¿la Luna está caliente o fría?

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La Luna carece de atmósfera protectora, experimentando fluctuaciones térmicas extremas. Su superficie alcanza temperaturas abrasadoras de hasta 127°C en el ecuador durante su largo día, de casi dos semanas terrestres, mientras que durante la noche lunar, el frío es intenso.
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La Luna: Un Mundo de Extremos Térmicos

La Luna, nuestro satélite natural, es un cuerpo celeste fascinante que ha cautivado la imaginación humana desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, a pesar de su familiaridad, esconde secretos que aún hoy nos asombran. Uno de ellos es su peculiar comportamiento térmico, marcado por fluctuaciones extremas que la convierten en un mundo de contrastes.

A diferencia de la Tierra, la Luna carece de atmósfera protectora, lo que la expone de forma directa a la radiación solar y a la oscuridad del espacio. Esta ausencia de capa aislante provoca que su temperatura varíe drásticamente entre el día y la noche.

Durante el largo día lunar, que abarca casi dos semanas terrestres, la superficie lunar puede alcanzar temperaturas abrasadoras de hasta 127°C en el ecuador. El Sol, sin la barrera de la atmósfera, calienta sin piedad la roca lunar, elevando su temperatura a niveles que podrían derretir el plomo.

En contraste, durante la noche lunar, el frío se apodera del paisaje lunar. Sin la protección del Sol, la temperatura desciende drásticamente, alcanzando valores de -173°C. Esta gélida oscuridad se extiende por casi dos semanas terrestres, convirtiendo la Luna en un desierto helado.

Estas fluctuaciones térmicas extremas son un factor determinante para la supervivencia en la Luna. Los futuros exploradores lunares tendrán que enfrentarse a este desafío, diseñando trajes especiales y sistemas de protección para soportar estas condiciones extremas.

El estudio de la temperatura lunar nos brinda información valiosa sobre la composición y la historia de nuestro satélite natural. El análisis de la distribución del calor en la Luna nos permite entender cómo ha evolucionado su superficie a lo largo de millones de años.

La Luna, a pesar de su aparente quietud, es un mundo dinámico, marcado por la danza constante del calor y el frío. Un escenario único y desafiante, pero también cautivador, que nos invita a explorar sus secretos y a comprender mejor nuestro lugar en el universo.