¿Cuál es la diferencia entre el agua alcalina y el agua normal?

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El agua alcalina presenta un pH superior al del agua normal (neutra o ligeramente ácida). Sus defensores afirman que neutraliza la acidez sanguínea y previene enfermedades como el cáncer y las cardiacas, aunque la evidencia científica que respalda estas afirmaciones es limitada y controvertida. La diferencia radica principalmente en el nivel de pH.

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Vale, a ver, vamos a hablar del agua alcalina… ¿De verdad hay tanta diferencia con el agua “normal”?

La verdad es que siempre me ha llamado la atención esto del agua alcalina. Ves a la gente comprando botellas carísimas, con etiquetas que parecen sacadas de una película de ciencia ficción, y te preguntas, ¿de verdad vale la pena? ¿No es agua, agua?

Básicamente, lo que he entendido es que el agua alcalina tiene un pH más alto que el agua que solemos beber, que suele ser neutra o incluso un poquito ácida. Y claro, ahí es donde empieza la magia, según dicen.

Se supone que esta agua “superpoderosa” neutraliza la acidez de la sangre y te protege de cosas tan serias como el cáncer o las enfermedades del corazón. ¡Uf, qué miedo! Pero, y aquí viene el “pero”, la ciencia no está del todo de acuerdo. O sea, hay estudios, claro, pero la cosa está un poco en el aire, como cuando intentas recordar dónde dejaste las llaves.

Recuerdo una vez, hace años, que mi tía se obsesionó con esto del agua alcalina. Compró un aparato rarísimo que se enchufaba al grifo y prometía transformar el agua normal en este elixir milagroso. ¡Un dineral se gastó! La verdad es que no noté ninguna diferencia en ella, ni para bien ni para mal. ¿Quizás era el efecto placebo? Quién sabe…

Al final, todo se reduce al pH, esa medida de la acidez o alcalinidad. Y ahí está la diferencia principal, el agua alcalina tiene un pH más elevado. Ahora, si eso realmente se traduce en una mejor salud, es otra historia.

¿Vosotros qué pensáis? ¿Habéis probado el agua alcalina? ¿Notasteis alguna diferencia? Porque a mí, sinceramente, a veces me parece que estamos buscando la cura mágica en cosas que quizás no la tengan… pero bueno, ¡igual me equivoco!