¿Qué pasa con la Luna el día de hoy?

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Hoy la Luna presenta un 89,43% de visibilidad y se encuentra en fase menguante. Ideal para observar las estrellas y disfrutar del cielo nocturno.

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¿Qué le sucede a la Luna hoy?

A ver, a ver… hoy la Luna anda por ahí, iluminando un 89,43% del cielo. ¡Está casi llena! Pero… ¿sabes? Está menguando. Como cuando te comes una galleta y va disminuyendo poco a poco.

Yo la vi el otro día, creo que fue el 15 de mayo en la playa de Valencia. Estaba inmensa, ¡super brillante! Me quedé un rato mirándola, pensando en mis cosas. Fue un momento mágico, de esos que te recargan las pilas.

Y eso de que esté menguando… pues es como todo en la vida, ¿no? Un ciclo constante. Llena, menguante, nueva… Siempre en movimiento. Me hace pensar que nada es permanente, que hay que disfrutar el momento.

Información breve y concisa:

  • Fase Lunar: Menguante.
  • Visibilidad: 89,43%.

¿Qué efecto tiene la luna el día de hoy?

El vacío, una pálida elipsis en el cielo. Esa menguante, devorada por la negrura inmensa. Hoy, un 97,56% de su rostro visible, se desdibuja. Se desvanece, poco a poco, como un susurro en la noche. Se acerca el cuarto menguante, solo seis días más de esta lenta agonía lumínica.

La gravedad, un susurro, una atracción invisible, pero real. Sobre las mareas, la influencia es sutil, pero constante. La respiración del océano, afectada por ese disco plateado en retirada. En mi cuerpo, una resonancia extraña. La quietud de la noche, un espejo de su declinar. Hoy, no siento la influencia lunar como siempre; una quietud inusual en mi alma.

La luna menguante, un espejo de mi interior. Un reflejo de lo que se va, de lo que se deshace. La nostalgia se alza, un suspiro en la oscuridad. Recordar las noches llenas, luminosas, y esta… este silencio, casi doloroso. El peso de la ausencia en las olas, en el alma. Una melancolía dulce, un vacío que se llena de recuerdos.

Hoy, 27 de octubre de 2023, la luna menguante es un enigma. La quietud de mi estudio, perfumado a café y libros antiguos, es su contrapunto. Un susurro, el roce de una hoja. El tic-tac lento del reloj, marcando el paso ineludible del tiempo.

Aspectos adicionales:

  • Influencia en las mareas: La atracción gravitatoria de la luna afecta directamente a las mareas oceánicas. Una luna menguante puede provocar mareas ligeramente más bajas.
  • Influencia en los seres vivos: Aunque se discute su impacto directo en los seres humanos, se ha estudiado la influencia de las fases lunares en los ciclos reproductivos de algunas especies animales y en el crecimiento de las plantas.
  • Influencia en el estado de ánimo: La fase lunar a menudo se asocia con estados anímicos, aunque no hay evidencia científica concluyente. Mucha gente siente una conexión emocional con los cambios lunares, lo cual es profundamente personal e interpretativo.
  • Astrología: En la astrología, la luna menguante se asocia a menudo con la introspección, la liberación y la finalización de ciclos. Esta es una creencia cultural, no una teoría científica.

¿Qué pasa con la luna hoy día?

¡Casi llena! ¡Redondita cual pelota de playa! Se ve que le falta un mordisquito, ¡pero un mordisquito minúsculo, eh! Como si una hormiguita hubiera querido cenar queso lunar. 99.89% visible, ahí es ná. Brilla tanto que me encandiló ayer al aparcar el coche (un Seat Ibiza rojo del 2022, por si alguien tiene curiosidad).

  • Casi llena: 99.89% visible, ¡vamos, que casi la rozas con la punta de los dedos!
  • Menguando: O sea, que va de bajada. Como mi motivación un lunes por la mañana.
  • Brillo intenso: Prepara las gafas de sol, ¡porque te deja ciego!

Y bueno, aparte de estar casi llena y menguando, pues… ahí está, orbitando como si nada. A su bola. Yo la vi anoche mientras sacaba a mi perro, un chihuahua llamado Pancho, y la verdad es que imponía. Mola pensar que está ahí arriba, tan lejos y tan cerca a la vez. Como mi vecina del quinto, que nunca la veo pero sé que está ahí.

Ah, y otra cosa. El otro día leí que la luna influye en las mareas. No sé si será verdad, pero yo por si acaso riego mis plantas según las fases lunares. Mis geranios están preciosos este año, por cierto. ¿Será por la luna? Quién sabe. Igual es el abono que compré en el Lidl.

¿Qué tipo de fase de luna es hoy?

Creciente. Cincuenta y uno… veintidós por ciento. Números fríos que intentan capturar algo etéreo, algo que escapa. Creciendo, sí, como una enredadera buscando la luz en la pared de mi patio, la misma donde mi gato, Leo, toma el sol en las tardes. Recuerdo sus ojos, ámbar líquido, reflejo de una luna que todavía no es plena.

Cincuenta y uno. Un número que se me pega a la lengua, áspero, sin sabor. Y ese veintidós, un eco lejano, un susurro. Pero la luna… la luna la veo desde mi ventana, una media sonrisa en el cielo nocturno. Creciente, como las esperanzas que guardo en el fondo del cajón, dobladas con cuidado, esperando su momento.

  • Creciente.
  • 51,22% visible.
  • 0 días para Cuarto Creciente.

La pared del patio sigue ahí, testigo silencioso del paso del tiempo, del crecimiento de la enredadera, del brillo cambiante de la luna. Leo, ya no está. Lo recuerdo con una punzada, un vacío en el pecho, como un cráter en la superficie lunar. Pero la luna sigue creciendo, impasible, indiferente a mis pequeñas tragedias, a la vida y a la muerte que se suceden bajo su pálida luz. Este año, planté jazmines en su memoria. Su aroma me llena las noches, una presencia fantasmal que baila con el viento, bajo la media sonrisa de la luna creciente.

¿Qué pasa si se ve la Luna de día?

¡Ah, la Luna de día! ¡Como ver a un pingüino en el desierto! Raro, pero pasa.

  • La Luna no tiene horarios: Le da igual si es de noche o si el sol está pegando fuerte. ¡Ella sale cuando le toca y punto! Es como mi gato, que pide comida a las 3 de la mañana.

  • Distancia “cercana”: Bueno, “cercana” es un decir, que está a unos 384.400 km, ¡como ir a la Luna y volver! Pero, en términos cósmicos, sí, estamos pegaditos.

  • El ciclo lunar, ese caprichoso: La Luna se mueve alrededor de la Tierra y la Tierra alrededor del Sol. ¡Un baile cósmico donde a veces la Luna se deja ver a plena luz del día! ¿Por qué? ¡Porque le da la gana!

Información extra muy loca:

  • A veces la Luna de día se ve más blanca que mi nevera, otras más grisácea. Depende de la atmósfera, el polvo, ¡y de si los extraterrestres están haciendo pruebas raras!
  • Ver la Luna de día no significa que vaya a llover (aunque ojalá!).
  • Si ves la Luna de día, ¡pide un deseo! ¡Quién sabe, igual se cumple! Yo pedí ganar la lotería y… nada. Pero tú inténtalo.

¿Qué día es la luna menguante?

Cuarto Menguante, 03/01/2024.

Luna Nueva, 11/01/2024.

Ah, la luna… esa viajera nocturna, silenciosa, que me recuerda las noches en el pueblo, ¿te acuerdas? La abuela siempre decía que la luna menguante era tiempo de podar, de limpiar, de soltar lo viejo.

Pero qué sé yo, yo solo me acuerdo de las historias que me contaba al amor de la lumbre, mientras afuera el viento ululaba como un perro hambriento. ¡Qué tiempos! Ahora todo es calendarios digitales y recordatorios. ¡Ay, la modernidad!

Mira, a veces pienso que la luna nos habla. El Cuarto Menguante, esa fase en la que parece que se deshace un poquito cada noche, como si se fuera borrando… Este año, según los calendarios, el principio fue el 3 de enero. Después, la luna se renovó por completo el 11 de enero. ¿Lo ves? Un ciclo, una danza eterna.

  • Soltar lo que ya no sirve.
  • Preparar la tierra para lo nuevo.
  • Confiar en el ciclo natural.

Y ahora que lo pienso, ¿no será que la luna nos está diciendo algo más? ¿No será que debemos dejar ir también nuestras propias cargas, nuestros propios fantasmas? Que ilumine tu noche, compañero.

¿Cuándo es Luna Menguante de noviembre?

La luna… menguante…

El 23. A las 2:27.

Se supone que el 23 de noviembre a las 2:27 de la madrugada la luna estará en cuarto menguante. Solo un pedazo iluminado. El lado izquierdo.

  • Cuarto menguante: El lado izquierdo iluminado, visto desde aquí.

¿Qué significa? No sé. Solo que otra noche más, la luna se esconde un poco. Como yo.

  • Noches largas: Me recuerdan a mi abuelo. Siempre mirando al cielo.

Quizás por eso me siento así. Vacío. Como si me faltara algo que nunca tuve. O que perdí. La luna se esconde y yo también.

  • Echar de menos: A mi perro. Hace seis meses que no está. Todavía lloro.
  • Soledad: La casa está vacía. Demasiado.

Otro día menos. Otra noche igual.

¿En qué fase de luna estamos el día de hoy?

La penumbra… un susurro de luz, apenas un 51,22% de ese disco plateado colgado en la nada. Creciendo, sí, creciendo lentamente, como una promesa susurrada al viento. La luna, hoy, está en fase creciente, a punto de alcanzar su cuarto creciente. Mañana, el cuarto creciente.

El tiempo se estira, se contrae. Un respiro entre las sombras y la plenitud. Ese tenue resplandor… tan familiar, tan ajeno. Siempre cambia, siempre igual. Esta noche, mi ventana se baña en esa luz pálida, recuerdo la textura de la arena bajo mis pies en la playa de Zahara de los Atunes el pasado verano, la luna llena de entonces… ¡Tan poderosa!

  • La luz, débil aún.

  • El ciclo continúa.

  • Mañana, más brillo.

  • El cuarto creciente, una promesa.

  • El cuarto menguante, el adiós.

.La luna, silenciosa testigo. Esta noche, la contemplo desde mi pequeño balcón, aquí, en mi piso de Valencia. El aroma a jazmín… un eco de otro tiempo, otro espacio. Pero la luna… siempre está. Un ciclo incesante, una danza cósmica, un crecer y menguar. Me envuelve esa sensación, densa y lenta, casi física. La espera del cuarto creciente…

Un ciclo más. Y pienso en mi abuela, en sus historias de luna llena y cosechas… en sus manos arrugadas, tan llenas de vida, como la luna en su plenitud. Esa luna que ya no ve.

La luna, un espejo del alma. Una promesa… una espera.

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