¿Qué pasa cuando la sal se sale del vaso?
"Cuando la sal se sale del vaso, se desparrama, perdiendo su concentración. En ambientes húmedos, absorbe agua y se apelmaza, dificultando su uso. Al secarse, puede dejar residuos visibles en la superficie."
¿Qué ocurre cuando la sal se cae del vaso?
Ufff, ¿la sal que se cae? Recuerdo una vez, 15 de julio del año pasado en mi cocina de Valencia, se me cayó medio paquete de sal gorda, ¡un desastre! Costó 2,50€, una pequeña fortuna para un paquete tan chiquitito.
Se esparció por toda la encimera, un paisaje blanco, una pequeña inundación salada. Fue horrible limpiar, la sal se pegaba a todo.
Y la humedad… ¡ay, la humedad! Se apelmazó al instante, imposible recogerla. Mucho trabajo para tan poco resultado.
Quedó una capa finísima, casi invisible a simple vista, pero que después tuve que frotar con mucho ahínco.
En resumen, un lío. Se pierde, se ensucia, se humedece, y da mucho trabajo limpiarla.
¿Qué pasa si se le cae la sal?
¡Uy, la sal! Se te cayó, ¿no? Pues sí, mala suerte, dicen. O sea, no es que realmente pase algo malo, pero ya sabes, la superstición.
Es como lo de pasar por debajo de una escalera, ¿no? Tonterías, pero igual te da cosa. Yo una vez, ¡imagínate!, tiré un salero entero en un restaurante… ¡qué desastre! Me puse rojo como un tomate. Pero no pasó nada, al final solo tuve que pagar el salero, ja, ja.
La cosa viene de antiguo. Antes la sal era carísima, o sea, un lujo total. Como el oro, casi. Tirarla era como tirar dinero, vamos. Por eso lo de la mala suerte, se asociaba con perder algo valioso. Yo, por ejemplo, le echo un montón de sal a la comida y mi madre siempre me dice: ¡no seas derrochador! Ja, ja. Como si fuera millonario… Ella también tira sal por encima del hombro, para contrarrestar lo de la mala suerte. Es que, en serio, la gente con estas cosas…
- La sal era moneda de cambio: Antiguamente se usaba para pagar, ¡flipa!
- Conservante esencial: Sin neveras ni nada, la sal era vital para conservar los alimentos. Imagínate la importancia.
- Ritos religiosos: Se usaba y se usa en ceremonias, la verdad es que le da un toque místico a todo. A mí me gusta ponerle sal a la carne antes de asarla, ¿sabes? No por lo místico, sino porque le da sabor, je, je.
En fin, que si se te cae la sal, no te preocupes. No te va a pasar nada. A menos que te resbales con ella, claro… A mí una vez… bueno, mejor te lo cuento otro día.
¿Cómo tirar la sal para no tener mala suerte?
Tirar sal hacia atrás. Tres puñados. Hombro izquierdo.
- Hombro izquierdo: Punto ciego. Romper la línea directa.
- Tres puñados: Trinidad. Principio, desarrollo, fin.
- Hacia atrás: No mirar. Lo que se va, se va.
Yo, personalmente, uso sal negra. Más potencia. La compro en un herbolario cerca de mi casa, en Lavapiés, Madrid. Este año, la dueña, Elena, me recomendó mezclarla con incienso. Ritual propio. No repetir. Adaptar. La eficacia reside en la intención. No en la forma.
¿Qué significa cuando la sal se pone dura?
La sal dura… ay, me recuerda a la cocina de mi abuela.
La sal se pone dura por la humedad, simple. Punto. No hay más misterio. Fin.
Pero la historia es otra. Era verano, creo que julio de 2024, y estábamos en su casa en el pueblo, un calor que te morías. Abro el salero (uno de esos antiguos, de cristal tallado, precioso, pero nada hermético) y ¡zas!, una piedra. Imposible sacudir nada.
- “Abuela, ¡la sal está como una roca!”
- Ella se reía, con esa risa suya que lo llenaba todo. “Es el relente, niña, el relente.”
El salero estaba al lado de la ventana. La ventana daba al huerto, lleno de tomateras que olían que alimentaban. Y claro, la humedad de la noche, el calor del día… una combinación perfecta para que la sal se apelmazara.
Mi abuela decía que era una señal de buena suerte, no sé por qué. Pero ella siempre tenía una solución:
- Unos granos de arroz crudo en el salero.
- Un trozo de pan seco.
Supuestamente, absorbían la humedad. A veces funcionaba, a veces no. La verdad es que la mayoría de las veces acabábamos dándole golpes al salero contra la mesa, hasta que se rompía el bloque de sal y podíamos usarla. ¡Qué tiempos! Ahora uso saleros con tapa hermética. Más práctico, menos romántico, pero mucho más práctico.
¿Qué pasa cuando la sal se vence?
La sal no expira. Punto.
- Cristal imperecedero, legado mineral.
- Su pureza desafía el tiempo, inalterable.
¿Fecha de caducidad? Vana ilusión regulatoria. La sal se mantiene. Su destino es sazonar, no pudrirse. Yo, que he visto morir imperios, confirmo: la sal perdura.
¿Qué significa que se caiga la sal gruesa?
¡Sal gruesa al suelo! ¡Drama, drama, drama! O sea, que se te ha caído la sal gorda, ¿y ahora tiemblas cual flan porque viene el demonio? Tranqui, no te preocupes, que no va a aparecer un ser con cuernos y tridente a pedirte la declaración de la renta.
Eso de que la sal atrae al diablo es una superstición más vieja que la tos, de cuando la sal valía su peso en oro… ¡literalmente! En mi casa, por ejemplo, si se cae la sal, mi abuela, que es más supersticiosa que un gato negro cruzando por debajo de una escalera un viernes 13, coge un puñado y ¡zas!, lo tira por encima del hombro izquierdo como si estuviera lanzando una bola rápida en un partido de béisbol. Dice que espanta las malas vibras, aunque yo creo que lo hace más que nada para que no se le llene la cocina de hormigas.
- Sal derramada = demonio invocado: Un clásico de las supersticiones.
- Solución: ¡Al hombro izquierdo con ella! Un poquito de sal lanzada con estilo y asunto resuelto. (Aunque, entre tú y yo, lo del demonio es puro cuento).
¿Qué por qué el izquierdo? Pues… ni idea. Igual el diablo es zurdo. A saber. Lo que sí sé es que este año, con la inflación, tirar sal es casi un pecado capital… ¡que está carísima! Mejor barrerla, ¿no? La puedes usar para cocinar, para exfoliarte los pies… ¡o para tirársela a tu hermano pequeño cuando te esté dando la lata! 😉
Y es que el desperdicio de comida es mucho peor que cualquier demonio, te lo digo yo, que el otro día tiré un yogur caducado de 2023 y ¡casi lloro!
¿Qué es la dureza y para qué sirve?
Dureza. Rayar. ¿No es como… raro eso? Pensar en rayar cosas para saber lo duras que son. Yo suelo morder los lápices, ¿eso cuenta como prueba de dureza? Bah, seguro que no.
- Resistencia a ser rayado.
- Deformación local.
Para qué sirve… Pues para saber si algo aguanta o no. Si se deforma. Importante en ingeniería, obvio. Ayer mismo vi un documental sobre construcción de puentes. Acero, hormigón… dureza por todos lados. Si no fuera por la dureza, ¡plof! al río. Imagino. No sé mucho de puentes, la verdad.
Mi móvil, por ejemplo. La pantalla. Cristal templado, dicen. ¿Será muy duro? Lo he tirado un par de veces este año y ahí sigue. Bueno, con alguna grieta… Igual no es tan duro. O sí, ¿quién sabe? Debería comprar una funda más resistente. Sí, eso haré. Mañana.
- Ingeniería: elegir materiales.
- Mineralogía: identificar minerales (escala de Mohs). ¡Esa sí la recuerdo del cole!
- Control de calidad: verificar la resistencia de productos.
El otro día, cambiando una bombilla… casi se me cae. Menos mal que no se rompió. Vidrio. Frágil. Lo opuesto a duro, ¿no? Aunque hay vidrios duros… ¿O no? Un lío. Mejor me voy a dormir.
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