¿Quién no puede comer queso fresco?
El queso fresco no pasteurizado puede contener Listeria, bacteria causante de la listeriosis. Esta enfermedad es especialmente peligrosa para embarazadas, pudiendo provocar abortos espontáneos, partos prematuros o muerte fetal, así como graves complicaciones en recién nacidos.
El Queso Fresco: Un Placer con Precauciones
El queso fresco, con su textura suave y sabor delicado, es un ingrediente versátil y apreciado en numerosas recetas de todo el mundo. Sin embargo, su consumo no está exento de precauciones, especialmente para ciertos grupos de población. Aunque generalmente es un alimento nutritivo y rico en calcio, la presencia potencial de bacterias como la Listeria monocytogenes lo convierte en un alimento que debe consumirse con responsabilidad.
El principal riesgo asociado al consumo de queso fresco radica en la posibilidad de contaminación por Listeria. Esta bacteria, presente en el medio ambiente y en algunos animales, puede sobrevivir y multiplicarse incluso en condiciones de refrigeración. Mientras que el proceso de pasteurización elimina eficazmente la Listeria, muchos quesos frescos se elaboran con leche sin pasteurizar, incrementando significativamente el riesgo de infección.
¿Quiénes deben evitar el queso fresco sin pasteurizar?
La listeriosis, la enfermedad causada por la Listeria monocytogenes, puede manifestarse de forma leve en individuos sanos, con síntomas similares a la gripe. Sin embargo, para ciertos grupos de personas, la infección puede tener consecuencias graves, incluso mortales. Por ello, se recomienda encarecidamente evitar el consumo de queso fresco no pasteurizado a:
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Mujeres embarazadas: La listeriosis supone un riesgo especialmente alto durante el embarazo. La bacteria puede cruzar la placenta, infectando al feto y provocando abortos espontáneos, partos prematuros, muerte fetal, o graves complicaciones en el recién nacido, incluyendo meningitis neonatal.
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Personas con sistemas inmunitarios debilitados: Individuos con VIH/SIDA, cáncer, diabetes, o que estén recibiendo quimioterapia u otros tratamientos inmunosupresores, tienen un sistema inmune comprometido que los hace más vulnerables a las infecciones por Listeria.
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Bebés: Los recién nacidos, especialmente los prematuros, tienen un sistema inmune inmaduro y son altamente susceptibles a las infecciones graves por Listeria.
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Personas mayores: Las personas mayores también presentan un sistema inmunitario más débil, lo que aumenta su riesgo de sufrir complicaciones graves por listeriosis.
¿Cómo reducir el riesgo?
Si se consume queso fresco, es fundamental priorizar los productos elaborados con leche pasteurizada. La etiqueta del producto debe indicar claramente si la leche utilizada es pasteurizada o no. En caso de duda, es mejor evitar su consumo. Además, es importante mantener una correcta higiene alimentaria, lavando bien las manos antes de manipular el queso y asegurando su correcta refrigeración.
En conclusión, el queso fresco puede ser un alimento delicioso y saludable, pero su consumo requiere precaución, especialmente para las poblaciones vulnerables mencionadas. Optar por quesos frescos elaborados con leche pasteurizada o evitar su consumo por completo en los casos de riesgo alto son medidas clave para prevenir la listeriosis y asegurar la salud. Ante cualquier duda, consultar con un médico o un profesional de la salud es siempre recomendable.
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