¿Cómo se hace la prueba del anisakis?

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Uf, el anisakis… ¡qué miedo! La prueba de alergia es rapidísima, una simple prueba cutánea, nada dolorosa, y en veinte minutos ya sabes algo. Pero claro, la confirmación definitiva es el análisis de sangre, buscando esos anticuerpos traicioneros. Me tranquiliza saber que hay métodos, pero prefiero prevenir con una buena cocción del pescado, ¡que la tranquilidad no tiene precio!

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¡Ay, el anisakis! Ese bichito que te planta el miedo en el estómago, ¿verdad? Recuerdo una vez, cenando en un chiringuito… ¡qué maravilla de pescado frito! Después, el susto. Dolores horribles, una pesadilla. Y claro, la pregunta que te tortura: ¿será anisakis?

¿Cómo se hace la prueba, entonces? Pues mira, primero te hacen una prueba de alergia, una cosita rápida, como una picadita en la piel. ¡Ni te enteras! En veinte minutitos, pum, ya tienes un resultado preliminar. A mí me la hicieron y… ¡ufff!, la espera se me hizo eterna. Parecía una hora, ¡y sólo fueron veinte minutos!

Pero bueno, eso es solo un indicio, ¿no? Para estar seguro del todo, necesitas un análisis de sangre. Buscan anticuerpos, esos traidores que delatan la presencia del anisakis. Dicen que es muy fiable, que la sensibilidad es altísima, creo que algo así como el noventa y tantos por ciento, pero ni idea si es exacto, la verdad. Lo que importa es que te digan si hay o no hay bichitos, ¿no?

Yo, desde mi experiencia, y tras ese susto en el chiringuito, prefiero ir a lo seguro. A partir de entonces, ¡pescado bien hecho, que no se me olvida! Vale que a veces se pierde un poco el sabor… pero la tranquilidad, amigos, la tranquilidad no tiene precio. De verdad, prefiero un filete un poco seco a otra noche en urgencias… ¡Qué mal rato! Así que ya sabes, prueba y análisis… ¡pero sobre todo, pescado bien cocinado! Y si te pica la curiosidad, pregunta a tu médico, claro. Son los que saben de verdad.