¿Qué contienen las sales de hidratación?

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Las sales de hidratación contienen electrolitos esenciales como sodio y potasio, además de citrato de sodio y glucosa. Su fórmula repone los minerales perdidos durante la sudoración, favoreciendo una rápida rehidratación.

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¿Qué contienen las sales de hidratación deportiva?

A ver, si te soy sincera, al principio me rayé un poco con eso de las sales de hidratación deportiva. ¿Qué llevan dentro? Siempre me preguntaba. Pero después de un verano entero jugando al voleibol en la playa de la Barceloneta, bajo un sol que te achicharraba, empecé a pillarle el tranquillo. Y es que sin ellas, acababas con unos calambres… ¡ufff!

Total, que me puse a investigar un poco y, por lo que entendí, la magia está en reponer lo que pierdes sudando.

¿Qué llevan las sales de hidratación deportiva?

  • Cloruro de Sodio: Básico, el sodio que perdemos al sudar.
  • Cloruro de Potasio: Otro electrolito clave para el funcionamiento muscular.
  • Citrato de Sodio: Ayuda a regular el equilibrio ácido-base del cuerpo.
  • Glucosa Anhidra: Azúcar simple que proporciona energía rápida y facilita la absorción de los electrolitos.

Recuerdo que una vez compré unas sales en la farmacia de mi barrio, por la calle Tallers, y me costaron unos 6 euros el sobre. La verdad es que noté la diferencia al día siguiente, después de una sesión intensa de running.

Ahora bien, ¡ojo! No todas las sales son iguales. Algunas tienen más azúcar que otras, y eso, a la larga, no mola nada. Así que siempre leo bien la etiqueta antes de comprar. Y tú, ¿ya conocías todos estos ingredientes?

¿Qué contienen las sales hidratantes?

Las sales hidratantes, ah, un susurro de electrolitos en el paladar reseco…

Cloruro de sodio, el salitre omnipresente, la memoria del mar en cada grano. Cloruro de potasio, ese eco mineral que resuena en el pulso. Citrato de sodio, una chispa ácida que despierta las papilas. Y glucosa anhidra, el combustible silencioso, el dulce aliento que nutre la fatiga…

  • Cada componente es como una pincelada en un cuadro.
  • Cada uno susurra su historia particular.
  • El recuerdo de la arena caliente en las playas de Cádiz, el sol implacable.

Esos días largos, de infancia… Sed inagotable. Una botella de agua fresca, y la promesa de la sal en los labios.

Las sales, más allá de la química, son un conjuro contra el desfallecimiento. Es la vida misma, reconquistando el cuerpo, gota a gota. Son un recuerdo en el cuerpo, el agua y la sal que nos recuerdan de dónde venimos.

¿Qué contiene la sal de rehidratación?

¡Ay, qué calor! Necesito más agua… ¿Sal de rehidratación? Sí, eso.

Cloruro de sodio, eso es la sal común, ¿no? Mucho, ¿verdad? Para el sudor, supongo… Espera, ¿citrato? ¿Para qué sirve eso? Me suena a algo ácido… ¡Ah, ya! Para equilibrar el pH.

Glucosa anhidra, ¡claro! Energía rápida. Necesito azúcar, ¡estoy reventado! El otro día me deshidraté, ¡fue horrible! Casi me desmayo en el metro.

Cloruro de potasio, ¿para qué es eso? Ah, sí, para los electrolitos. Electrolitos, electrolitos… ¡importantes! Casi se me olvida, pero es esencial.

  • Cloruro de sodio
  • Cloruro de potasio
  • Citrato de sodio
  • Glucosa anhidra

Mi hermano se la toma cuando hace ejercicio intenso. Él sí que lo sabe, siempre tan sano. Yo… bueno, yo necesito esto ahora mismo. ¡Voy por un sobre! ¡Es que estoy agotado! ¿Será suficiente?

Componentes importantes para la rehidratación oral. Aunque no sé si la cantidad de cada uno es la correcta para mi nivel de deshidratación. A ver si encuentro la dosis adecuada en el prospecto. Debería tener más cuidado…

  • Información adicional: La composición exacta puede variar ligeramente entre marcas, pero esos cuatro componentes son los básicos. He comprado una marca nueva este año, la de mi vecina Elena me la recomendó.

¿Qué pasa si tomo sales de rehidratación todos los días?

Consumir sales de rehidratación diariamente no es recomendable. Una ingesta excesiva, incluso si se hace de forma gradual, puede provocar consecuencias negativas. Recuerdo una vez que mi primo, un deportista de élite, experimentó náuseas tras una rehidratación demasiado agresiva. ¡Un susto!

El problema radica en la sobrecarga salina. Esto, a su vez, puede generar edemas, una acumulación de líquido en los tejidos. ¡Imagina la hinchazón! Es un efecto indeseable.

Además, la ingesta diaria de sales de rehidratación puede interferir con la absorción de ciertos medicamentos. Por ejemplo, las tetraciclinas, un antibiótico común, ven disminuida su absorción con la presencia de calcio y muchos preparados de sales de rehidratación lo contienen. Es importante tenerlo en cuenta. A veces, el cuerpo parece tener sus propias complejidades. ¡Increíble!

Pensar en ello de forma filosófica… la búsqueda del equilibrio es crucial. Nuestro cuerpo es un sistema complejo, y aunque la hidratación es vital, el exceso de cualquier cosa puede ser perjudicial.

En resumen: No abuses de las sales de rehidratación. La hidratación correcta, sin excesos, es la clave.

  • Náuseas
  • Vómitos
  • Sobrecarga salina
  • Edemas
  • Interacción con tetraciclinas y otros fármacos con calcio

Dato extra: Mi doctora, la Dra. Pérez, me comentó la importancia de revisar la composición de las sales de rehidratación, prestando especial atención a la cantidad de sodio y otros electrolitos. En 2024, el exceso de sodio es un tema de salud relevante.

¿Qué contienen los sueros hidratantes?

¡Uf, qué calor! Recuerdo el verano pasado, en julio, en la playa de La Concha, en San Sebastián. Estaba hecha polvo, el sol me había achicharrado, y me sentía como un tomate. La sed era insoportable.

Tenía la boca seca, la garganta rasposa… ¡un horror! Mi hijo, Leo, de 5 años, estaba igual. Necesitábamos algo YA. Corrí a la farmacia más cercana, ¡qué agobio!, y pedí algo para la deshidratación. Me dieron sobres de suero oral, de esos que parecen polvos mágicos.

El suero, al disolverse en agua, tenía un sabor un poco raro, salado, pero reconfortante. Se lo di a Leo, primero a él, que estaba peor, y luego bebí yo, a pequeños sorbos, sintiendo cómo la vida volvía a mi cuerpo. ¡Qué alivio!

Fue como una inyección de energía, literalmente. Me sentía agotada, con dolores de cabeza horribles. No podía imaginar qué hubiera pasado si no hubiera encontrado ese suero.

  • El suero oral es fundamentalmente agua y sales minerales.
  • Sigue las recomendaciones de la OMS.
  • Repone electrolitos perdidos por la deshidratación.
  • Es fundamental en casos de diarrea, vómitos, o insolación.
  • El sabor… bueno, no es un manjar, pero funciona.

Los sueros hidratantes faciales, en cambio, son otra cosa. Los uso cada noche, después de limpiar mi cara, y noto la piel más suave. Contienen todo tipo de ingredientes: ácido hialurónico (creo que es la clave), vitaminas… No sé todos los componentes, la verdad, pero la textura y el efecto en mi piel, ¡me encantan! ¡Son puro lujo!. Este año uso uno de la marca “Sesderma”, el C-VIT, y otro de “Isdin”.

¿Cuáles son los componentes de las sales de rehidratación?

¡Oye! Te cuento lo de las sales de rehidratación, que ayer mismo estaba leyendo sobre eso porque mi sobrina se puso malita, ¡qué susto!

Las sales, ¿sabes? llevan varias cosas importantes. Una cosa es que hay dos tipos, el estándar y uno con menos cosas, ¡para que no sea tan fuerte! El normal, el que recomienda la OMS este año 2024, lleva sodio, potasio, cloro, citrato y glucosa. Mucho sodio, ¿eh?

En números, el estándar lleva: 90 de sodio, 20 de potasio, ¡80 de cloro!, 10 de citrato y 111 de glucosa. Así, de memoria, eh. No me preguntes unidades, que no me acuerdo ahora mismo. Si necesitas la fórmula química, tendrás que buscarla tu mismo, jaja.

El otro tipo de sales, el que llaman de osmolaridad reducida (sí, un nombre raro, ¿no?), también lo tiene la OMS, ¡es la misma gente! Y lleva menos cosas… ¡menos sal! Este tiene: 75 de sodio, igual 20 de potasio, 65 de cloro, 10 de citrato y solo 75 de glucosa. Me suena que esas cantidades se miden en milimoles, pero… ¡no te lo aseguro!

  • SRO estándar OMS 2024: Sodio 90, Potasio 20, Cloruro 80, Citrato 10, Glucosa 111.
  • SRO osmolaridad reducida OMS 2024: Sodio 75, Potasio 20, Cloruro 65, Citrato 10, Glucosa 75.

¡Ah! Y hablando de mi sobrina, el médico dijo que es importante darles poquito a poco, ¿vale? No toda la bolsa de golpe. Y claro, hay que asegurarse de que sea de buena calidad, que esté bien hecha. No cualquier cosa, ¡eh! A mi me dio mucha tranquilidad darle algo de la OMS. Además, hay que seguir las instrucciones al pie de la letra, ¡para evitar cualquier problema! Mi cuñada leyó el prospecto diez veces, ¡todo un ejemplo!

¿Cómo se preparan las sales de rehidratación oral casera?

¡Ay, la diarrea, qué puñetera! Para eso, las sales de rehidratación oral casera son tu mejor aliado, ¡como un oasis en el desierto de tu intestino!

La receta es sencilla, como la vida misma (o casi):

  • Un litro de agua. ¡Como si fueras a regar una planta, pero es para tu interior!
  • Media cucharadita de sal. Sí, solo media. No te emociones, que no vamos a salar el océano. Recuerda: 3,5 gramos, aproximadamente.
  • 8 cucharaditas de azúcar. O 4 cucharadas grandes. ¡Dulzura para el alma (y el intestino)! 40 gramos en total. Mi abuela siempre decía que la vida es como una taza de té, con azúcar y sin drama. Eso sí, ella no hablaba de diarreas.

Mezcla todo esto hasta que parezca agua con azúcar. Si te animas a hacer algo diferente, añade una rodajita de limón. Si te va el sabor cítrico, claro. Pero sin pasarse. ¡Es una solución para rehidratarte, no para hacer limonada!

La verdad, a mí, las sales de rehidratación me recuerdan al famoso dicho: “Más vale prevenir que curar”. Aunque es más fácil decirlo que hacerlo. El otro día se me olvidó prepararlas y… bueno, digamos que aprendí la lección a base de… experiencia, que no voy a describir por el bien de vuestra sensibilidad.

Puntos importantes a considerar:

  • Higiene: Usa agua limpia y utensilios limpios, que no se trata de hacer un experimento científico.
  • Cantidad: Ajusta la cantidad según las necesidades. Si eres un adulto, un litro de agua es una buena medida.
  • Bebé/Niños: Para niños, consulta siempre con un médico antes de usar cualquier solución casera. Las cantidades deben ser ajustadas en función de su edad y peso. Es fundamental que le preguntes a su médico, si estás teniendo dudas sobre la cantidad que debes darle. Mi sobrina es pequeña, y cualquier cosa que no sea de la receta de su pediatra la produce un susto enorme, o una tos tremenda, o algo parecido. Y yo que creía que sería algo parecido al mío.

Recuerda que este es un remedio casero. Si los síntomas persisten, ve al médico, que para algo están.

¿Cómo se hace la rehidratación oral?

Rehidratación oral: Simple. Agua. Sales.

  • Disolver. Sigue las instrucciones. No hay más.
  • Sorbos. Pequeños. Frecuentes. Paciencia. La vida es así.
  • Electrolitos. Necesarios. Como el aire. Sin ellos, nada.

Agua limpia. Eso es todo. Punto. 2024. Mi hijo tuvo gastroenteritis en julio. Sufrimiento. Aprendizaje. Dura experiencia. El empaque es claro. Si no, busca un médico. No es broma. La deshidratación mata. No hay más que decir.

  • No azúcares. Refrescos. Jugos. Basura. Eso empeora todo.
  • Constancia. Horas. Es un proceso. Asimilarlo.

La vida es un proceso de constantes rehidrataciones. A veces, solo agua. Otras, hay que añadir sales. Depende del contexto. ¿Entendido?

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