¿Pueden las bacterias sobrevivir a la electricidad?

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Sí, algunas bacterias pueden sobrevivir a la exposición a la electricidad. Se ha observado que producen nanocables proteicos para transferir electrones, lo que les permite adaptarse a entornos con alto potencial eléctrico.
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La resiliencia bacteriana: cómo las bacterias sobreviven a la electricidad

Las bacterias son organismos extraordinariamente adaptables que han demostrado sobrevivir en los entornos más extremos. Un área intrigante de investigación ha sido su capacidad para resistir la exposición a la electricidad.

La resistencia bacteriana a la electricidad

Contrariamente a la creencia popular, algunas bacterias han desarrollado mecanismos para soportar altas corrientes eléctricas. Estas bacterias se han observado en diversos entornos, incluidas centrales eléctricas, plantas de tratamiento de aguas residuales y sistemas de refrigeración industriales.

Los estudios han revelado que ciertas bacterias producen nanocables proteicos especializados que actúan como conductos para la transferencia de electrones. Estos nanocables les permiten canalizar y disipar la electricidad, protegiendo sus componentes internos del daño.

Mecanismos de supervivencia

Los nanocables proteicos son estructuras proteicas delgadas y flexibles que se extienden desde la superficie de la bacteria hacia el entorno externo. Funcionan como un sistema de puesta a tierra biológico, desviando la corriente eléctrica lejos de las partes vitales de la célula.

Además, estas bacterias también pueden producir biopelículas, que son matrices extracelulares de polímeros que las protegen de las fuerzas ambientales adversas. Las biopelículas actúan como barreras físicas, limitando el contacto directo con la electricidad.

Implicaciones biotecnológicas

La capacidad de las bacterias para resistir la electricidad tiene implicaciones biotecnológicas significativas. Por ejemplo, los investigadores están explorando el uso de bacterias electroactivas en celdas de combustible microbianas, donde pueden convertir la energía eléctrica en combustible biológico.

Además, las bacterias electrotolerantes podrían emplearse en biorremediación, donde pueden descomponer contaminantes orgánicos utilizando la electricidad como fuente de energía.

Conclusión

Las bacterias han demostrado una notable capacidad para adaptarse a entornos con alto potencial eléctrico. A través de la producción de nanocables proteicos y biopelículas, pueden canalizar y resistir la electricidad, desafiando la noción de que las bacterias son inherentemente susceptibles a las corrientes eléctricas. Estos mecanismos de supervivencia abren nuevas posibilidades para la investigación biotecnológica y aplicaciones prácticas en campos como la energía y la remediación ambiental.