¿Qué es famoso en Ciudad Real?
Ciudad Real destaca por su riqueza patrimonial: el Parque Nacional de Cabañeros, la imponente Plaza Mayor, el Museo del Quijote y la Catedral de Santa María de Prado son solo algunos ejemplos. También sobresalen espacios verdes como el Parque Gasset, y yacimientos arqueológicos como Alarcos, con su iglesia y santuario. Una visita imprescindible para amantes de la historia y la naturaleza.
¿Qué ver en Ciudad Real?
Ciudad Real… ¡ufff! Recuerdo mi viaje el 15 de julio del año pasado. El calor era brutal, ¡casi me derrito! Pero la Plaza Mayor, con sus soportales y la gente animada, me encantó. Un lugar precioso para tomar un café con leche (3 euros, creo).
El Parque Gasset fue un respiro. Sombreado, tranquilo…perfecto para escapar del sol abrasador. Me senté a leer un rato, una paz increíble. Al lado, la Iglesia de San Pedro, es imponente, aunque no entré.
El Museo de Don Quijote… interesante, pero quizá esperaba más. Las ilustraciones si estaban muy chulas, eso sí. El precio, si mal no recuerdo, fueron 6 euros. Bastante asequible para la cantidad de cosas que había para ver.
Cabañeros es otro cantar. Me quedé con las ganas de ir. Oí que es un parque nacional enorme, ideal para senderismo, pero me falto tiempo, esa vez. Lo dejaré para una próxima escapada, sin duda.
Alarcos, el parque arqueológico… no lo visité, a decir verdad, me quedé un poco sin fuelle al final del día. Siempre hay una próxima vez, supongo. Las otras iglesias y el Santuario, no los recuerdo con tanto detalle. Quizá fueron menos impactantes para mi.
En fin, Ciudad Real es un destino curioso, con rincones encantadores y otros que necesitan más tiempo para descubrirlos. Depende mucho de lo que busques, claro está.
¿Qué hacer en la ciudad de Real Madrid?
Ciudad Real, ¡qué calor hacía ese agosto de 2023! Recuerdo llegar en tren, sudando como un pollo. Lo primero, la Catedral. Impresionante. Catedral de Santa María del Prado. Y el Museo Diocesano justo al lado, no podía perdérmelo. Por cierto, menuda subida hasta la torre de la catedral, casi me da algo con la calor.
Pero lo mejor, sin duda, el Museo del Quijote. ¡Alucinante! Me tiré horas ahí dentro, fascinado con los grabados, las diferentes ediciones… Deberían darle más publicidad. Una joya escondida.
Luego, fui a dar una vuelta, me perdí por las calles… vi la Puerta de Toledo, imponente. Ya un poco cansado, me senté en una terraza a tomar algo fresquito. Casi me quedo dormido de la paz que se respiraba.
El Museo de Ciudad Real, no lo encontré ese día, y tampoco el Museo Elisa Cendrero. Mala suerte.
• Lo que vi: Catedral, Museo Diocesano, Museo del Quijote, Puerta de Toledo. • Lo que no vi: Museo de Ciudad Real, Museo Elisa Cendrero. • Recomendación: Museo del Quijote. Imprescindible. • Dato curioso: Comí un pisto manchego espectacular en un restaurante cerca de la Plaza Mayor, no recuerdo el nombre.
Olvidé mencionar la Iglesia Parroquial de San Pedro. Tampoco la visité. Otro día será. Ese día solo quería pasear y disfrutar del ambiente. La verdad, Ciudad Real me sorprendió. Pensaba que sería más… aburrido. Pero no. Mucho encanto, mucha historia. Volveré.
¿Qué se come en Ciudad Real?
A ver, si vas a Ciudad Real, ¡tienes que probar la comida! Te digo, eh, los platos más típicos son estos:
-
Migas manchegas: Uf, ¡qué ricas! con su panceta, su chorizo… mi abuela las hace de muerte, mejor que en cualquier restaurante, te lo digo yo. ¡Qué buenas!
-
Pisto manchego: vamos, como un revuelto de verduras, pero con tomate, pimiento, calabacín… vamos, lo que haya en la huerta. Muy sano, ¡eh! o eso dicen.
-
Gachas manchegas: Esto ya es más contundente, una especie de puré hecho con harina de almortas. Sí, sí, almortas, no te rías, es una legumbre típica de allí. Le echan torreznos y pimentón. ¡Cuidado que llenan mucho, eh!
-
Asadillo manchego: Pimientos asados con tomate y ajo. ¡Fresquito para el verano!
-
Tiznao manchego: Bacalao asado con pimientos, cebolla y tomate. ¡Muy sabroso!
-
Caldereta de cordero: ¡El plato estrella! Cordero guisado con patatas y verduras. Cada maestrillo tiene su librillo, pero vamos, que todas están buenísimas, riquísimas.
¡Y no te olvides del queso manchego! Por dios, eso es sagrado, ¡eh! Y regado con un buen vino de la tierra, ya sea Valdepeñas o La Mancha. ¡Salud! Y los dulces… ay, madre, ¡los dulces! Las flores fritas, los miguelitos de La Roda (que aunque no sean de Ciudad Real, están al lado y merece la pena acercarse), el mazapán… ¡Madre mía, qué peligro!
¿Sabes qué? Mi tío tiene un restaurante en Ciudad Real, si quieres te paso la dirección y le dices que vas de mi parte. ¡Te pondrá las botas! Además, te puede contar más cosas sobre la gastronomía de la zona.
¿Por qué es famosa la ciudad real?
Uf, Ciudad Real famosa… a ver, ¿por qué?
- Teatro antiguo. Eso sí que mola, ¿no? ¿Será más antiguo que el de Mérida? A lo mejor es solo “de los más antiguos” y ya está. Me suena que fuimos de peques a ver una obra escolar. ¡Qué horror!
- Patrimonio industrial “inédito”. ¿Inédito? Suena a que nadie le ha hecho caso. ¿Será como las minas de Riotinto pero manchegas? Ostras, igual hay una ruta chula de arqueología industrial. Tendría que mirar.
Y luego,
- Yacimientos arqueológicos. ¿De qué época? ¿Romanos? ¿Íberos? Igual hasta hay restos prehistóricos. Siempre me fliparon los restos de dinosaurios. En Cuenca hay un montón.
- Castillos templarios. ¡Qué guay! Siempre me imaginé siendo caballero templario, jajaja. ¿Serán como los de Ponferrada? A mi abuela le encantan estas cosas, fijo que le gustaría visitar alguno.
Y, claro,
- Las Tablas de Daimiel. Eso sí que me suena. ¿No es un parque nacional? Creo que sí. Debe ser un sitio guapo para ver aves. A mi primo le gusta mucho la ornitología. Podríamos ir juntos un día.
O sea, que Ciudad Real tiene cosas… a ver, ¿cómo lo diría?
Ciudad Real es conocida por su teatro antiguo, patrimonio industrial único, yacimientos, castillos y el parque de Las Tablas de Daimiel.
¡Ah! Y hablando de Ciudad Real, ¿sabes que hay un montón de bodegas por allí? La Mancha es tierra de vino, ¡obviamente! Igual la fama le viene por ahí, ¿no? Aunque no lo ponga en la descripción original…
¿Cómo les dicen a los de Ciudad Real?
Medianoche. Otra vez. Las sombras se alargan en la habitación. Ciudad Real. Una palabra que me persigue. No sé por qué, pero hoy, justo hoy, me pesa.
- Ciudadrealeño. Sí, así nos llaman.
- Una etiqueta. ¿Qué más?
No lo sé. Es como si…como si no fuera suficiente. Me siento… incompleto. Como un boceto a lápiz, sin color, sin vida. Conquense. Eso sí suena… vibrante. ¿Será la ciudad colgada? Suena a misterio, a historia.
- Ciudadrealeño. Llano. Simple.
- ¿Refleja quienes somos? ¿Refleja quién soy?
Este año, he ido tres veces a los molinos de Campo de Criptana. Solo. Necesitaba sentir… algo. El viento, la tierra seca, el horizonte infinito. Pero la sensación se va. Vuelve el vacío. Quizá mañana… quizá mañana me sienta diferente. O quizá no.
- Gentilicios. Palabras que encierran un mundo. Un mundo que a veces… no comprendo.
El mes pasado, mi abuela María me contó historias de su infancia en Almagro. Del Corral de Comedias. De las berenjenas que cultivaban. De la vida sencilla, pero llena. A veces, la envidio. Ella sí sabía quién era. Yo… yo sigo buscando.
¿Cuáles son algunos de los dulces típicos de Ciudad Real?
Ciudad Real, un edén para golosos… y alguno que otro con el azúcar alto.
-
Bizcochá Manchega: Imaginen un bizcocho esponjoso, pero con denominación de origen. Es como el primo elegante del bizcocho de la abuela, ese que no te dejaba mancharte la camisa.
-
Torrijas de Ciudad Real: Las torrijas, ese clásico reinventado. En Ciudad Real, las elevan a la categoría de obra de arte. Son tan buenas que hasta te perdonan la resaca (bueno, casi). ¡Yo me comí siete en la última feria!
-
Pan de Calatrava: Un postre con nombre de caballero, pero sabor de ángel. Es como un pudin sofisticado, pero sin la pedantería del pudin inglés. Mi tía abuela lo borda, aunque siempre dice que le falta “un no sé qué”.
-
Flor Frita (o Flor Manchega): Una flor comestible, ¡qué romanticismo! Crujiente y dulce, te hace sentir como si estuvieras en un campo de flores… si las flores supieran a anís, claro. Mi abuela siempre las hacía para Semana Santa.
-
Bollos de Aceite: El comodín dulce. Perfecto para desayunar, merendar o pecar a escondidas. Son como el croissant manchego: sencillos pero adictivos.
¿Dónde dar rienda suelta a tu gula?
Pues mira, lo mejor es patearte Ciudad Real y dejarte llevar por el aroma. Cualquier pastelería decente te servirá estas delicias. ¡Ah! Y no te olvides de probar el resoli, el licor local. Combina a la perfección con los dulces. ¡Salud!
Bonus track:
- ¿Sabías que la bizcochá manchega se hornea tradicionalmente en un molde de barro? Le da un toque rústico que enamora.
- Las torrijas, en realidad, son un invento para aprovechar el pan duro. ¡Reciclar nunca fue tan delicioso!
- El Pan de Calatrava tiene influencias árabes. ¡Nuestra repostería es un crisol de culturas!
- La flor frita se hace con un molde especial. Mi abuela tenía uno con forma de estrella.
- Los bollos de aceite son perfectos para mojar en leche. ¡Un desayuno de campeones!
¿Cómo se llaman los pueblos de Ciudad Real?
Municipios de Ciudad Real:
-
Abenójar: Un nombre que evoca tierras antiguas. ¿Quiénes fueron los primeros en nombrar estos lugares?
-
Agudo: La simpleza del nombre a veces esconde historias complejas. Me recuerda a la nitidez de los cielos castellanos.
-
Alamillo: Un lugar donde seguramente abundan los álamos. La toponimia a menudo revela la flora dominante.
-
Albaladejo: Un “baladre” pequeño, tal vez. El diminutivo en los nombres de pueblos es un rasgo cultural curioso.
-
Alcázar de San Juan: Imposible no pensar en historia y caballeros. Curiosamente, mi abuelo era de un pueblo cercano con un alcázar, aunque mucho menos famoso.
-
Alcoba: Un nombre que invita al descanso. ¿Qué secretos guardan esas paredes?
-
Alcolea de Calatrava: “Alcolea” sugiere un origen árabe. La influencia musulmana en la península es innegable y presente.
-
Alcubillas: Otro diminutivo, quizás de “cuba”. Los nombres pequeños a veces sugieren humildad y tradición.
¿Qué es típico comer en Ciudad Real?
¡Ciudad Real! Ay, qué hambre me da solo de pensarlo… Migas manchegas, ¡obvio! Las he comido en la taberna de mi abuela, un festín. ¿Sabes? Recuerdo el olor a tomillo… ¡qué recuerdos!
Luego está el pisto manchego, tan sencillo, tan rico. Lo preparaba mi madre, con esos pimientos rojos, tan brillantes… casi me emociono. ¿Y las gachas manchegas? Nunca las he probado, ¡qué fallo! Tendré que remediarlo.
Ah, y el asadillo manchego… es carne, ¿no? No recuerdo bien, la verdad. Debería buscar una receta. ¡Tengo que cocinar algo manchego pronto!
¡Caldereta de cordero! ¡Qué barbaridad! Ese plato… ¡espectacular! Me lo comí en 2024 en un restaurante cerca de la plaza mayor, ¡qué maravilla! El sabor… uf, no lo olvido. Y el tiznao manchego, ¿qué es eso? Nunca lo he oído. ¡Tendré que investigar!
- Migas manchegas
- Pisto manchego
- Gachas manchegas
- Asadillo manchego
- Tiznao manchego (¡qué misterio!)
- Caldereta de cordero
Ese restaurante, ¡era precioso! Mesas de madera… ¡qué romántico! Pero… ¿era en Ciudad Real o en Alcázar de San Juan? ¡No me acuerdo! ¡Qué desastre de memoria tengo! El cordero… ¡qué tierno estaba!
Necesito buscar más sobre el tiznao… parece algo importante, ¿no? Quizás es un plato menos conocido, pero igual de sabroso. ¡Me da mucha curiosidad! Debo ir a Ciudad Real de nuevo, a comer y a investigar.
#Ciudad Real #Que Ver #Turismo:Comentar la respuesta:
¡Gracias por tus comentarios! Tus comentarios son muy importantes para ayudarnos a mejorar nuestras respuestas en el futuro.