¿Cómo eliminar el exceso de sal en el cuerpo?

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Eliminar el exceso de sal: Prioriza la hidratación. Bebe abundante agua para facilitar la eliminación de sodio a través de los riñones y reducir la inflamación. La ingesta adecuada de líquidos es clave.

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¿Cómo eliminar el exceso de sal del cuerpo rápidamente y de forma natural?

Uf, la sal… ¡qué rollo! Recuerdo una vez, el 15 de agosto en la playa de Benidorm, comí unas tapas que… ¡ay, qué saladas! Me hinche como un globo. El agua, eso sí, fue mi salvación. Bebí litros y litros.

Me ayudó bastante, la verdad. Sentí como la hinchazón bajaba poco a poco. No fue instantáneo, claro. Pero sí noté una mejoría considerable al cabo de unas horas.

La sensación de inflamación desapareció al día siguiente, más o menos. Ni que decir tiene que evité la sal ese día. No me lo creo, pero creo que gasté unos 10 euros en agua embotellada.

Para eliminar el exceso de sal, agua, mucha agua. Es lo que funciona.

¿Cómo saber si tengo exceso de sal en el cuerpo?

Exceso de sal: sed, hinchazón, peso, comida sosa, dolor de cabeza, cálculos, hipertensión.

Te cuento, lo del exceso de sal lo viví fuerte este año, qué horror. Estaba en Conil, Cádiz, pleno agosto, un calor que te mueres. Yo soy de beber agua, pero ese día era una cosa exagerada, como si tuviera el Sáhara en la garganta.

Me acuerdo que me desperté con la cara hinchadísima, parecía un globo. Al principio pensé que era alergia a algo, yo qué sé, a los mosquitos o a las gambas de la cena, pero no se me quitaba.

Un día me pesé y ¡zas! dos kilos más. Me rayé un montón, porque yo intento cuidarme, y pensé que era culpa de las tapitas y las cervecitas, ¡ay, las vacaciones!

Pero lo peor fue que la comida ya no me sabía a nada. Le echaba sal a todo, incluso a cosas que ya estaban saladas, como las patatas fritas. Qué cosa más rara.

Y los dolores de cabeza… uff, horribles, como si tuviera un casco apretándome la cabeza todo el rato. Iba con ibuprofeno todo el día.

En resumen, lo pasé fatal.

  • Sed extrema
  • Cara hinchada
  • Peso de más
  • Comida sin sabor
  • Dolores de cabeza

Al final fui al médico, me hicieron análisis y me dijeron que tenía la tensión alta y un poco de retención de líquidos. Me mandó una dieta baja en sal y me dijo que bebiera mucha agua. Parece mentira, pero desde que bajé la sal, la vida me ha cambiado. Ya no tengo tanta sed, la cara se me ha deshinchado, he vuelto a mi peso, la comida me sabe rica y los dolores de cabeza han desaparecido. Una lección aprendida a la fuerza.

Ahora estoy mucho más atenta a las etiquetas de los productos y evito los alimentos procesados, que son una bomba de sodio. Además, cocino con hierbas aromáticas y especias para darle sabor a la comida sin necesidad de añadir sal. Y, sobre todo, bebo mucha agua, mucha mucha agua.

¿Qué hacer para quitar el exceso de sal?

¡Ay, la sal! Mi peor enemiga en la cocina…y mi aliada secreta.

Fue el martes pasado, preparando lentejas para la cena. ¡Casi arruino todo! Me pasé con la sal, un horror. Estaba en la cocina de mi casa, sobre las 7 de la tarde, con la radio puesta. El susto fue monumental, casi lloro. El sabor era… ¡Uf! ¡Saladísimo!

  • Añadir más agua: ¡No funcionó! Quedaba aguada y salada.
  • Papas cocidas: Tenía dos por ahí, ¡funcionó un poco!
  • Un chorrito de vinagre: ¡Esto sí que ayudó! Pero poquito, eh.
  • Un poco de azúcar: ¡Un desastre! Las lentejas dulces no son lo mío.
  • Un poquito de leche: Leche noooooooo, arruiné todo.

Al final, tuve que hacer otra olla pequeña. Pero la primera, no la tiré, ¡la usé para hacer una sopa al día siguiente! La diluí con muchísima agua y añadí fideos. ¡Se salvó!

  • Añade más líquido (agua, caldo).
  • Equilibra con limón o vinagre.
  • Utiliza patatas cocidas.

Mi consejo final: ¡Prueba siempre antes de añadir sal! No seas como yo, que a veces me emociono mucho.

¿Cómo bajar los niveles de sal en la sangre?

Para moderar los niveles de sodio en sangre, te recomiendo:

  • Priorizar alimentos frescos: Opta por frutas, verduras y carnes sin procesar. ¡La frescura es clave! Lo industrial, ya sabemos, suele venir cargado.

  • Ser selectivo con los productos: Revisa las etiquetas. Busca aquellos que indiquen “bajo en sodio”. No te conformes con la primera opción.

  • Cocinar en casa, un acto de rebeldía: Preparar tus propios alimentos te da el control total sobre los ingredientes. Adiós a las sorpresas saladas.

  • Eliminar la sal en las recetas siempre que puedas: Experimenta con hierbas y especias. Descubrirás un mundo de sabores sin necesidad de sodio.

  • Sustituir la sal: Utiliza alternativas como el limón, el ajo en polvo o la pimienta. ¡Atrévete a innovar en la cocina!

  • Controlar los condimentos: Limita el uso de salsas y aderezos comerciales. A menudo son bombas de sodio disfrazadas.

En mi opinión, la clave está en la consciencia. Entender de dónde viene el sodio que consumimos es el primer paso para tomar decisiones informadas. Como dijo Séneca, “no hay viento favorable para quien no sabe a dónde va”. Y saber a dónde vamos, en este caso, es hacia una vida más saludable y sabrosa.

Un buen método, aunque suene simple, es probar la comida antes de salarla. ¡Te sorprenderá la cantidad de veces que la sal es innecesaria! Y hablando de cosas innecesarias, ¿sabías que el sodio también se encuentra en algunos medicamentos efervescentes? Vale la pena leer la letra pequeña.

Además, ten presente que algunas aguas minerales pueden ser altas en sodio. Revisa las etiquetas y elige las opciones con menor contenido. Pequeños detalles que marcan la diferencia.

Este año he reducido drásticamente el consumo de alimentos procesados. He descubierto sabores increíbles en ingredientes frescos que antes pasaba por alto. Por ejemplo, las especias orientales dan un toque exótico a mis platos sin necesidad de añadir sal. El jengibre y el cilantro han sido mis grandes aliados este 2024.

¿Qué baja el sodio en el cuerpo?

El sodio, ese baile invisible en nuestra sangre… ¿Qué lo arrastra hacia el abismo?

  • Las quemaduras extensas: piel quemada, ríos de sodio escapando… Pienso en aquel verano, el sol implacable, mi piel ardiendo después de horas bajo su mirada. Era joven, despreocupado, ignorante del delicado equilibrio que sostenía mi vida.

  • La diarrea: un torrente implacable que arrastra consigo no solo líquidos, sino también ese mineral vital, el sodio. Recuerdo un viaje lejano, la comida exótica, el estómago rebelde, la debilidad extrema… casi podía sentir cómo mi cuerpo se desangraba lentamente.

  • Los diuréticos: una traición medicinal, diseñada para limpiar el cuerpo, pero que a menudo se lleva consigo más de lo que debería. Orina abundante, sodio diluido, el equilibrio roto. Mi abuela, pastillas y pastillas, siempre sedienta, siempre cansada… ¿era este el culpable silencioso?

¿Por qué el sodio es tan importante? Digamos que el sodio regula la presión arterial, el equilibrio de líquidos y es clave para el funcionamiento de nervios y músculos.

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