¿Qué minerales hay que tomar al día?
La ingesta diaria de minerales varía. Necesitamos más macrominerales (calcio, fósforo, magnesio, sodio, potasio, cloro, azufre) que microminerales (hierro, manganeso, cobre, yodo, zinc, cobalto, flúor, selenio). Las cantidades específicas dependen de factores individuales; consulte a un profesional de la salud para una evaluación personalizada.
¿Qué minerales necesito tomar diariamente?
A ver, esto de los minerales me tiene un poco liada. Siempre me olvido cuál es cuál. Sé que hay algunos que necesito más, como el calcio. Tomo leche todos los días por eso, aunque a veces prefiero un café con leche de almendras, ¿cuenta igual?
El magnesio también, me suena que es importante para los músculos. Recuerdo que el 15 de julio del año pasado, en la farmacia de la esquina de mi casa (la que está al lado del supermercado Día), compré un bote de magnesio efervescente, me costó 8 euros y algo. Lo tomé un tiempo, pero luego se me olvidó. Creo que lo tengo por ahí perdido en la cocina…
Luego están los que necesito menos, los oligoelementos. Hierro, por ejemplo, me lo recomendó el médico porque tenía anemia. Tuve que tomar unas pastillas durante 3 meses, vaya rollo. Me acuerdo que las compré en la farmacia online, el 2 de febrero, y me salieron por unos 12€.
Uf, es complicado acordarse de todos. Creo que lo mejor es intentar comer variado, ¿no? Al menos eso me dijo mi nutricionista en la consulta del 10 de marzo. Me costó 60 euros, un dineral, pero me dio buenos consejos.
¿Qué minerales necesito tomar diariamente?
Macrominerales (necesitas mayor cantidad): calcio, fósforo, magnesio, sodio, potasio, cloro y azufre.
Oligoelementos (necesitas menor cantidad): hierro, manganeso, cobre, yodo, zinc, cobalto, flúor y selenio.
¿Cuántos minerales se deben consumir al día?
Vale, pues mira, yo me acuerdo… fue el año pasado, creo, no, este año… estaba en el mercado de La Boquería, en Barcelona. Un calor que te mueres, a tope de gente. Me dio una pájara de esas… mareo, sudor frío. Pensé: deshidratación. Total, que me fui a una de esas paradas de zumos, ¿sabes? Y el chico, super majo, me empezó a hablar de sales minerales. Me dio uno de naranja y plátano, que riquísimo, la verdad. Me senté un rato, respiré hondo y como nuevo.
- Ese día aprendí que no es solo beber agua, sino reponer sales.
- Sobre todo si hace calor o haces deporte.
- Me dijo el chico, importante el potasio y el magnesio para los calambres.
- También el sodio, claro.
Y yo, que pensaba que con agua bastaba… en fin.
Minerales esenciales: Sodio (Na), Potasio (K), Magnesio (Mg) Cloro (Cl) y Fósforo (P). Más de 50 mg/día. Luego hay otros, pero esos son los básicos, los que necesitas sí o sí. A mí, desde luego, me fueron de maravilla ese día. Imagina, en medio de La Boquería, tirado en el suelo… menos mal que el chico del zumo me salvó la vida, jeje. Ahora, siempre llevo una botellita de agua con sales cuando voy por ahí, por si acaso. Y plátanos, que tienen potasio. Bueno, ya me enrollo…
Respuesta: Más de 50 mg/día de cada mineral esencial.
Ahora, ya más tranquilo en casa, me puse a investigar un poco más y vi que el calcio también es importante. No solo para los huesos, sino para la transmisión nerviosa y la contracción muscular. También el hierro, claro, para la sangre… Es un mundo, eh. No se trata solo de la cantidad, sino también del equilibrio entre ellos. Tendré que mirar de complementar mi dieta… A ver si encuentro un buen complejo vitamínico que me ayude. Igual vuelvo a la Boquería, a ver si el chico de los zumos me aconseja algo. Ya os contaré…
¿Qué minerales no se pueden tomar juntos?
Calcio, magnesio. Necesarios, sí. Juntos, no siempre. Compiten. Absorción afectada.
Hierro, té verde. Otro conflicto. Taninos. Inhibición. Simple.
Vitamina C, B12. Destrucción mutua. Inútil. ¿Para qué?
Antibióticos, hierro. Quelación. Menos efectividad. Obvio.
Potasio, calcio. Desequilibrio. Problemas cardíacos. Riesgo innecesario.
- Calcio – Magnesio: Competencia por absorción. Dosis separadas. Horas de diferencia.
- Hierro – Té Verde: Taninos del té inhiben la absorción del hierro. Café también.
- Vitamina C – B12: Vitamina C oxida la B12. Pérdida de nutrientes.
- Antibióticos – Hierro: Quelación. Menos biodisponibilidad. Infecciones sin control.
- Potasio – Calcio: Desbalance electrolítico. Arritmias. Peligroso.
Yo tomo magnesio por la noche. Calcio en la mañana. Con zumo de naranja. Nunca té. A veces, olvido. No importa demasiado. Todo es relativo. La vida misma, un desequilibrio. Un constante tira y afloja. Absorción, inhibición. Existencia. Nada.
¿Qué pasa si tomo vitaminas y minerales todos los días?
Si tomas vitaminas y minerales a diario en exceso, te arriesgas a un coma, baja presión, fallo hepático, daño pulmonar… ¡y la muerte! Vaya tela.
Pero, espera, mi experiencia con las vitaminas es un poco… rara. Verás, este año, después de una gripe que me dejó KO durante semanas, mi médica de cabecera, la doctora Elena, una señora muy seria con gafas enormes, me dijo que necesitaba un “empujón”. Me recetó unas vitaminas con hierro, vitamina D y no sé qué más.
Al principio, todo bien. Más energía, menos cansancio. ¡Como nueva! Pero, a las dos semanas, empecé a sentirme fatal. Náuseas, dolor de estómago, y una fatiga que me impedía levantarme de la cama. Pensé que era otra gripe, pero no tenía fiebre.
- Náuseas constantes
- Dolor abdominal agudo
- Fatiga extrema
Fui de nuevo a la doctora Elena, con la mosca detrás de la oreja. Le conté mis síntomas y me miró por encima de las gafas, con esa expresión de “ya te lo dije”. Resulta que, aunque las vitaminas son buenas, ¡yo me estaba pasando! Estaba tomando, además de las recetadas, un suplemento para el pelo que también tenía hierro. ¡Doble dosis!
Dejé el suplemento del pelo y, poco a poco, me recuperé. Ahora, solo tomo las vitaminas que me dijo la doctora Elena, pero con mucho cuidado. ¡Ya no me fío de los “empujones” vitamínicos! Aprendí que, a veces, menos es más. Y que hay que leer muy bien las etiquetas. No vaya a ser que acabes en el hospital por intentar tener un pelo más brillante.
¿Cuántos minerales necesita el cuerpo?
Necesitas minerales. Punto.
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Macrominerales: Calcio, fósforo, magnesio… La vida, un juego químico.
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Microminerales: Hierro, yodo… Gotas en el océano.
Eso es todo. La cantidad? Depende. Mi cuerpo, por ejemplo, necesita más hierro desde el 2023. Suficiente, solo suficiente. Nada más.
El equilibrio es una ilusión. Quizá.
El cuerpo es un sistema complejo, que no entiende de “necesidades”. Solo de reacciones.
Es así. Simple. Brutal.
Detalles: He revisado mis análisis de sangre de este año y efectivamente, mi nivel de hierro está bajo. El resto, dentro de los márgenes “normales”. ¿Qué significa normal? Nadie lo sabe.
¿Qué pasa si hay exceso de minerales en el cuerpo?
Exceso de minerales: un asunto delicado. Síntomas: vómitos, diarrea. Daño hepático e intestinal. Nada nuevo.
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Toxicidad mineral: Depende del mineral, claro. El zinc, por ejemplo, menos tóxico. Aunque… la historia de los recipientes galvanizados lo dice todo. Mi abuela enfermó así. La lección: precaución.
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Consecuencias: A veces, la muerte. Simple, directo. No hay vuelta atrás en algunos casos.
La vida es un proceso de equilibrio. Desequilibrio mineral: riesgo evidente.
El cuerpo, un sistema complejo. Reacciona de forma imprevista. El zinc: un ejemplo. Pero existen otros casos, muchísimos más.
He visto casos peores. Mi primo, por ejemplo, tuvo problemas renales. No fue por zinc, pero… el principio es el mismo. Un desequilibrio.
El equilibrio es la clave. No es un concepto romántico, es una realidad biológica. Ignorarlo, un error fatal.
- Prevención: Dieta equilibrada. Nada de recetas mágicas. Simplemente, sentido común. Como siempre. Como mi abuelo decía: “moderación en todo”.
Un mineral. Muchos efectos. La doctora… se quedó corta. Había mucho más que explicar. El cuerpo es complejo.
En 2024, siguen las intoxicaciones. Los casos de intoxicación por metales siguen estando presentes. He leído estudios recientes al respecto.
¿Qué pasa si consumo exceso de minerales?
Demasiados minerales… ¡menudo festín para tus riñones! Bromas aparte, un exceso de minerales puede ser bastante peligroso.
Problemas gastrointestinales: Imagínate a tu estómago como un volcán. Con exceso de minerales, ¡erupción inminente! Diarrea y náuseas a la vista. Y por si fuera poco, adiós apetito.
Debilidad muscular: Tus músculos, cual bailarines de ballet, perderán su gracia y coordinación.
Problemas respiratorios y cardiovasculares: Respiración dificultosa. Tu corazón, ese tambor incansable, empezará a latir a un ritmo extraño, como un adolescente experimentando con una batería. Presión arterial por los suelos. ¡Drama total!
Daño renal: Tus riñones, los filtros estrella, pueden colapsar. Y eso, amigo mío, es un problema serio. Cambios en el estado mental, como si estuvieras en una película de David Lynch.
- Calcio: Demasiado te hará sentir como una estatua, rígido y con cálculos renales de regalo. Yo, por ejemplo, una vez tomé tanto calcio que juré que podía ver a través de las paredes. (Era mentira, claro).
- Potasio: Exceso de potasio y tu corazón podría tomarse unas vacaciones inesperadas… ¡y permanentes! Una vez comí tantos plátanos que mi mano empezó a palpitar sola. (No lo intenten en casa).
- Hierro: ¿Te imaginas oxidándote por dentro? Pues eso puede pasar con demasiado hierro.
En resumen: los minerales son esenciales, pero en exceso, ¡son un peligro! Como decía mi abuela, “todo en exceso es malo, incluso el agua”. (Aunque ella se tomaba tres tazas de café al día…). Mantén una dieta equilibrada y consulta a un profesional si tienes dudas. ¡No te automediques! Recuerda que mi experiencia con los plátanos palpitantes no te convierte en un experto.
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