¿Cuál es la diferencia entre agua purificada y filtrada?

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La diferencia radica en el proceso de limpieza: la filtración se limita a un solo paso que atrapa impurezas, mientras que la purificación combina varios métodos físicos y químicos para eliminar una gama más amplia de contaminantes, incluyendo virus y productos químicos.
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Agua purificada vs. agua filtrada: ¿Cuál es la diferencia real?

El acceso al agua potable es fundamental para la salud, y en un mundo donde la contaminación es una preocupación creciente, la comprensión de las diferencias entre el agua purificada y el agua filtrada resulta crucial. Aunque ambos términos se utilizan para describir agua tratada, el proceso y el resultado final presentan diferencias significativas. No se trata simplemente de un nombre elegante para un mismo producto; la diferencia radica en la exhaustividad del proceso de limpieza.

El agua filtrada, como su nombre indica, pasa a través de un filtro. Este filtro, que puede ser de carbón activado, cerámica, o de otros materiales, actúa como una barrera física, atrapando sedimentos, partículas sólidas y, en algunos casos, ciertas sustancias químicas. El proceso de filtración es generalmente un solo paso, que se centra en la eliminación de impurezas visibles y partículas de mayor tamaño. Piensa en un colador que separa los sólidos del líquido; la acción es similar, aunque a una escala mucho más fina. La eficacia de la filtración depende enteramente del tipo de filtro utilizado y de la calidad del mismo. Agua filtrada puede aún contener microorganismos, químicos disueltos o compuestos orgánicos volátiles que no son atrapados por el filtro.

El agua purificada, por otro lado, somete el agua a un proceso mucho más complejo y multi-etapa. No se limita a un solo método de filtración; en cambio, combina varias técnicas para eliminar una gama mucho más amplia de contaminantes. Estas técnicas pueden incluir:

  • Filtración: Similar al agua filtrada, pero a menudo se utilizan varios filtros en serie, con diferentes grados de porosidad, para una mayor eficiencia.
  • Ósmosis inversa: Un proceso que fuerza el agua a través de una membrana semipermeable, eliminando la mayoría de las impurezas, incluyendo sales minerales, metales pesados y muchos contaminantes orgánicos.
  • Desinfección: Métodos como la irradiación ultravioleta (UV) o la adición de cloro o ozono para eliminar bacterias, virus y otros microorganismos.
  • Desionización: Un proceso que elimina los iones minerales del agua, resultando en agua con una conductividad eléctrica muy baja.

En resumen, la purificación va más allá de la simple filtración. Mientras que la filtración es un método más básico y económico que mejora la calidad del agua, la purificación es un proceso más sofisticado y exhaustivo que garantiza una mayor pureza, eliminando una gama mucho más amplia de contaminantes, incluyendo virus y ciertos productos químicos que podrían ser perjudiciales para la salud. La elección entre agua filtrada y purificada dependerá de las necesidades individuales y del nivel de pureza deseado. Si se busca una simple mejora en la apariencia y sabor del agua, la filtración podría ser suficiente. Sin embargo, para asegurar la eliminación de la mayor cantidad posible de contaminantes y garantizar una máxima seguridad para el consumo, el agua purificada es la opción más recomendable.