¿Qué desayunan los brasileños?

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Un desayuno típico brasileño incluye pan como base, acompañado de opciones como huevos revueltos, tapioca, frutas frescas o cereales. El café con leche y los jugos naturales son las bebidas predilectas para comenzar el día.

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Un vistazo a la mesa brasileña: El desayuno, un comienzo con sabor tropical

El desayuno en Brasil, aunque a simple vista pueda parecer sencillo, esconde una riqueza de sabores y una adaptabilidad que refleja la diversidad cultural del país. Si bien la imagen del futbolista tomando açaí antes de entrenar ha ganado popularidad, la realidad del desayuno brasileño cotidiano es un poco diferente, aunque igualmente vibrante.

La base fundamental de la primera comida del día es, sin duda, el pão francês, un pan crujiente y ligero, similar a un panecillo. Este se consume fresco, a menudo caliente, y sirve como lienzo para una variedad de acompañamientos.

La estrella invitada suele ser el queijo, el queso, en sus múltiples variantes. Desde el minas frescal, un queso blanco suave y cremoso, hasta el queijo prato, más firme y salado, la elección depende del gusto personal. Acompañando al queso, podemos encontrar presunto, jamón cocido, o incluso mortadela, especialmente en las regiones del sur con fuerte influencia italiana.

Los ovos mexidos, huevos revueltos, son otra opción popular, preparados de forma sencilla o con añadidos como tomate y cebolla. La tapioca, una especie de crepe fina hecha con harina de mandioca, es una alternativa sin gluten que se rellena con ingredientes dulces o salados, desde queso y coco rallado hasta Nutella y plátano.

El toque fresco y tropical lo aportan las frutas, abundantes y variadas según la región y la temporada. Mango, papaya, plátano, piña, melón, son solo algunas de las opciones que alegran la mesa brasileña. Un bol de cereal con leche también es una alternativa, especialmente para los más jóvenes.

Para beber, el café com leite, café con leche, es el rey indiscutible. Se sirve caliente y se endulza al gusto. Los sucos naturais, jugos de frutas frescas, son otra opción refrescante y saludable, con una amplia gama de sabores, desde el clásico jugo de naranja hasta combinaciones más exóticas como el de maracuyá o acerola.

Es importante destacar que este es un panorama general del desayuno brasileño, y las costumbres varían según la región, la clase social y el ritmo de vida de cada persona. En algunas zonas del norte, por ejemplo, la tapioca es la base del desayuno, mientras que en el sur, la influencia europea se hace notar con la presencia de embutidos y panes más elaborados. En las grandes ciudades, donde el ritmo de vida es más acelerado, el desayuno puede ser más rápido y sencillo, limitándose a un café con leche y un pan con queso.

En definitiva, el desayuno brasileño, en toda su diversidad, es un reflejo de la riqueza cultural y gastronómica del país, una invitación a disfrutar de un comienzo de día lleno de sabor y energía.

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