¿Qué ciudad se ve desde el espacio?
¡Vaya, Dubái desde el espacio! ¡Increíble! Me imagino esas luces brillantes recortándose contra la oscuridad del cosmos. Debe ser una vista impactante, un testimonio de la ambición humana y de cómo somos capaces de transformar el desierto en algo que se ve desde otra órbita. ¡Qué locura pensar en la escala de eso!
¿Qué ciudad se ve desde el espacio? ¡Ay, qué pregunta! Me la he hecho mil veces, soñando despierta, con la cabeza apoyada en la ventana, mirando las estrellas. Siempre me imaginaba Nueva York, con sus millones de luces, un hormiguero brillante. Pero… ¡Dubái! ¡Desde el espacio! ¡Increíble, no?
Recuerdo una vez, viendo un documental –uno de esos que te dejan con la boca abierta–, vieron una imagen… ¡ufff!, la foto era impresionante. Esas luces, como diamantes esparcidos sobre terciopelo negro. Un espectáculo, ¿verdad? No me lo podía creer. De verdad, ¿cómo es posible que algo tan… artificial, tan humano, se vea desde… ¡el espacio! Parece mentira, ¿no? Como si estuviéramos marcando nuestro territorio en la inmensidad del universo.
Me impactó pensar en el desierto. Yo estuve en Marruecos una vez, y recuerdo el calor abrasador, la inmensidad… y de pronto, esa misma arena, ese mismo paisaje, transformado en… ¡eso! ¡En un espectáculo de luces que se ve desde otra galaxia! ¡Alucinante! ¡Qué capacidad tenemos los humanos, eh? Aunque a veces… me pregunto, ¿a qué precio? ¿Merece la pena tanto esfuerzo, tanta transformación, si luego nos olvidamos de otras cosas…? Bueno, ya me voy por las ramas, pero la verdad es que la imagen de Dubái desde el espacio… me deja sin aliento. Es algo… imposible de describir, de verdad. Es como si alguien hubiera pintado un cuadro con estrellas y… ¡brillantes! Un cuadro que se ve desde muy, muy lejos.
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