¿Qué diferencia hay entre el agua destilada y potable?

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El agua destilada supera a la purificada en inocuidad, al eliminar completamente bacterias, virus, protozoos, metales pesados como el plomo, y sulfatos. Su pureza la convierte en ideal para aplicaciones donde se requiere una ausencia total de contaminantes.

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Agua destilada vs. Agua potable: Más allá de la simple pureza

El agua, esencial para la vida, presenta diferentes grados de pureza y tratamiento. Mientras que el agua potable es apta para el consumo humano, el agua destilada se destaca por un nivel de pureza superior, aunque su aplicación difiere notablemente. Entender las diferencias entre ambas es crucial para elegir la mejor opción según la necesidad.

El agua potable, como su nombre indica, es segura para beber. Su tratamiento, que varía según la fuente y la normativa local, generalmente incluye procesos como filtración, cloración y ozonización, dirigidos a la eliminación de contaminantes como bacterias, virus y protozoos, así como algunos metales pesados en concentraciones consideradas inocuas para la salud humana. Estos procesos buscan garantizar un agua segura para el consumo diario. La calidad y seguridad del agua potable están sujetas a estrictas regulaciones, lo que implica que, dentro de los parámetros establecidos, suele resultar adecuada para la mayoría de las necesidades humanas.

Sin embargo, el agua destilada va más allá en la búsqueda de la pureza. No solo elimina los mismos contaminantes que el agua potable, sino que supera a la purificada en la eliminación de una amplia gama de impurezas. El proceso de destilación implica hervir el agua y luego condensar el vapor, separando así las impurezas del agua original. Esta separación completa asegura una ausencia prácticamente total de bacterias, virus, protozoos, metales pesados como el plomo y sulfatos, entre otros contaminantes. La pureza del agua destilada la convierte en una excelente elección para aplicaciones que requieren un control absoluto sobre la ausencia de impurezas.

En resumen, mientras el agua potable es suficiente para la mayoría de los usos cotidianos y está regulada para ser segura para el consumo humano, el agua destilada se reserva para aplicaciones más específicas donde la ausencia total de contaminantes es crítica. Aplicaciones como la elaboración de ciertos medicamentos, la fabricación de baterías o la limpieza de equipos electrónicos requieren la altísima pureza que proporciona el agua destilada. Es importante destacar que el agua destilada, debido a su proceso, a menudo se considera un agua ‘neutra’ que no aporta ni extrae minerales, lo cual la hace útil en casos donde la composición química del agua es un factor determinante. En contraposición, el agua potable suele contener minerales esenciales en concentraciones necesarias para el cuerpo humano.