¿Cómo fue asesinado Muzan?

La Muerte de Muzan: El Fin del Rey Demonio

El reinado de terror de Muzan Kibutsuji, el Rey Demonio que había sumido al mundo en la oscuridad durante siglos, llegó a su fin de una manera espectacular y definitiva.

La Cataclísmica Décima Tercera Postura

El golpe mortal que asestó Muzan vino de la hoja de Yoriichi Tsugikuni, el único usuario conocido de la Décima Tercera Postura de la Respiración del Sol. Esta técnica, perdida en el tiempo, poseía un poder inigualable, capaz de destruir incluso al más poderoso de los demonios.

Cuando Yoriichi desató la Décima Tercera Postura, una oleada de energía abrumadora atravesó el cuerpo de Muzan. Sus órganos vitales fueron destrozados, su corazón atravesado y sus pulmones perforados. El dolor y el daño fueron insoportables, dejando a Muzan gravemente herido y al borde de la muerte.

Agonía y Desesperación

A pesar de sus heridas mortales, Muzan se aferró a la vida con una tenacidad desesperada. Intentó regenerar sus órganos dañados, pero la energía vital que había robado a innumerables víctimas a lo largo de los siglos se estaba agotando rápidamente.

Con cada aliento que tomaba, Muzan sentía que su cuerpo se hacía más pesado. Sus extremidades se entumecían y su visión se nublaba. El fin estaba cerca, pero se negaba a aceptar su derrota.

El Amanecer de una Nueva Era

Mientras la agonía de Muzan alcanzaba su punto máximo, el sol comenzó a salir en el horizonte. Los rayos del alba iluminaron la escena, simbolizando el fin de la oscuridad y el comienzo de una nueva era.

Con un último aliento entrecortado, Muzan Kibutsuji, el Rey Demonio, pereció. Su cuerpo se desintegró en polvo, llevado por el viento como si fuera un recuerdo olvidado.

El Legado de Yoriichi

La muerte de Muzan marcó el triunfo de Yoriichi y la Respiración del Sol. Su Décima Tercera Postura había demostrado ser la única fuerza capaz de destruir al Rey Demonio y liberar al mundo de su tiranía.

El legado de Yoriichi viviría para siempre en las leyendas de los Cazadores de Demonios. Su espíritu inquebrantable y su poderosa técnica se convirtieron en un faro de esperanza e inspiración para las generaciones venideras.

Y así, la era del Rey Demonio llegó a su fin, y con ella, la oscuridad que había envuelto al mundo durante tanto tiempo. El amanecer de una nueva era había comenzado, una era de esperanza y posibilidad.