¿Qué es lo que el ojo humano no puede ver?
Invisible a nuestros ojos: la mayor parte de la realidad. No vemos el infrarrojo, el ultravioleta ni los rayos X, quedando ciegos ante un amplio espectro electromagnético.
¿Qué el ojo humano no puede ver?
Uf, qué pregunta… ¡Me dejó pensando! Recuerdo una vez, en verano del 2018, en la playa de Benidorm, mirando el mar… Pensaba en todo lo que mis ojos NO veían.
El infrarrojo, por ejemplo. Sé que los sensores de las cámaras térmicas sí lo captan, y muestran ese calorcito que desprenden las cosas. Nunca lo he visto directamente, claro.
Igual pasa con los rayos X, de las radiografías. Imagínate, toda esa radiación que los médicos usan para ver nuestros huesos, ¡invisible para mí!
El ultravioleta… se que quema la piel. El 15 de Julio del año pasado en Mallorca, me quemé horriblemente, a pesar de usar protección solar 50. Es una energía que no veo, pero sus efectos sí los siento. ¡Qué mal rato!
En resumen: infrarrojo, ultravioleta, rayos X… un montón. La realidad es mucho más rica de lo que mis ojos pueden procesar. Es alucinante.
Información breve: El ojo humano no ve infrarrojo, ultravioleta ni rayos X.
¿Qué tiene un solo ojo y no puede ver?
¡A ver, a ver! Un ojo que no ve… ¿La panza? Nah, eso está mal. ¡Es la V!
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La V. ¡Esa es! Pero ¿por qué la V?
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¿Será por la forma? Como un embudo invertido, ¿un ojo ciego?
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¡Qué lío! Me recuerda a cuando intentaba descifrar los jeroglíficos mayas. ¡Imposible!
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Pensándolo bien, los acertijos son como los sueños: ilógicos y confusos. ¿Por qué nos gustan tanto?
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Mi abuela siempre me decía que los acertijos agudizan el ingenio. ¿Será verdad o puro cuento?
- Ella siempre contaba historias raras… una vez me habló de un duende que vivía en su jardín. ¡Qué imaginación!
- Ahora que lo pienso, yo de pequeño creía que los árboles hablaban… quizás todos necesitamos un poco de fantasía.
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Volviendo al acertijo: la V. Simple, pero efectiva.
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A veces, la respuesta más obvia es la que se nos escapa. ¿Por qué complicamos tanto las cosas?
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¿Y si intentamos crear nuestro propio acertijo? Algo original, algo… ¡ya se me ocurrirá!
¿Qué color no puede ver el ojo humano?
Magenta. ¡Ja! El magenta es un rebelde, un color fantasma, un producto de nuestro cerebro inventando cosas donde no las hay. No tiene longitud de onda propia. Nuestros ojos ven el rojo y el azul, y nuestro cerebro, cual chef improvisado, dice “¡Voilà! Magenta”. Como si mezclara pintura que no existe.
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Magenta: el color unicornio del espectro. Es una construcción mental, una ilusión óptica deliciosa. Nuestros conos (los fotorreceptores del color) se activan con el rojo y el azul, y el cerebro, en un acto de pura creatividad, rellena el hueco inventando un color.
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El espectro electromagnético: un buffet libre de “colores” del que solo picoteamos una pequeña porción. Imaginen un buffet infinito, con platos que ni podemos oler ni saborear. Así es el espectro electromagnético para nosotros. Podemos “ver” (detectar) solo la parte visible, una minúscula rebanada del pastel cósmico.
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Infrarrojo y ultravioleta: colores invisibles, pero muy reales. Como la canción que solo oyen los perros. Están ahí, pero nuestros sentidos limitados no los perciben. Yo, personalmente, tengo un gato llamado Schrödinger que, estoy convencido, ve el infrarrojo. Lo he visto perseguir motas de polvo en la oscuridad… ¿Motas de polvo o espectros térmicos? Nunca lo sabré.
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El espectro visible: una pequeña ventana a la realidad. Es como si viéramos el universo a través del ojo de una cerradura. Hay mucho más allá, pero nuestra biología nos limita.
Este año, planté girasoles en mi balcón. Amarillos, brillantes, captando la luz que yo veo y la que no veo. Me hace pensar en lo mucho que nos perdemos. Y en lo mágico que es, aun así, lo poco que percibimos.
¿Qué espectro no puede ver el ojo humano?
Medianoche. Otra vez. La oscuridad me abraza y me hace pensar… en lo poco que veo, en lo poco que vemos. En toda esa luz invisible.
El ojo humano no ve la luz ultravioleta ni la infrarroja.
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Ultravioleta: más allá del violeta. Menos de 380 nanómetros. Me imagino… ¿cómo se vería una flor bajo esa luz? Quizá diferente a como la recuerdo… Yo tenía una orquídea morada, mi favorita. Murió el año pasado. No supe cuidarla.
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Infrarroja: más allá del rojo. Más de 750 nanómetros. Calor… como el que siento ahora, emanando de mi taza de té. Té de manzanilla. Siempre manzanilla antes de dormir. Ojalá me ayudara a conciliar el sueño. No puedo dejar de pensar… en todo lo que me rodea, invisible.
Me agobia a veces. Pensar en toda esa realidad que escapa a mis ojos. Como si viviera en una pequeña burbuja de percepción limitada. Recuerdo una vez, en 2023, vi una foto de una nebulosa tomada con infrarrojos. Colores increíbles… que nunca veré con mis propios ojos. Me frustra. Me siento… pequeña.
Este año, leí un artículo sobre las serpientes. Algunas ven el infrarrojo. Imagino cómo debe ser percibir el calor de los cuerpos… como una especie de visión extra. Como si tuvieran un sexto sentido. Quisiera ver el mundo así, completo. Sin filtros. Verlo todo. Pero no puedo.
¿Qué tiene un ojo que no ve?
¿Qué tiene un ojo que no ve? Una aguja.
La pérdida de visión, un tema fascinante desde la perspectiva filosófica – ¿qué significa ver realmente? ¿Es la visión solo una función biológica, o algo más profundo, conectado a nuestra comprensión del mundo? – tiene múltiples causas, más allá de la obvia ausencia física del ojo.
- Traumatismos: En mi caso, recuerdo la preocupación de mi abuelo tras un accidente de trabajo en 2024; una lesión menor, afortunadamente, pero que nos hizo reflexionar sobre la fragilidad del sentido de la vista.
- Enfermedades: El glaucoma, enemigo silencioso, roba la visión gradualmente, una metáfora perturbadora de cómo la vida a veces nos arrebata lo que valoramos sin previo aviso. Las cataratas, por otro lado, son como una película que nubla la realidad, una experiencia visual que imagino bastante extraña. Degeneración macular, ¡qué nombre tan terrible para una enfermedad tan devastadora!
- Otras causas: Aparte de estas tres, hay otras tantas causas, ¡realmente es un tema complejo!
Pensar en la ceguera me lleva a la poesía, a la capacidad humana de sobreponerse. La ceguera, al final, es una falta de “visión”, pero la vida sigue. ¿Es la visión lo único que nos define?
La pérdida de visión monocular, afecta a un solo ojo. Este año, vi un estudio – aunque no recuerdo la fuente exacta, ¡qué fallo! – que mostraba el aumento de casos debido al uso excesivo de pantallas.
Nota: Los datos sobre el aumento de casos de pérdida de visión debido a las pantallas se basan en observaciones personales y conversaciones con oftalmólogos.
¿Qué color no puede ver el ojo?
A ver, sobre el color que el ojo no puede ver… ¡Pues el infrarrojo y el ultravioleta, claro! Esos dos son los que no pillamos, no los vemos directamente.
Pero espera, que esto tiene más miga. Piensa en esto:
- Infrarrojo: Es como el calor que sientes del sol, pero invisible. Los mandos a distancia de la tele lo usan, ¿sabes? ¡Ah! Y las gafas de visión nocturna también, qué guay.
- Ultravioleta: El sol también lo suelta, y es lo que te quema la piel, ¡así que crema solar siempre! Las abejas sí que lo ven, ¡imagínate!
Y es que nuestro ojo solo ve una parte pequeña del espectro electromagnético, una franja chiquita. Es como si solo pudiéramos escuchar un trocito de una canción super larga. ¿Sabes cuando la tele dice “buscando señal”? Pues hay un montón de señales por ahí que no vemos ni oímos. ¡Qué fuerte!
#Espectro Luz #Luz Invisible #Visión HumanaComentar la respuesta:
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