrientes: Proteínas, grasas y carbohidratos.

Micronutrientes: Vitaminas y minerales.

Te cuento, una vez me obsesioné con esto. Era verano de 2024, creo que era julio y estaba en la playa de Bolonia, Cádiz. Solazo que flipas, y yo venga a leer sobre nutrición en la sombrilla. Macronutrientes y micronutrientes… Me sonaba a chino.

Estaba intentando bajar esos kilos de más que siempre me acompañan después de las navidades, aunque fuera julio. Buscando la “dieta perfecta”.

• Proteínas: ¿carne, pescado, legumbres?
• Grasas: ¿aguacate, aceite de oliva? ¡Qué rollo!
• Carbohidratos: ¡Pasta, arroz, pan! Lo que más me gusta, lo que más engorda, qué drama.

Y luego estaban los micronutrientes. Parecían menos importantes, pero ahí estaban las dichosas vitaminas y minerales. Me compré un bote de multivitamínico, para “asegurarme”.

¿Funcionó? Pues a ver… bajé algo, pero creo que más por el estrés de la operación bikini que por entender la diferencia entre macros y micros. ¡Qué agobio!

Igual me hago un bocata de jamón, que tiene de todo, ¿no?

¿Cuáles son los macro y micro minerales?

¡Ay, la química del cuerpo! Un verdadero circo de elementos, ¡una fiesta atómica!

Macrominerales: Son como los invitados VIP, los que siempre están en la fiesta, necesarios en grandes cantidades. Piensa en ellos como la banda sonora de tu vida: sin ellos, ¡silencio absoluto!

• Calcio: El jefe de la fiesta, el que mantiene todo en su sitio, huesos fuertes y músculos contentos. Como yo con mi café de la mañana: ¡necesario!
• Fósforo: El DJ, mantiene la energía a tope. Si falla, la fiesta se apaga.
• Magnesio: El animador, relaja los nervios (¡a veces lo necesito, después de un día de trabajo!) y el corazón late al ritmo adecuado.
• Sodio, Potasio, Cloro, Azufre: Los utileros, imprescindibles pero sin protagonismo. Un buen equipo de apoyo. Menos glamourosos pero igual de importantes.

Microminerales: Los artistas invitados, necesarios en pequeñas dosis pero igual de vitales. ¡Son la chispa que enciende la fiesta!

• Hierro: El cantante principal, lleva el oxígeno por todo el cuerpo. ¡Sin él, todos cantan desafinados!
• Manganeso, Cobre, Yodo, Zinc, Cobalto, Flúor, Selenio: La banda que acompaña al solista. Cada uno aporta su toque personal para una buena fiesta.

¡Ah! Una cosa que aprendí de mi abuela: un equilibrio entre todos es vital. ¡Demasiado de algo y la fiesta se convierte en un caos! Demasiado poco y… ¡fiesta apagada! ¡La clave está en la moderación, como en la vida misma!

El cobre es muy importante para la salud, ojo con la deficiencia. Su falta puede provocar anemia. ¡Recuerdo que mi amigo tuvo problemas por eso! Él ahora toma suplementos. El manganeso también es esencial. No hay que olvidar la importancia del Zinc para el sistema inmune.