¿Cuántas veces hay que echar sal a la piscina?
¡Ay, qué alivio la cloración salina! Recuerdo la pesadilla de echar cloro semana tras semana... ¡Un lío! Con la sal, ¡zas!, una vez al principio y olvidarse. Claro, hay que vigilar los niveles, pero es tan sencillo que me quito un peso de encima. Es una inversión inicial, sí, pero la tranquilidad y el tiempo que me ahorro… ¡incalculable! Me encanta esa sensación de piscina limpia y cristalina sin tanto trabajo.
A ver, ¿cuántas veces hay que echar sal a la piscina? Ay, amigo, qué pregunta más buena. Verás, yo me acuerdo cuando tenía que andar con el cloro, madre mía, qué suplicio. Semana tras semana, venga a medir, a echar, a oler a lejía… ¡Un rollo patatero! Era como tener un trabajo extra, ¿sabes?
Ahora, con la cloración salina… ¡ah! ¡Qué cambio! Es como… no sé, como pasar de lavar a mano a tener lavavajillas. Al principio echas la sal, la cantidad que te dice el manual, claro, y luego… bueno, luego te olvidas, relativamente.
A ver, no es que te olvides del todo, ¿eh? Hay que vigilar los niveles, eso sí. Pero es tan fácil, tan intuitivo, que te quitas un peso de encima. Yo creo que lo hago cada dos o tres semanas, una miradita rápida con el medidor, un poco de sal si hace falta… ¡y listo!
Es verdad que la inversión inicial es un poco más alta, no te voy a engañar. Pero, ¿sabes qué? La tranquilidad que te da, el tiempo que te ahorras… para mí no tiene precio. Además, el agua se siente diferente, mucho más suave.
Recuerdo cuando mis sobrinos vinieron a casa el verano pasado, y me decían: “¡Tío, qué bien huele tu piscina!” Y yo pensando: “¡Ja! No es que huela, es que casi no huele a nada, ¡es pura sal!”
No sé, para mí, la cloración salina ha sido un antes y un después. Me encanta llegar a casa, ver esa piscina limpia, cristalina… y saber que no me va a tocar pasarme la tarde luchando con botes de cloro. ¿No te parece genial?
#Mantenimiento#Piscina Sal#Sal PiscinaComentar la respuesta:
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