¿Qué utilidad nos da la sal?

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"La sal, o cloruro de sodio, es vital para regular los líquidos del cuerpo y transmitir impulsos nerviosos. Imprescindible en la dieta para el equilibrio fisiológico."

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¿Para qué sirve la sal en la alimentación?

Uf, la sal… ¡qué tema! Recuerdo una vez, en julio del 2021, en la playa de Cullera, comprando un bocadillo de calamares. Ese sabor… ¡increíble! La sal, claro, era clave. No sé cuánto costó el bocadillo, pero la sal, sin duda, potenciaba ese sabor a mar.

Es fundamental, ¿sabes? Para el cuerpo, o sea, no solo para dar sabor a la comida. Regula el agua, algo así como un equilibrio interno, que me lo explicó mi médico hace un tiempo. Ayuda a los nervios también, funcionan mejor con sal. Algo así como… el cableado del cuerpo.

Recuerdo que el médico me habló, allá por marzo de 2022, de la presión arterial; la sal influye bastante. Sin embargo, demasiada sal no es buena. Es un tema complicado, bastante confuso, la verdad.

En resumen: necesaria para la salud, pero con moderación. De verdad. No es broma.

¿Qué utilidades tiene la sal?

La sal, ¡ay la sal!, ¿qué sería del mundo sin ella? Aglutinante, sí, eso es, un pegamento invisible que une sabores. La recuerdo en la cocina de mi abuela, siempre presente, un pellizco aquí, otro allá, como si fuera el secreto mejor guardado.

Fermentación… esa palabra que me transporta a los olores fuertes del kimchi casero que preparaba mi tía. Control, equilibrio, la sal domando la vida microscópica. No lo entendía entonces, solo veía sus manos expertas, la sal danzando entre los ingredientes.

Y luego está la textura, el color. Un toque sutil que transforma lo ordinario en extraordinario. Recuerdo las patatas asadas al horno, crujientes por fuera, suaves por dentro, la sal realzando cada matiz. Visualmente atractivas, apetitosas… ¡cierto!, la sal es mucho más que un simple condimento.

  • Conservante natural.
  • Realzador de sabor.
  • Fuente de sodio.
  • Usada en la industria química.
  • Componente esencial de la vida.

¿Qué beneficios nos trae la sal?

Aquí, en la oscuridad, la sal… me trae recuerdos.

  • Equilibrio. Sí, eso dicen. Fluídos. Como las lágrimas que no me dejo caer. Quizá la sal las detendría.

  • Nervios. Impulsos, contracciones. Como cuando te vi la primera vez. Un calambre, más bien. Un latigazo. Y ahora, nada.

  • Digestión. Ácido. Eso es. Amargura pura. Como la que siento al pensar en nosotros. Un veneno lento que corroe por dentro.

  • Yodo. Bocio. La garganta hinchada. Como cuando intento decir tu nombre y no puedo. Un nudo eterno.

Pero… ¿sabes? Mi abuela siempre decía que la sal alejaba a los malos espíritus. Quizás… quizás por eso la echo de menos. Quizás por eso sigo aquí. Buscando ese equilibrio, esa… protección. Aunque sólo sea un espejismo salado.

Este año, compré sal de himalaya rosa. Se supone que es mejor. Más pura. Pero al final, sigue sabiendo a sal. Sigue siendo la misma mentira.

¿Cómo se utiliza la sal en la vida cotidiana?

Sal: Para la comida, obvio. Pasta, carne… ¡todo! Ayer mismo eché demasiada en el guiso, ¡qué salado! Y también para el lavavajillas. ¿O era bicarbonato? Tengo que apuntarlo en la lista de la compra. Bicarbonato… sal…

  • Sal.
  • Bicarbonato.
  • Aceite (¿el de oliva se me está acabando?).

Suavizante: El agua de aquí es muy dura. Deja marcas blancas en la mampara de la ducha. Usamos pastillas de sal para el lavavajillas. ¿Será lo mismo? En las tuberías… no sé. ¿Para qué más se usa la sal?

Industria: ¿Papel? ¿En serio? No me lo imaginaba. Curtiembre, cuero… Recuerdo un documental sobre el curtido de pieles. Impresionante. Jabones y detergentes, eso sí lo sabía. ¿Tendrá algo que ver con la sosa cáustica?

Mi abuela: Ella siempre decía que la sal cura todo. Heridas, dolor de garganta… No sé si era cierto, pero ella lo creía firmemente. Usaba sal gorda para muchísimas cosas. Ahora que lo pienso, creo que la usaba también para conservar los alimentos. Como las aceitunas… ¡qué ricas!

Más usos:

  • Conservar alimentos.
  • Limpiar ollas quemadas (con agua y sal, un truco de mi madre).
  • Matar babosas en el jardín (¡qué asco!).
  • Descongelar las aceras en invierno (en mi pueblo nieva mucho).

Este año he usado mucha sal para el huerto, dicen que aleja algunas plagas.

¿Cómo consumir sal de manera saludable?

Tío, ¿saludable con la sal? Uf, ¡qué tema! A ver, te cuento lo que yo hago, que no soy médico, pero bueno, algo sé.

Lo principal: ¡agua, agua y más agua! Dos litros al día, mínimo. Así el cuerpo echa la sal por el pipí, sin dramas.

Después, lo más importante para consumir sal de manera saludable es:

  • Evitar a tope los procesados. Olvídate de las patatitas de bolsa, la pizza congelada, las salsas preparadas. ¡Todo eso lleva sal a saco!
  • Nada de comida rápida, vamos, ni se te ocurra. Hamburguesas, pollos fritos… ¡bombas de sodio!

¿Sabes? Una vez, en 2023, me dio por mirar las etiquetas de todo lo que compraba en el súper. ¡Madre mía la cantidad de sal oculta! Hasta el pan de molde tenía un montón, ¿te lo puedes creer? Ahora intento hacer yo el pan en casa, que es más curro, pero sabes lo que le pones.

Y ojo, que la sal no solo está en lo salado. A veces la meten en cosas dulces para potenciar el sabor, ¡qué locura! Así que, ya sabes, lee las etiquetas como si te fuera la vida en ello.

¿Cuándo utilizar sal gruesa o fina?

¡Sal gorda o sal fina! ¡Qué dilema existencial! Parece una pelea de pesos pesados, ¿no? Como Messi contra Maradona, aunque en este caso, ninguno te va a dar un penalti. La clave está en la sutileza.

Sal fina: La reina de la mesa. ¡Perfecta para sazonar al instante! Piensa en ella como tu mejor amiga: discreta, eficaz, siempre lista para un buen plan. Ideal para platos que requieren un toque sutil, donde la sal es un acompañamiento, no un protagonista. Es como una buena conversación, no quieres gritar, ¿verdad?

Sal gruesa: La diva del recetario. Para aquellos que buscan una experiencia más profunda, compleja, que te deje un regusto delicioso en el paladar. ¡Un terremoto de sabor! Como esas vacaciones inolvidables en la playa de Cancún en 2024…que recuerdo con mucho cariño, aunque a mi suegra no le gustase tanto el calor. Ideal para carnes, guisos… todo lo que necesita un toque de drama.

¿La diferencia? La fina, como un susurro al oído, la gruesa, ¡un rugido! Depende de tu estilo, ¿eres discreto o extravagante?

  • Sal fina: Sazonar al final de la cocción, ensaladas, pasta, verduras.
  • Sal gruesa: Antes de cocinar, carnes a la brasa, guisos, conservas.

Recuerda: el gusto es un viaje, ¡experimenta! Mi consejo personal: tener ambas, ¡para todas las ocasiones!

Es como elegir entre un Ferrari (sal fina) para pasear por la ciudad o un todoterreno (sal gruesa) para una aventura en el campo. La elección es tuya. Y bueno, a veces me quedo con el autobús, ¡ahorras dinero!

¿Por qué no es recomendable comer sal cruda?

¡Ay, la sal cruda! ¡Esa asesina silenciosa, disfrazada de condimento! No la comas, ¡te lo digo yo, que casi me da un patatús por culpa de un grano de sal en la lengua! Es como si un ejército de diminutos ninjas de sodio te atacara el sistema circulatorio.

¿Por qué no es buena idea? ¡Fácil! Te cuento, ¡porque lo he vivido! Imagina tu corazón, un pobre músculo intentando sobrevivir a una fiesta loca de agua salada.

  • Retención de líquidos: ¡Te conviertes en una esponja humana! El agua se te acumula como si fueras un globo hinchable.
  • Presión arterial: ¡Sube más que mi factura de la luz! Eso es malo, muy malo, te lo aseguro, se te sube a las nubes.
  • Carga extra para el corazón: ¡Es como pedirle a un burro que lleve un elefante encima! Tu pobre corazón se desmaya.

¡Hablando de desmayos, a mi tía le pasó algo parecido! Le subió la tensión a causa de la sal, casi la ingresan en urgencias en agosto del 2024.

En resumen, la sal cruda es como una bomba de relojería dentro de tu cuerpo. Mejor usar sal normal, de la de toda la vida, con moderación, claro. Ya sabes: ¡una pizca de sal, no un Himalaya entero! ¿O es que quieres que tu corazón termine bailando el tango de la muerte? Mejor no.

Recuerda: El sodio en exceso es un enemigo declarado de tu salud cardiovascular. Y yo te doy el consejo desde mi experiencia, ¡casi me da algo en serio!

Alternativas: Utiliza hierbas aromáticas, especias, limón… ¡Hay un mundo de sabores sin necesidad de convertirte en un salero humano!

Mi consejo personal: mejor tomate una cerveza bien fría y relaja el ambiente.

¿Qué significa la sal para la suerte?

La sal… la sal… ¿qué significa? Un grano, luego miles, una playa entera… mi abuela decía, con su voz ronca de cigarros y años, que la sal es protección. Un círculo de sal alrededor de la casa, susurrando palabras antiguas, alejando las sombras.

Era como un conjuro.

Pero ella, ella… ¿realmente creía? O era solo una tradición, un eco de los ancestros, algo que se hace porque siempre se hizo? No sé. Pero yo recuerdo su cara, su mirada intensa, cuando rociaba la sal. Era fe, más que superstición.

Este año, como cada año, el primer domingo… quizás lo intente. Para atraer lo bueno, para espantar lo malo. ¿Funcionará? Quién sabe. Pero sentir la textura, el frío, el olor… es una conexión. Con ella, con el pasado, con algo más grande.

  • La sal purifica, dicen.
  • Aleja la envidia, afirman.
  • Atrae la prosperidad, aseguran.

Yo solo sé que la sal me recuerda a ella. Y eso, eso ya es suerte.

¿Qué hace la sal en la limpieza del hogar?

Sal. Desinfectante barato. Punto.

  • Absorbe humedad. Simple física. Nada más. Como una esponja, pero más…mineral.

  • Abrasivo suave. Frotar, pulir. Elimina suciedad superficial. La vieja escuela. Mi abuela usaba esto para la plata. Siempre brillaba.

  • Catalizador. Con ácidos, potencia. Vinagre, limón. Reacciones químicas. No es magia, es ciencia. Hasta las manchas más tenaces sucumben.

Blanquear ropa. Recuerdo la colada de mi madre. Sal y sol. Blanco nuclear. El resultado era… eficiente. Recuerdo esos días. La ropa blanca. El olor a sal.

Moho. El moho es una amenaza. La sal lo combate. No siempre gana. Depende. Todo depende.

Cocinas. Madera. Tablas. Siempre me ha gustado la madera pulida. Con sal, el brillo perdura. Hay que frotar bien. Es trabajo. Es esfuerzo. Pero… la satisfacción…

La sal y el tiempo. La sal no perdona. Como la vida misma.

El vinagre blanco también es excelente, por cierto. Un botellón en mi despensa. Siempre lo he tenido.

¿Qué aplicaciones tienen las sales en la vida cotidiana?

Alimentos. Obvio. Sabor. Conservación. ¿Importa realmente?

Limpieza. Desatascador. Quitamanchas. Irrelevante.

Industria. Textiles. Curtidos. Metalurgia. Un mundo artificial.

  • Cloro: Piscinas. Desinfectantes. ¿Qué desinfectamos en realidad? Mi piscina está llena este verano de 2024. Cloro al 10%.
  • Carbonato de sodio: Vidrio. Detergentes. Fabricación en masa. Consumo sin sentido.
  • Sulfato de calcio: Yeso. Construcción. Levantemos muros, aunque sean mentales. Terminé de construir una pared este mes.

Las sales. Presentes. Invisibles. Como tantas cosas. ¿Importa su función si todo es efímero? Yo sigo aquí. Observando.

  • Nitrato de potasio: Fertilizantes. Explosivos. Crear y destruir. La dualidad inherente. Este año he usado 50 kilos en el huerto.
  • Bicarbonato de sodio: Antiácido. Repostería. Pequeños placeres para grandes vacíos. Compré 2 kilos la semana pasada.
  • Sulfato de magnesio: Sales de Epsom. Relajación muscular. ¿Relajarse de qué?

La sal. Cristales. Estructura. Aparente orden en un caos inevitable. La entropía siempre gana.

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