¿Por qué siempre vemos la misma cara de la Luna?

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La sincronización entre la rotación lunar y su órbita terrestre hace que solo veamos una cara. Este acoplamiento de marea, resultado de la influencia gravitatoria terrestre, ha bloqueado la rotación de la Luna, mostrando permanentemente la misma hemisferio hacia nuestro planeta.
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¿Por qué siempre vemos la misma cara de la Luna?

La Luna, el satélite natural de la Tierra, es un espectáculo fascinante en el cielo nocturno. Sin embargo, a diferencia de la Tierra, que gira sobre su eje, la Luna no completa una rotación completa durante su órbita alrededor de nuestro planeta. Por ello, siempre vemos la misma cara de la Luna desde la Tierra.

Este fenómeno se debe al acoplamiento de marea, un efecto causado por la influencia gravitatoria mutua entre la Tierra y la Luna. Cuando la Tierra atrae a la Luna, su gravedad provoca una protuberancia en el lado de la Luna que mira hacia nuestro planeta. Esta protuberancia se ancla gradualmente hacia la Tierra, debido a la atracción gravitatoria, como resultado, la velocidad de rotación de la Luna se reduce.

Con el tiempo, la velocidad de rotación de la Luna se volvió igual a su período orbital, el tiempo que tarda en completar una órbita alrededor de la Tierra. Este acoplamiento de marea esencialmente “bloquea” la rotación de la Luna, lo que significa que siempre presenta la misma cara hacia la Tierra.

Este acoplamiento de marea es un ejemplo de resonancia orbital, en la que la influencia gravitatoria de un cuerpo más grande se sincroniza con la órbita de un cuerpo más pequeño. En este caso, la fuerza gravitatoria de la Tierra ha ralentizado la rotación de la Luna hasta el punto de que su período de rotación es igual a su período orbital.

Como resultado de este acoplamiento, aproximadamente el 59% de la superficie de la Luna es visible desde la Tierra. El 41% restante, conocido como “el lado oculto de la Luna”, nunca se ve desde nuestro planeta sin la ayuda de naves espaciales o telescopios.

El lado de la Luna que siempre vemos está marcado por mares lunares, vastas llanuras oscuras creadas por antiguas erupciones volcánicas. El lado oculto, por otro lado, es más brillante y montañoso, con menos mares lunares.

Esta sincronización entre la rotación de la Luna y su órbita terrestre es un fenómeno único en nuestro sistema solar. La mayoría de las lunas no están acopladas por mareas y, por lo tanto, giran sobre sus ejes de forma independiente de sus órbitas.