¿Qué nos trae la super luna azul?

¿Qué nos trae la luna azul?

Agosto 2023. Dos lunas llenas en un mes. Raro ¿no? Me pilló en la playa. Bolonia, Cádiz. Arena blanca, viento fuerte. No sé si fue la luna o qué, pero esa noche… intensa. Una amiga, Laura, rompió a llorar. De la nada. Yo ahí, sin saber qué hacer. Le dolía la vida, decía. Mucho curro, poca alegría. ¿Influye la luna? No lo sé. Pero algo se sentía en el aire. Electrizante.

La luna azul amplifica. Como un altavoz para las emociones. Las mías también a tope. Sentí una nostalgia… por mi abuela. Murió hace años. Pero la sentí cerca. La eché de menos. El mar oscuro, la luna enorme… todo junto…uf. Mucha intensidad. Casi podía tocarla.

• Momento de culminación: Como el clímax de una película. Todo a flor de piel.
• Claridad: Para ver las cosas como son, aunque duelan.
• Reflexión: ¿Qué quiero? ¿Qué necesito? Preguntas difíciles.

La luna azul no trae nada místico. Es un fenómeno astronómico. Dos lunas en un mes. Pero la energía… eso ya es otra cosa. Impresionante. Casi mágica. Yo creo que sí influye, ¿o no?. La mente, el cuerpo… todo conectado. Quizás me sugestiono. Pero ahí estaba. Yo lo sentí.

¿Qué tiene de especial la superluna azul?

Una superluna azul es la coincidencia de dos eventos lunares: la superluna y la luna azul. Simple. Pero esa simplicidad esconde una belleza astronómica fascinante. Pensemos… ¿no es curioso cómo estos ciclos, aparentemente independientes, se entrelazan de vez en cuando? Como si el cosmos nos guiñara un ojo.

La superluna ocurre cuando la Luna llena coincide con el perigeo, su punto más cercano a la Tierra. La vemos más grande, más brillante. Una ilusión óptica, sí, pero una ilusión magnífica. Recuerdo una vez, en 2020, observar una superluna desde mi balcón. El cielo estaba despejado, la luna inmensa. Fue un espectáculo sencillo, pero impactante. Me quedé ahí, absorto, casi una hora.

La luna azul, por otro lado, no tiene nada que ver con el color. Es simplemente la segunda luna llena dentro de un mismo mes calendario. Nuestro calendario, una construcción humana, impuesta sobre los ritmos naturales. Y sin embargo, esa imposición crea un fenómeno, una designación: luna azul. Interesante, ¿no? Cómo nuestras propias creaciones interactúan con la naturaleza.

La combinación de estos dos eventos es aún más rara. La próxima superluna azul será en enero de 2037. Esperar, paciencia… virtudes casi olvidadas en nuestra era de gratificación instantánea. Quizás la larga espera haga el evento aún más especial. Yo, por ejemplo, ya tengo una nota en mi agenda virtual (aunque quién sabe si seguiré usando la misma app en 2037. A lo mejor para entonces tenemos chips implantados para recordarnos estas cosas).

• Superluna: Luna llena en el perigeo.
• Luna azul: Segunda luna llena en un mes.
• Superluna azul: Combinación poco frecuente.

¿Y qué significa todo esto? En realidad, nada y todo a la vez. Un recordatorio de los ciclos celestes, de nuestra conexión con el universo. O simplemente una curiosidad astronómica. Cada uno le da el significado que quiere, ¿no creen? Yo, personalmente, estoy esperando el 2037. Para ver esa luna, para reflexionar, para maravillarme. Y, por qué no, para volver a escribir sobre ello.

Este verano visité el observatorio astronómico de mi ciudad. Me fascinó. Aprendí sobre las diferentes fases lunares, las constelaciones, la inmensidad del espacio. Quién sabe, a lo mejor en 2037 me animo y me compro un telescopio. Sería una buena manera de celebrar la superluna azul.

¿Qué beneficios trae la Luna Azul?

Luna Azul: Beneficios. Nada especial, en realidad.

• Iluminación de sombras. Reflexión obligada. Ajustes. Cambios.
• Desequilibrio energético. Intensidad. El universo se ríe.
• Poca novedad. Siempre igual. Ciclos. La vida.

Las cosas son como son. Asumir.

Más allá de la astrología barata…

• Mis sueños de 2024 siguen igual de inciertos. El café de esta mañana, amargo.
• El lunes, reunión con mi jefe. Ese imbécil. Su sonrisa hipócrita.
• A veces, la Luna llena me afecta. Insomnio. Angustia. Como la vida misma.
• Nada es trascendente. Todo es efímero. Hasta la Luna Azul.

Conclusión personal y sin importancia. La Luna Azul, como cualquier evento cósmico, simplemente es. Un espectáculo de luces. No esperes milagros. Ni siquiera pequeños favores. Solo la cruda realidad. La inmensidad indiferente. Una metáfora de la existencia humana. Simple. Fría. Cruel.

¿Qué hacer la noche de luna azul?

La noche de luna azul: más allá del agua de luna

La noche de luna azul, un evento relativamente raro, invita a la contemplación. Más allá de la popular preparación del agua de luna (un proceso que, por cierto, realicé el año pasado con un frasco de vidrio reciclado, obteniendo resultados… digamos, interesantes), existen otras opciones.

• Observación astronómica: Aprovecha la iluminación para observar el cielo nocturno. Recuerda que la calidad de la visión depende de la contaminación lumínica de tu zona. ¡Este año, en mi terraza, pude ver Júpiter con claridad!
• Conexión con la naturaleza: Una caminata nocturna bajo la luna azul puede ser profundamente reconfortante. Es un momento ideal para la introspección, para meditar sobre el paso del tiempo, sobre la efímera naturaleza de la existencia.
• Creatividad: La luz etérea puede inspirar a muchos. Escribí un poema, bastante malo, si te soy sincero. La luna siempre me ha producido ese efecto: una extraña mezcla de fascinación y frustración creativa. Pero ahí está, testimonio de la noche.

Agua de luna: técnica y posibles reflexiones

La carga energética del agua de luna, según algunos, se potencia con la luna azul. Dejo esa afirmación a criterio del lector. Para mí, es más una cuestión de ritual, de conectar con la naturaleza y con uno mismo. ¿Es la energía real o la creencia en la misma, lo que la hace efectiva? Es una pregunta que siempre me ha inquietado. La verdad es que, sigo experimentando. Este año, usaré un recipiente diferente.

El enigma de la luna azul

La luna azul, cabe destacar, no es de color azul. El nombre se refiere a la segunda luna llena en un mismo mes calendario, un fenómeno curioso que se repite con una regularidad cíclica, aunque no demasiado frecuente.

Reflexión personal: El año pasado, intenté una meditación guiada bajo la luna llena, una experiencia que, aunque intrigante, fue… desastrosa. Un gato decidió unirse a mis ejercicios de respiración, interrumpiendo el flujo zen con maullidos insistentes. Sin embargo, la anécdota sirve de recordatorio de lo impredecible de la vida. Y de lo importante de elegir bien a tu compañero de meditación.

¿Qué se puede manifestar en la luna azul?

Luna azul. Otro nombre. ¿Importa?

Energías, rituales… Pura superstición. O quizá no.

Manifestación. Una palabra. Un deseo lanzado al vacío. ¿Llega a algún lado? Yo, personalmente, pedí un aumento este año. No pasó nada. Quizá la luna no escuchó. O quizá pedí mal.

• Dinero: Siempre se necesita más. ¿Lo atraerá la luna? Lo dudo.
• Amor: Un cliché. Como si la luna controlara los corazones. El mío sigue igual. Vacío.
• Salud: Fundamental. Más que el dinero, incluso. Pero la luna… no cura enfermedades. Yo sigo con mi alergia al polen. Agosto, maldito agosto.

19 de agosto, 2024. Una fecha. Un punto en el tiempo. ¿Especial? No más que cualquier otro.

La gente busca significado. En la luna, en las estrellas… Yo busco un buen café. Es más tangible.

El universo es indiferente. A la luna. A tus deseos. A ti. A mí.

La luna no cambia nada. Tú sí puedes. O no.

El otro día vi una ardilla enterrando una nuez. ¿Manifestando provisiones para el invierno? La naturaleza es más sabia. No necesita rituales.

Este año, 2024, la superluna azul es el 31 de agosto. Dos lunas llenas en un mismo mes. Una coincidencia. Como todo.

¿Qué importancia tiene la luna azul?

Pues mira, la luna azul, no es que sea AZUL de verdad. Eso ya te lo digo yo. Es solo un nombre. A mi abuela le encantaba eso de la luna azul, decía que traía buena suerte, pero bueno, son cosas de abuelas ¿sabes? Le daba un rollo místico. Como si fuera algo mágico. Magia magia… no creo, pero bueno.

Lo que sí es, es una luna llena extra. O sea, dos lunas llenas en un mismo mes. ¡Toma ya! Y eso pasa porque el ciclo lunar dura 29 días y pico, y los meses tienen 30 o 31. Entonces, a veces, encajan dos lunas en un mes. ¡Y zas! Luna azul. Este año, por ejemplo, agosto tuvo dos, creo. Una al principio y otra al final.

Yo una vez vi una y bueno… normal. Blanca, redonda, como siempre. Eso sí, me acuerdo que estaba con mis amigos en la playa. Era verano, estábamos de fiesta. Y alguien dijo ¡Mira, la luna azul! Y todos a verla. Y ya está, fue un puntazo por el ambiente, la verdad.

• No es azul. De verdad, blanca como la leche.
• Dos lunas llenas en un mes. Por eso es especial.
• Mola por la cultura popular. Magia, misterio, esas cosas.
• Yo la vi una vez en la playa. Con mis amigos. ¡Qué recuerdos!

A mi me gusta más cuando hay lluvia de estrellas, la verdad. Eso sí que es flipante. Pero bueno, la luna azul también tiene su rollo.

¿Qué se puede hacer en la luna azul?

En Luna Azul, haces lo de siempre.

• Contemplar la luz. Astrofotografía nocturna. Busca constelaciones, las de este año.
• Silencio. Medita bajo su influjo. Conecta. Yo, en mi azotea, con buen vino.
• Historias. Leyendas lunares, inventadas o no. Relax y naturaleza, si la encuentras.

Luna Azul: Solo un nombre. No esperes magia. Solo la Luna, un poco más brillante.