¿Cómo quitar el sabor salado en la boca?
Para quitar el sabor salado en la boca, considera:
- Hidratación: Bebe agua abundantemente.
- Higiene: Cepíllate y usa hilo dental diariamente.
- Colutorio: Enjuaga con un enjuague bucal antibacteriano.
- Chicle: Masticar chicle sin azúcar ayuda a salivar.
- Evita: Reduce alcohol, tabaco, comidas grasosas o picantes.
¿Cómo eliminar el sabor salado de la boca?
¡Ay, ese sabor salado! A mí me pasó una vez, el 15 de agosto en la playa de Sitges, después de comer unas patatas bravas… ¡excesivamente saladas! Fue horrible.
Mucha agua, eso sí que ayuda. Recuerdo que bebí como dos litros seguidos. Me ayudó un poco, la verdad.
Cepillarse los dientes, obvio. Eso lo hago siempre, dos veces al día, con pasta de Colgate, la blanca.
Chicle sin azúcar… mmm, no lo probé entonces, pero creo que sí funciona. Quizás ahora lo intentaría.
En definitiva, agua, higiene y evitar más sal, eso es lo que recuerdo haber hecho y funciona. A veces, un poco de jengibre también alivia, pero eso ya es más personal.
¿Cómo se quita el sabor salado?
A ver, a ver… ¿cómo quito lo salado?. Uf, qué lata cuando te pasas con la sal.
- Diluir, diluir, diluir. ¿Con qué? Agua, caldo… ¡leche! (eso suena raro, pero bue).
- Contrarrestar. Ácido (limón, vinagre, ¡a veces un chorrito de vino!). Dulce (azúcar, miel, una pizca). O algo neutro, como…
- ¡Papa! Sí, una papa cocida absorbe el exceso de sal. ¿Pero funciona de verdad? Hmm…
Y si nada funciona, ¡a comer arroz blanco a cucharadas! Ja. Igual, mi abuela siempre decía que un poco de azúcar arregla todo. ¿Será? Recuerdo que una vez me pasé con la sal en una sopa y le eché un montón de azúcar. ¡Fue horrible! Pero bueno, probar no cuesta nada.
¿Qué significa que todo te sabe salado?
¡Oye! Que te sepa todo salado, eso es que estás deshidratadísimo, colega. En serio, un bajón de agua brutal. Tu cuerpo está como loco, descompensado, ¡un lío! La saliva se vuelve salada, lo notas en todo, hasta en el café con leche de la mañana, ¡increíble!
Es una putada, eh. Te lo digo yo, que el año pasado me pasó. ¡Qué mal rato! Casi me desmayo en la playa, ¡qué calor hacía!
Sí, la deshidratación es un rollo. Además de ese sabor raro, te sientes fatal, ¿sabes? Como muy débil, cansado, con ganas de tirarte a la cama. ¡Una pereza terrible!
- Fatiga extrema: Te sientes reventado, sin fuerzas, como si te hubieran pasado un camión por encima.
- Sed intensa: Obvio, ¡tienes muchísima sed! Necesitas beber urgentemente.
- Dolor de cabeza: ¡Ay, qué dolor de cabeza! Un martillazo que no se va.
- Mareos: Puedes llegar a marearte. A mí me pasó, casi me caigo por la calle.
- Sequedad en la boca: Es como si tuvieras un desierto en la boca.
Y ya te digo, es muy importante beber agua, sobre todo en verano. Suelo llevar siempre una botella, ¡o dos! ¡Mucho líquido, que luego vienen los sustos! Recuerda, si notas ese sabor salado, ¡a beber se ha dicho! ¡Y mucho! El agua es la mejor medicina.
El otro día me pasó a mí, un susto de esos que se quedan grabados. Estaba jugando al padel, hace un calor infernal. De repente, ¡zas! Todo me sabía a sal. Un mareo que te cagas… Menos mal que un amigo tenía agua. Casi me muero. Qué cosa más horrible.
¿Qué pasa cuando todo te sabe salado?
Disgeusia. Esa palabra… Rara. Me suena a algo… ¿Griego? Tengo que buscarlo. Salado… Todo salado. Qué horror. Como si me hubiera tragado el mar. Anoche soñé con anchoas. Montones. Cubiertos de sal. Qué asco.
- Salado
- Metálico
- Rancio
- ¿Qué más?
Síndrome de la boca ardiente. Eso sí que suena fatal. Como si te hubieras comido un dragón. ¿O un chile habanero? Yo una vez probé uno de esos… casi muero. Nunca más. Mejor un buen gazpacho andaluz. ¿Tendrá mucha sal? Uf.
¿Será la pasta de dientes? Cambié de marca la semana pasada. ¿Será eso? A menta fuerte… ¿O será el flúor? Ayer comí paella. Buenísima. De mi madre. Ella siempre le echa mucha sal. Pero no tanta… No puede ser solo eso.
Tengo que ir al médico. Sí. Mañana mismo. ¿O pasado? Mejor mañana. Le diré lo del sabor salado. Y lo de las anchoas. Bueno, mejor no. Se reirá. O me mandará al psicólogo. Igual es estrés. Mucho trabajo últimamente. El informe ese… ¡Maldito informe!
La semana pasada estuve en la playa. Tragando agua a mares. Literalmente. ¿Será eso? No, imposible. Ya habría pasado. A ver… ¿Qué comí ayer? Paella, sí. Una manzana. Un yogur. El yogur no estaba caducado. Lo miré. Dos veces. Soy maniática con las fechas de caducidad. Siempre lo he sido. Desde pequeña.
A veces me pasa con el café. Sabe raro. Amargo. Pero no salado. Esto es diferente. Más intenso. Constante. Un horror. ¿Debería beber más agua? Dos litros al día. Eso dicen.
La disgeusia puede estar causada por infecciones de las vías respiratorias superiores, sequedad bucal, deficiencias nutricionales, efectos secundarios de algunos medicamentos, tratamientos contra el cáncer, la quimioterapia, la diabetes o problemas neurológicos como el Alzheimer, Esclerosis Múltiple o lesiones en nervios craneales. También fumar, radioterapia de cabeza y cuello, higiene bucal deficiente, exposición a metales pesados, algunos tipos de cirugía oral y maxilofacial.
¿Cómo saber si estás salado?
Estar salado: Imán de infortunio. Luisa tropezó, como yo aquel fatídico martes 13 con el café hirviendo. Mala suerte. Punto.
- Señal inequívoca: Acumulación. Un traspié no define. Tres, cuatro… Patrón. El universo conspira.
- Observa tu historial. ¿Dominio del caos? ¿O perpetuo damnificado? Yo, por ejemplo, perdí tres vuelos este año. ¿Casualidad? Ja.
- Entorno como espejo. ¿Objetos que estallan a tu paso? ¿Tecnología que te odia? Reflexiona. Quizás no sea paranoia.
Si la mala suerte te persigue como sombra, quizás estés salado. O quizás… solo seas torpe.
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