¿Cuál es el día más importante de las fallas de Valencia?

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La noche del 15 al 16 de marzo es crucial en las Fallas de Valencia. Los artistas finalizan las fallas, que deben estar listas el día 16. Un jurado premia a las mejores y elige el ninot indultat, que se salva de la quema.

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La Noche Mágica del 15 al 16 de Marzo: El Corazón Latiente de las Fallas de Valencia

Más allá de la pirotecnia, la música y el bullicio festivo que impregnan Valencia durante las Fallas, existe un momento de profunda expectación y nerviosismo creativo que marca el ritmo de la fiesta: la noche del 15 al 16 de marzo. Si bien cada día de las Fallas tiene su propio encanto y significado, esta noche en particular se alza como un pilar fundamental, una bisagra que conecta meses de arduo trabajo con la explosión de color y sátira que caracteriza a esta celebración.

La realidad es que no podemos hablar de un único “día más importante” en las Fallas. La fiesta es un crisol de emociones y tradiciones que se entrelazan a lo largo de varios días. Sin embargo, la noche del 15 al 16 de marzo se distingue por la intensidad del esfuerzo concentrado y la inminente revelación del arte fallero.

Durante esta noche, los talleres se convierten en hervideros de actividad. Los artistas falleros, junto a sus equipos, trabajan contra el reloj, ajustando, pintando y rematando los monumentos falleros. La presión es palpable. La fecha límite se acerca inexorablemente, y cada detalle debe estar perfecto para la “plantà”, el acto de levantar la falla por completo, antes del amanecer del día 16.

Imaginen la escena: la ciudad se transforma en un gran taller al aire libre, iluminada por luces titilantes y el sonido constante de martillos, sierras y pinceles. El aroma a pintura fresca y madera se mezcla con la emoción y el cansancio de los artistas, que han dedicado incontables horas a dar vida a sus creaciones.

Pero la noche del 15 al 16 de marzo no se trata únicamente de la finalización física de las fallas. Es también la antesala de la evaluación. Una vez erigidos los monumentos, un jurado experto recorre la ciudad, examinando cada detalle, desde la calidad artística hasta la sátira política y social que se desprende de cada escena.

Es en este contexto que se elige al “ninot indultat”, la figura que se libra de las llamas purificadoras de la “cremà”. Este ninot, seleccionado por su belleza, su ingenio o su representación de un tema relevante, pasa a formar parte de la colección del Museo Fallero, un reconocimiento perpetuo al talento de su creador.

En resumen, la noche del 15 al 16 de marzo es un crisol de tensión creativa, dedicación y esperanza. Es la noche en la que la magia de las Fallas se cocina a fuego lento, la noche en la que el sueño de los artistas se materializa en monumentos efímeros que pronto cautivarán al público. Si bien la Cremà y la Ofrenda son momentos culminantes de la fiesta, esta noche silenciosa y frenética es la verdadera génesis del espectáculo, el preludio necesario para la explosión de alegría y tradición que define las Fallas de Valencia. Por tanto, más que el día más importante, es quizás la noche más crucial, el latido silencioso que impulsa el corazón de la fiesta.