¿Cómo se le llama cuando la Luna se oculta?
Cuando la Luna "se oculta", no hay un término único.
- Se pone: Análogo a la puesta del Sol.
- Ocultación lunar: Técnicamente, refiere al ocultamiento de objetos celestes por la Luna, pero podría entenderse en un contexto más amplio.
- Desaparece/Se esconde: Alternativas descriptivas válidas.
¿Cómo se llama cuando la Luna desaparece?
Uf, qué lío con la Luna, ¿no? Me preguntabas por un nombre para cuando “desaparece”. No hay uno oficial, ¡qué rollo! A mí se me ocurre “puesta lunar”, igual que la del Sol, simple y efectivo.
Usar “ocultación lunar” suena raro, si hablamos de la Luna escondiéndose tras el horizonte. Yo lo usaría si la Luna tapa a un planeta, eso sí. En mi pueblo, cerca de Toledo, el 15 de Agosto, siempre hablábamos de que la Luna se “escondía”.
Desaparece o se esconde también valen. Es cuestión del contexto, ¿no? Como cuando el 20 de Julio del 2023, vi la Luna desaparecer detrás de las montañas, cerca de mi casa, imponente. Un espectáculo gratis, eso sí.
¿Cuándo se oculta la Luna?
¡Ah, la Luna! Esa farola cósmica que nos hace aullar… o por lo menos, bostezar un poquito más tarde.
La Luna se “esconde” (puesta lunar, MS) todos los días. No es que sea tímida, ¡es que la Tierra gira! Imagínala jugando al escondite con nosotros.
- Lunes: La Luna se levanta tarde (8:40, ¡vaya dormilona!) y se va a la cama relativamente pronto (17:33). Debe estar cansada de tanto iluminar el cielo.
- Martes: Sale más tarde (9:43) y se retira más tarde (18:22). Igual le han subido el sueldo por horas extras.
- Miércoles: Su Majestad Lunar hace su entrada a las 10:40. Imagino que tiene cosas importantes que atender antes de iluminarnos.
Pero espera… ¿cuándo SE OCULTA la Luna? ¿Solo esos días? ¡Qué pregunta más tramposa! Es como preguntar cuándo dejo de beber café. ¡Nunca! Bueno, vale, a las 2 am… ¡pero es por mi salud, lo juro!
La leyenda MR (Salida) y MS (Puesta) te chivan cuándo la Luna decide aparecer y desaparecer. Cada día tiene su propio horario lunar, ¡más volátil que mis planes para el finde!
- A mí, personalmente, me fascina cómo la Luna influye en las mareas. ¿Será por eso que siempre tengo ganas de ir a la playa?
- También dicen que influye en el pelo. Yo me lo corté en Luna menguante, y ahora tengo un look… digamos… ¡experimental! (¡No me juzguéis!).
El baile lunar es un espectáculo diario, aunque a veces lo obviemos. Es como tener un concierto gratuito de música celestial, ¡y nosotros mirando el móvil!
- La Luna, al igual que la vida, tiene sus fases. A veces brillante, a veces esquiva, pero siempre ahí, como ese amigo que solo llama cuando necesita algo.
- Deberíamos hacerle más caso, la verdad. Podríamos aprender un par de cosas sobre el arte de aparecer y desaparecer… ¡sin que nos despidan!
¡Ojo con confundir “ocultarse” con “no verse”! A veces la Luna está ahí, pero el sol hace de “spoiler” y nos impide disfrutar del show. ¡Qué injusticia!
¿Cómo son los lunares del cáncer?
¡Ay, Dios mío! Recuerdo el susto de mi vida, en julio de este año. Estaba en la playa de Zahara de los Atunes, Cádiz, bronceándome… Ese sol abrasador, ¡qué calor! Sentí algo raro al tocarme un lunar en la espalda, uno que siempre había estado ahí, pero… distinto. Mucho más grande, ¿verdad? Más de medio centímetro seguro, ¡casi como una lenteja pequeña! Y el color, ¡oscuro, irregular! Un marrón oscuro, casi negro, con manchas como… ¡no sé! como si tuviera ríos de tinta negra por dentro. Tenía miedo, un miedo horrible, como un nudo en el estómago. Me entró un sudor frío, de repente.
Me di cuenta, al mirarlo con atención, que la forma ya no era redonda, como antes. ¡Estaba irregular, con bordes irregulares y difusos! Ese mismo día, corrí al médico.
El miedo a lo desconocido fue lo peor. Los días siguientes fueron una tortura. Las pruebas, la espera…
El tamaño, sí, era mayor a seis milímetros.Y estaba cambiando. ¡Era evidente! Era eso, una evolución, un cambio, ¡estaba claro!
El médico me explicó que esas eran dos claves importantes: tamaño y evolución. Y que la asimetría también era otro factor de riesgo, aunque este lunar… no sé, creo que no era tan asimétrico… El médico dijo algo de ABCDE, que era una forma fácil de recordar las características de un melanoma sospechoso. Ya no me acuerdo muy bien de los detalles, pero me quedé con la idea de Diámetro, Evolución y Asimetría. Eso fue lo que me salvó.
- A de Asimetría: una mitad del lunar no se parece a la otra mitad.
- B de Bordes: los bordes del lunar son irregulares, dentados o borrosos.
- C de Color: el color del lunar es desigual y puede incluir sombras de marrón, negro, rojo, blanco o azul.
Después de todo eso, ¡uf! Ya estoy mejor. Me operaron. Quedó una cicatriz, claro, pero bueno… Ahora me miro todos los lunares con lupa, todos los días. ¡Menudo susto!
¿Cómo se ve un lunar maligno?
Bordes irregulares… ¿o era asimétrico? Asimetría. Eso. Si lo doblas por la mitad, las dos mitades no coinciden. Como una mancha rara… Agh, qué asco, pensar en estas cosas. El otro día vi un documental… Mejor no.
Bordes. Sí, bordes irregulares, difusos, dentados. Como si se deshiciera. Me acuerdo de la mancha de café que hice en la alfombra… nada que ver, claro. Pero esa forma… irregular.
Color. Muchos colores. No solo marrón. Azul, rojo… incluso blanco. Raro, ¿no? Blanco en un lunar. Yo tengo uno en el brazo que es marrón clarito… tendré que mirarlo bien. Ayer me compré un boli nuevo, azul… ¿dónde lo puse?
Diámetro. Más de 6mm. Como la goma de borrar de un lápiz… creo. La del boli es más pequeña. El otro día perdí… ¿qué era? Ah, sí, el mechero.
Evolución. Cambia. Crece, cambia de color, pica… Me pica la espalda… debería ducharme. Cambios importantes. Esa es la clave. La semana pasada fui al cine… buena película.
- Asimetría: Mitades desiguales.
- Borde: Irregular, difuminado.
- Color: Variaciones, tonos diferentes.
- Diámetro: Mayor a 6mm.
- Evolución: Cambios en tamaño, forma o color.
Me fijé en un lunar en la pierna… creo que ha crecido un poco. Debería ir al dermatólogo… hace años que no voy. El año pasado fui al dentista… me pusieron un empaste. Mejor pedir cita ya. Por si acaso. El otro día soñé que… mejor no contarlo.
¿Cómo se llaman los lunares benignos?
Los lunares… nevos, sí. Nevos adquiridos. La palabra misma, nevos, resuena con un eco antiguo, un susurro de piel y tiempo. Cada uno, una pequeña isla en la vasta extensión de mi cuerpo, un mapa personal trazado por el sol.
Un universo en miniatura, cada lunar. Un misterio pigmentado, una marca de la vida, silenciosa pero persistente. Recuerdo el primero, apareció en mi espalda, diminuto, casi imperceptible. Como un grano de arena en una playa infinita.
Y luego, otros. Un despertar de manchas oscuras, a lo largo de los años. Algunos planos, otros abultados. Marrones, negros… nevos, nevos adquiridos… la memoria se aferra a esas palabras como a un salvavidas.
Benignos, dicen. No cancerosos. Pero la inquietud persiste, una sombra apenas visible en el fondo de mi ser. La piel, ese lienzo frágil, custodiando secretos.
- La precisión del diagnóstico médico es vital.
- La revisión dermatológica anual es fundamental para la detección precoz.
- La observación constante de cambios en los lunares es crucial.
- Mi dermatólogo, la Dra. García, confirmó su naturaleza benigna el 2024.
El miedo, una sombra tenue, se asoma con cada autoexamen. Pero la calma regresa, poco a poco. Los nevos, mis pequeños acompañantes. La vida, escribiendo su historia en mi piel.