¿Por qué la Luna no cae sobre la Tierra?

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La Luna no choca contra la Tierra debido a la fuerza gravitatoria que la atrae, pero también a su velocidad orbital. Este equilibrio entre atracción gravitacional y velocidad tangencial mantiene a la Luna en una trayectoria curva alrededor de nuestro planeta.
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Por qué la Luna no cae sobre la Tierra

La Luna, el único satélite natural de la Tierra, orbita nuestro planeta sin caer ni estrellarse contra él. A pesar de estar sujeta a la fuerza gravitatoria de la Tierra, permanece en una trayectoria estable. ¿Cómo es esto posible?

La respuesta radica en un delicado equilibrio entre la fuerza gravitatoria y la velocidad orbital de la Luna.

Fuerza gravitatoria

La fuerza gravitatoria es una fuerza atractiva entre dos objetos con masa. Cuanto mayor sea la masa de los objetos, mayor será la fuerza gravitatoria entre ellos. La Tierra tiene una masa mucho mayor que la Luna, por lo que ejerce una fuerte fuerza gravitatoria sobre su satélite.

Esta fuerza gravitatoria tira de la Luna hacia la Tierra, creando una aceleración centrípeta que la atrae hacia nuestro planeta. Sin embargo, si esta fuera la única fuerza que actuara sobre la Luna, se estrellaría contra la Tierra.

Velocidad orbital

Además de la fuerza gravitatoria, la Luna también tiene una velocidad orbital. Esta velocidad es tangencial a la trayectoria de la Luna alrededor de la Tierra, lo que significa que viaja en ángulo recto respecto a la fuerza gravitatoria.

Esta velocidad orbital genera una fuerza centrífuga que se opone a la fuerza gravitatoria. La fuerza centrífuga empuja a la Luna hacia afuera, alejándola de la Tierra.

Equilibrio

La fuerza gravitatoria tira de la Luna hacia la Tierra, mientras que la fuerza centrífuga la empuja hacia afuera. Estas dos fuerzas se equilibran entre sí, manteniendo a la Luna en una trayectoria circular alrededor de nuestro planeta.

La velocidad orbital de la Luna es constante, por lo que el equilibrio entre la fuerza gravitatoria y la fuerza centrífuga permanece intacto. Esto permite que la Luna orbite la Tierra continuamente sin caer ni estrellarse.

En resumen, la Luna no cae sobre la Tierra debido a la combinación de la fuerza gravitatoria que la atrae y su velocidad orbital que la mantiene en movimiento. Este equilibrio es crucial para mantener la estabilidad de nuestro sistema Tierra-Luna y es responsable de las fascinantes fases lunares que observamos.