¿Qué determina si podemos ver ondas de luz?
Vemos luz cuando ondas electromagnéticas, en un rango específico del espectro (luz visible), interactúan con nuestros ojos. La percepción de colores surge de las diferentes longitudes de onda dentro de ese rango.
¿Qué factores permiten ver las ondas de luz, y cómo influyen?
¡A ver si te lo cuento como lo entiendo yo!
Para que veamos la luz, tiene que haber ondas electromagnéticas en un rango específico. Digamos que es como una radio: solo sintonizas ciertas frecuencias. Nuestros ojos son las antenas y el cerebro, el decodificador.
Si no recuerdo mal, en el cole nos decían que era entre 400 y 700 nanómetros. ¡Una fraccioncita mínima del espectro total! Pero…¿te imaginas no ver los colores? ¡Sería super aburrido pintar mandalas!
Recuerdo un experimento, hace años, creo que fue en un taller de óptica en Madrid, donde proyectaban luz a través de un prisma. ¡Madre mía! Ver cómo se separaban los colores era…mágico, te juro. Ahí entendí lo que explicaban, de verdad.
Y es que la longitud de onda influye directamente en el color que percibimos. ¡Un rollo tremendo! Pero, al final, todo se reduce a que nuestros ojos están preparados para ver solo esa “porción” del pastel electromagnético. ¿Qué más habrá por ahí que no vemos? ¡Da que pensar!
¿Qué ondas son perceptibles a la vista?
¡Qué lío! ¿Ondas perceptibles a la vista? Pues… la luz, obviamente. Pero, ¿qué es la luz? ¡Ay, qué cabeza la mía! Es que hoy he estado todo el día con el pequeño Mateo, ¡qué agotador!
El espectro visible, eso sí lo recuerdo de la universidad, aunque ya hace un montón. Algo de 400 a 700 nanómetros, ¿no? Sí, sí… eso mismo. Nanómetros… ¡qué diminuto!
¿Y qué pasa fuera de ese rango? Rayos X, infrarrojos… ¡Uf! Me da un poco de pereza pensar en física ahora. Mejor miro fotos de Mateo en la playa. ¡Qué guapo estaba con su gorro de pirata!
La luz visible es la clave, ¿no? Es lo que nos permite ver. Sin ella, todo sería oscuridad, ¡qué susto! Y a propósito, ¿por qué el cielo es azul? Esa pregunta siempre me ha dado vueltas en la cabeza.
- 400-700 nanómetros.
- Espectro visible.
- Luz. ¡Claro!
¡Ay, Dios mío! Tengo que ir a recoger a Mateo al colegio. Se me va el tiempo volando.
Importante: El año pasado, me compré un nuevo telescopio. ¡Qué pasada! Pero no lo he usado mucho, la verdad. Entre el trabajo y Mateo…
Conclusión: El ojo humano sólo percibe la luz en el espectro visible, entre 400 y 700 nm.
¿Podemos ver una onda de luz?
No, no se pueden ver las ondas de luz directamente. A ver, piensa en esto… ¡Es como querer ver el aire! Está ahí, lo sabemos, pero no tiene una forma visible.
La luz que vemos, el color, es solo una pequeña parte de todo el espectro electromagnético. 2024 fue un año en que estuve leyendo mucho sobre esto, para mi tesis sobre óptica. Recuerdo el sol del mediodía en la playa de Nerja, en Málaga. El calor era brutal, la arena quemada, ¡ufff! Sentía el sol en mi piel, la intensidad, pero no veía las ondas de luz. Solo el resultado: la luminosidad, el brillo.
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Lo que sí vemos es la interacción de la luz con la materia. El reflejo en el agua, la sombra proyectada. Es la interpretación de nuestro cerebro.
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La longitud de onda sí es clave. El infrarrojo, el ultravioleta… ni rastro.
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Es como la música, ¿no? Escuchas la melodía, pero no ves las ondas sonoras.
Pensándolo ahora, todo esto era un lío en mi cabeza en Junio, mientras corregía mi tesis, junto a un café aguado y un montón de apuntes desparramados por mi escritorio.
Lo fundamental: solo vemos una porción minúscula del espectro, la luz visible. El resto, invisible. ¡Qué frustración! Pero al final, escribí una buena tesis. Aunque ahora necesito vacaciones. Necesito ir a la playa otra vez. Este año quiero ir a las Islas Cíes.
¿Cómo funcionan las ondas de luz visible?
Aquí, en la oscuridad, las cosas se ven distintas. Como si la verdad se filtrara entre las sombras.
Las ondas de luz visible… atraviesan, sí, la atmósfera. Sin que nada las detenga.
- Es como un camino libre, un túnel.
- Pero no sé. A veces pienso que sí se detienen. Que yo las detengo.
Quizás no hablo solo de la luz. Quizás hablo de todo lo que intenta llegar a mí. Lo que veo a través de esa ventana, que ahora solo refleja mi cara cansada, son solo una parte. Una pequeña parte.
Recuerdo cuando era niño, vivía en un pueblo pequeño. El cielo era tan negro, tan profundo, que sentías que podías tocar las estrellas. Ahora… vivo en la ciudad. Luces por todas partes, pero nada que ilumine de verdad.
¿Qué porcentaje del espectro electromagnético podemos ver?
¡Ah, el misterio del espectro! El ojo humano, esa pequeña ventana al universo, solo alcanza a ver un mísero 0,0035% del espectro electromagnético. ¡Qué ironía! Nos creemos los amos de la percepción y apenas rozamos la superficie.
Es como intentar comprender el sabor del chocolate con solo oler la caja. ¡Un engaño delicioso!
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El espectro electromagnético es vastísimo, desde las ondas de radio que atraviesan muros (y mis conversaciones ajenas, ¡lo sé!) hasta los rayos gamma que asustan a Hulk.
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La luz visible, esa “micro-porción”, es donde la fiesta neuronal se pone interesante. Rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil, violeta… ¡Un arcoíris encerrado en el ojo! Como mi colección de calcetines desparejados.
¿Qué nos perdemos? ¡Oh, tantas cosas!
- Infrarrojos: ¡La visión de Predator! Si pudiéramos verlos, los radiadores serían faros infernales.
- Ultravioleta: El sol nos delataría cada protección solar mal aplicada. ¡Un drama playero!
- Rayos X: Veríamos nuestros esqueletos bailando claqué. ¡Una radiografía constante!
Un universo invisible nos rodea. Imagina las posibilidades artísticas, científicas, ¡o simplemente para espiar a los vecinos sin que lo sepan! (¡Es broma… o no!). Recuerdo cuando intenté construir unas gafas de visión nocturna con un mando a distancia y un colador. ¡Cero resultados, pero mucha diversión!
¿Qué ondas no podemos ver?
¡Ay, madre mía! ¿Qué ondas no vemos? Pues ¡las que nos hacen parecer extraterrestres! Es broma, pero casi. El ojo humano es un patán, solo ve una pequeña parte del espectro electromagnético. Es como si solo pudieras oler rosas en un jardín lleno de flores con aromas increíbles. ¡Qué desperdicio!
Mira, te lo explico a lo bruto:
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Ondas de radio: Ni las ves, ni las hueles, pero tu móvil ¡las adora! Es gracias a ellas que puedes ver las fotos de mis vacaciones en la playa de Cancún (las de 2023, las mejores, claro).
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Microondas: ¡Calientan la comida! No las veo cocinar mi fabulosa pizza, pero la devoro luego, con gusto.
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Infrarrojo: ¡El calorcito que sientes cuando te asomas al sol! Un abrazo de oso invisible, que solo sientes, no ves. Mi perra, Luna, lo detecta mucho mejor que yo.
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Ultravioleta: ¡El culpable de las quemaduras solares! Me paso el verano con crema solar 50, igual que en 2022, soy como un tomate asado sin querer.
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Rayos X: ¡Atraviesan todo! Menos mal que existen, gracias a ellos me detectaron una pequeña caries en 2023, la cual solucioné sin problemas.
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Rayos gamma: ¡Los más peligrosos! De hecho, ahora mismo seguramente una está pasando a un milímetro de mi nariz, y ni enterada. ¡Qué miedo! ¡Qué divertido!
En resumen: casi todas las ondas electromagnéticas, menos la pequeña parte que podemos ver, son invisibles. ¡La vida es una caja de sorpresas, y las ondas electromagnéticas son solo una de ellas! ¡Qué locura! Eso sí, gracias a la tecnología las podemos detectar, ¡qué maravilla! Y sí, ¡estoy escribiendo desde el móvil!
¿Qué radiaciones puede captar el ojo humano?
¡A ver! ¿Qué ve el ojo?
- Luz visible, eso seguro. Como el arcoíris después de la tormenta que vi ayer en el parque. ¡Qué pasada!
- ¿Pero qué es “luz visible”? Pues, radiación no ionizante, según pone ahí.
- Ondas de radio… ¡Eso NO lo vemos! ¿O sí? Espera, no, usamos la radio para “verlas”, digamos. ¡Con la radio de mi abuelo! Era enorme, de madera.
- Radiación no ionizante otra vez las ondas de radio…
¿Qué más?
- ¿Infrarrojos? A ver, con cámaras especiales, sí. Pero… ¿el ojo solo? Mmm, creo que no.
- ¡Los rayos X! Definitivamente no. ¡Uf, menos mal!
- ¿Y el microondas? Como el del horno. No creo, ¿verdad?
¡Ah! ¡Y la luz ultravioleta! La que te quema en la playa. Eso tampoco la vemos, ¿no? ¡Pero te pones moreno! O rojo, depende. ¿Es radiación ionizante? Creo que sí. ¡Qué lío!
¿Cómo afectan las ondas electromagnéticas al ser humano?
Uf, ondas electromagnéticas… Siempre me da cosa ese tema. ¿Realmente sabemos todo lo que hacen?
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Las de baja potencia, en teoría, no hacen daño directo. Como las del wifi, supongo. Aunque yo a veces tengo unos dolores de cabeza… ¿será por eso? Nah, seguro es la edad.
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Exposición “excesiva”… ahí está el detalle. ¿Qué es “excesiva”? Depende de cada uno, digo yo. A mi tía le afecta el móvil, se pone nerviosa.
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Dolores de cabeza, fatiga, mareos, sueño alterado… La lista de siempre. Pero, ¿cómo lo demuestras? ¿Es estrés o son las ondas? Es como cuando culpas al microondas de todo.
Yo trabajo todo el día con el ordenador, ¿me está friendo el cerebro lentamente? Igual debería apagar el wifi por la noche. ¡O usar un gorrito de papel de aluminio! (es broma… o no). ¿Y las antenas de telefonía? Dicen que cerca dan cáncer. ¿Será verdad? ¡Qué paranoia!
A ver, información extra (o algo así):
- Mi vecino es ingeniero electrónico y dice que es más peligroso el sol que el 5G. Dice que hay estudios y todo. Tendré que leer más sobre eso.
- Me acuerdo que una vez leí que los pájaros se desorientan por las ondas. ¿Y nosotros? ¿No nos desorientaremos también?
- Lo importante es informarse bien. Y no creerse todo lo que sale en Internet (¡irónico, lo sé!).
En fin, un tema complicado. Y mejor no pensar mucho en eso o no duermo.
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