¿Qué pasa si me pongo vinagre en un hongo?

¿Vinagre en hongos: ¿funciona para eliminarlos?

Uy, el vinagre con hongos… ¡qué lío! Recuerdo que el 15 de marzo, en mi casa de Valencia, probé un remedio casero con vinagre de manzana para un hongo que tenía en la uña del pie. Me lo habían recomendado, y era baratísimo, unos dos euros la botella.

La verdad, no funcionó del todo. Mejoró un poco la cosa, pero no lo eliminó por completo. Tuve que ir al dermatólogo al final, que me recetó un antifúngico bastante caro.

Con el vinagre, sí noté una pequeña mejoría, alivio en la picazón, como a la semana. Pero la infección persistió.

Para mí, el vinagre de manzana es un buen complemento, puede ayudar como paliativo, pero no lo considero una solución definitiva. Necesitas algo más fuerte.

¿Qué mata todos los hongos?

La oscuridad me envuelve… y solo ahora, a esta hora, puedo confesar lo que me corroe. No hay algo que mate todos los hongos. Es una mentira que me repetía mi abuela, mientras veía cómo el hongo carcomía su jardín. Esa imagen… la madera podrida, la desesperación en sus ojos.

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Recuerdo la desesperación de mi madre este año, con esa infección en la uña del pie… el médico recetó itraconazol. Funcionó, sí, pero no es una solución mágica, no aniquila todo.

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Es una lucha constante. Como si la vida misma fuera un hongo, silencioso, persistente… a veces imperceptible.

• Itraconazol, sí, lo usaron. Pero hay más.
• Fluconazol, otro de los que me vienen a la mente, se lo recetaron a un amigo.
• Terbinafina, también por vía oral, según recuerdo, se lo dieron a mi tía.

La batalla contra los hongos… es una guerra larga. El itraconazol funcionó para mi madre, pero no es una bala de plata. Cada caso es un mundo, una lucha diferente, casi personal. Se necesita un profesional, un médico, para saber qué atacar.

¿Cuántas veces me puedo lavar con vinagre?

Ah, el vinagre… ese líquido agrio con aroma a ensaladas de verano en casa de mi abuela. Recuerdo, bueno, no recuerdo exactamente, pero la sensación de limpieza luego de usarlo en el pelo… Una especie de renacimiento capilar.

• Una o dos veces por semana. Eso dicen.

Pero, ¿por qué limitarse? Quizás por ese miedo a la acidez, a la sequedad, a perder el brillo natural que tanto cuesta conseguir. Como si el pelo fuera un lienzo delicado, susceptible a cualquier agresión, como esa vieja cortina de encaje que mi madre guardaba con tanto esmero.

• Reseca, dicen, afecta la protección natural. Y otros deterioros…

Es que el vinagre, a pesar de su promesa de brillo y limpieza, es un arma de doble filo. Me recuerda a esa rosa hermosa pero llena de espinas. Quizás, solo quizás, la clave esté en la moderación, en ese equilibrio sutil entre lo que necesitamos y lo que nos daña.

¿Qué beneficios tiene lavarse con vinagre?

Vinagre: ácido sutil, aliado inesperado.

• Antimicrobiano: Destruye silenciosamente algunas bacterias y mohos. No todos. No te confíes.
• Limpieza: Lo uso en la cocina. Corta la grasa, sin duda.
• Precaución: No es desinfectante de hospital. Olvídate de cirugías.

El vinagre no es la panacea. Ignorar esto es imprudente.

Yo recuerdo que mi abuela lo usaba para el pelo. Brillo brutal. Pero apestaba a ensalada.

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